Bricolaje: casa puesta a punto

Este periodo de confinamiento está sirviendo para que le prestemos atención a actividades que, por falta de tiempo o de interés, pasaban antes desapercibidas o se tenían que aplazar forzosamente. Este es un gran momento para realizar esas labores de mantenimiento de la casa que tiene pendientes

Nuestro ritmo de vida con prisa y sin pausa, nuestra mente expuesta a mil millones de estímulos y pensamientos y nuestra constante actividad `multitarea´ han pasado, por lo menos durante unos meses, a mejor vida. Quizás ahora hagamos menos cosas que antes, pero las realizamos con tiempo, concentración y dedicación. En definitiva, las hacemos mejor.

En estas semanas se han leído centenares de libros que se tenían aparcados, se han escuchado esos discos que estaban olvidados, se ha iniciado o retomado el ejercicio casero y muchos aprendices de cocina se han convertido casi en expertos. Y además, varias tareas del hogar pendientes se han podido al fin realizar.

Al menos el parón nos está viniendo bien para prestar una mayor atención a nuestra casa, que -al igual que las personas y los vehículos- también necesita que se cuide su mantenimiento. Cada hogar tendrá sus particularidades, pero de igual modo no está de más que -más allá de la cocina y de la limpieza- aprovechemos para remangarnos y trabajar en actividades como:

-Hacer de manitas. Seguramente habrá en la casa un picaporte que gire mal, una mesa, banqueta o silla que cojee o alguna bombilla que se habrá fundido. También una cisterna que no funcione correctamente o un grifo que gotee. Pequeñas cosas que no precisan de la ayuda de ningún profesional, sino de un poco de tiempo y paciencia. Trabajar en esas reparaciones puede ser, además de útil, un pasatiempo entretenido, amén de descubrirnos habilidades de las que creíamos carecer.

-Dedicarnos a la pintura y la restauración. No nos referimos a decorar la Capilla Sixtina, sino a restaurar aquellas paredes que por el paso del tiempo habían quedado deslucidas, descoloridas o afeadas a causa de agujeros, pequeñas grietas u otros desperfectos. Esa labor también vale para cualquier objeto que tengamos en casa.

- Aprovechar mejor el espacio en el hogar. Puede ser el momento también de reordenar, de trabajar para realizar una disposición más cómoda y agradable tanto del mobiliario como de nuestras colecciones de discos o libros, nuestra ropa... Clasificar y ordenar puede dar pereza, pero se demostrará útil cuando localicemos al instante una cazadora o reencontremos esa novela que vagaba perdida en algún lugar indeterminado.

- Quitarnos de encima objetos innecesarios. Cuántas cosas tendremos en casa que no nos supongan apego emocional ni nos sirvan ya de nada, a las que no damos uso y que pueden tirarse e incluso ser de utilidad a otras personas. Identificarlas, seleccionarlas y quitárnoslas de encima será sin duda una buena práctica.