El seguro de salud y sus exclusiones en caso de pandemia

Los daños físicos que sean consecuencia de guerras, motines, revoluciones y terrorismo; los causados por epidemias declaradas oficialmente...”. Con este texto abre la exclusión 3.A de una conocida aseguradora. No sería correcto citar la marca puesto que la mayoría de aseguradoras de salud mantienen exclusiones parecidas en sus contratos. Asimismo, es habitual hallarla en seguros de decesos, de enfermedad y, con menor frecuencia, entre los de vida riesgo.

El tema, no obstante, es que -a saber- dicha exclusión no se ha aplicado con carácter general ante el Covid-19. Hay casos en los que se prestó la primera asistencia y luego se derivó el paciente al sistema público, pero también casos en los que se asumió la asistencia completa con cargo al seguro privado. Por tanto, tenemos un hecho notable, que choca por completo con la imagen ausente de empatía del seguro, y es que puede haberse saltado a la torera sus propias reglas de juego, sea por motivos humanitarios o de imagen.

Tenemos un curioso elemento de análisis a resolver en el futuro inmediato. De entrada, porque estamos hablando de sociedades mercantiles en las que la alta dirección tiene la obligación de cumplir la Ley y gestionar lealmente -confuso, en este momento, definir “lealtad”- y, para continuar, porque ello supone un peligroso antecedente en materia de seguridad jurídica para el inversor/accionista, pero también de cara a las expectativas de cumplimiento del contrato de seguro -en positivo-.

Posiblemente sea inteligente ir suprimiendo de las condiciones generales aquellas exclusiones que luego no podrán aplicarse por ser demoledoras para la reputación de la marca y del sector. Si no se van a aplicar ¿para qué ponerlas? A toro pasado es lo lógico. Por otra parte, visto lo visto, o el minado y anoréxico sistema de sanidad público recupera la fortaleza que tuvo o la industria del seguro junto con la hospitalaria privada tendrán que asumir que su rol puede ser decisivo en un futuro puesto que ya nos han avanzado que habrá futuras pandemias a las que hacer frente en occidente.

En esta ocasión, las aseguradoras han tenido que sacarse un as de la manga, pero ¿no sería más responsable jugar con las cartas en la mano, a la vista de todos?