Nueva movilidad: más eléctrica y ¿menos compartida?

    La crisis del Covid-19 ha hecho que se tambaleen los cimientos del transporte. Los fabricantes de vehículos y los gobernantes deben ‘repensar’ el futuro de la movilidad urbana en función del mundo que surja tras la pandemia

    Cuando todo lo que nos rodea está sumido en la incertidumbre, es complicado dibujar el futuro. Y más cuando se trata de esbozar cómo será la movilidad en un mundo transformado por la pandemia de coronavirus. Hasta hace unos meses, todo parecía apuntar hacia un transporte eléctrico, compartido y sostenible como la base de la nueva movilidad. Ahora, dependerá de la famosa curva de contagios y de cuánto tardemos en doblegarla.

    No lo decimos nosotros. Lo señaló John Moavenzadeh, director de movilidad urbana del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT, por sus siglas en inglés) en una conferencia digital de CASA SEAT. Lo que Moavenzadeh quiere decir es que, si conseguimos doblegar pronto la curva de contagios y controlar la pandemia, los cambios serán coyunturales y pronto volveremos a nuestra antigua normalidad. Por el contrario, si sobrevienen nuevas olas de contagios y nuevos picos, el cambio será estructural, renovando por completo nuestras costumbres a la hora de desplazarnos dentro y fuera de las ciudades.

    El futuro de la movilidad

    Si algo bueno ha tenido este parón forzoso por la pandemia es la reducción de las emisiones contaminantes en las ciudades. El uso del transporte privado ha caído en algunas ciudades hasta un 80%, lo que ha propiciado cielos despejados de contaminación y un renacer de la naturaleza en las urbes pocas veces visto en las últimas décadas. Pero seamos realistas, la actividad volverá a las calles y repuntará la comunicación. O no. En nuestras manos está optar por fórmulas de transporte menos contaminantes, como los coches electros o los vehículos de movilidad personal.

    Uno de los sectores más afectados por este cambio es el transporte público. Con una caída en su uso de cerca de un 90% en las principales ciudades españolas -Madrid y Barcelona- y la necesidad de mantener la máxima distancia social posible en los trayectos harán que muchos usuarios abandonen el transporte público para volver a su vehículo privado. El aumento del teletrabajo también influirá: en teoría, menos trabajadores tendrán que desplazarse a una oficina. Pero el director de movilidad urbana del MIT sigue considerando al transporte público “un componente absolutamente vital” en la movilidad de las ciudades.

    Para Moavenzadeh, el futuro de la movilidad se apoyará en tres ejes: el vehículo autónomo, compartidos y transporte integrado. Aunque la llegada del Covid-19 ha paralizado el desarrollo de los coches autónomos y habrá que reinventar el concepto de movilidad compartida, por el temor al contagio. Los taxis y las compañías VTC también deberán reorientar su negocio tras la pandemia, advirtió el experto del MIT.

    El papel de los fabricantes de coches

    Otro actor principal que deberá encontrar un nuevo papel en la movilidad del futuro son los fabricantes de coches. Más centrados ahora en hacer coches más limpios y ecológicos que mejores coches, las firmas quieren jugar un papel predominante en el nuevo escenario. La tendencia apunta a un mayor uso del vehículo privado -al menos hasta que esté disponible una vacuna segura- y a reforzar la apuesta por los vehículos eléctricos. Aunque hay quien predice una huida de la ciudad en busca de mayor tranquilidad y menor riesgo de contagio.

    Recomendaciones para viajar seguro

    Ante esta nueva realidad, Fundación Mapfre recomienda “desplazarse en bicicleta, moto o patinete u optar por el vehículo privado con mascarilla, preferentemente si es eléctrico y si se comparte”. Son algunas de las propuestas más eficaces para contribuir a una movilidad segura, sana y sostenible, afirman. También recomiendan viajar en transporte público -siempre con mascarilla- y realizar traslados a pie, cuando las distancias sean cortas, para minimizar el riesgo de contagio.

    La fundación ha analizado las mejores opciones de movilidad de cara a la entrada en vigor de la fase 1 de la desescalada en distintas Comunidades Autónomas, que coincidirá con una recuperación de la movilidad y, seguramente, con un incremento de la siniestralidad. “Es el momento de seguir avanzando hacia una movilidad más segura, sana y sostenible. Y, al mismo tiempo, de reconocer, en un momento tan excepcional, el papel de todos los modos de transporte. Incluido el vehículo particular, una de las alternativas con menor riesgo de contagio del virus”, señala Jesús Monclús, director de Prevención y Seguridad Vial de Fundación Mapfre.

    En este sentido, considera que las cifras de siniestralidad se han reducido de manera importante. “Pero menos de lo que hubiera sido deseable”. En parte debido a la “falta de cumplimiento de las normas de tráfico. Sobre todo, relacionadas con la velocidad. Y como resultado de un mayor estrés laboral y anímico y peor calidad de sueño entre algunos conductores”.