No todo es sano en Salud

Hace unos días, un amigo que trabaja en una aseguradora de salud me contaba que con el confinamiento muchos asegurados han optado por no acudir al médico y a los servicios de urgencia. Además, el desvío de recursos hacia quienes han requerido asistencia con motivo del Covid-19 ha hecho que otras asistencias programadas se hayan pospuesto. Como resultado, las clínicas y los médicos han visto caer sus facturaciones en picado.

Añadamos que, en la mayoría de las condiciones generales de seguros de salud, la exclusión de epidemias y pandemias es un hecho materializado, un enfoque cuasi exclusivo del tratamiento en centros públicos. La posible facturación de un punto crítico ha caído fuera del tiesto privado. Los médicos se han quejado. Pero las clínicas, fuertemente concentradas en unos pocos oligopolios, sabían que tenían la sartén por el mango por lo que han facturado a precios muy por encima de los forfait pactados con carácter previo a la crisis pandémica. Así, sin pausa, ponen al día sus cuentas de resultados.

Recuerdo a médicos generales y especialistas, así como a profesionales sanitarios tales como fisioterapeutas pidiéndome consejo en las redes sociales y foros. Invariablemente, la pregunta es: “¿Por qué tal o cual aseguradora acude a mi consulta y me ofrece honorarios que solo puedo aceptar si estoy desesperado?”. Hablo de ofrecer siete euros por consulta a un médico especialista. O tres euros por sesión de rehabilitación donde el fisio me contó que la propuesta de la compañía era: “Podrás reducir el tratamiento de 30 a 20 minutos y, como cubrimos 20 sesiones anuales y no se habrá curado, el resto se las cobras a tarifa”. Puramente psicópata.

Debemos entender que los seguros a pocos euros facilitan la contratación en precario que obliga trabajar a destajo para sobrevivir. ¿Quién querrá eso para sí? ¿Acaso los mejores profesionales de la salud, aquellos que curan en mayor porcentaje, que cometen menos errores y salvan más vidas? ¿Por qué hay seguros que excluyen la tecnología láser y técnicas poco invasivas, más seguras, de recuperación rápida e indolora? Si, a la hora de vender un seguro de salud debemos pensar en las personas y su supervivencia más que en la facilidad para endosar una venta o un rappel. Debemos conocer lo que hay detrás del low cost, lo que implica entregar a nuestro cliente a profesionales con una propuesta de valor real o a posibles incompetentes con métodos obsoletos.