Melanoma y cáncer de piel: guía para tomar el sol tras el confinamiento

Después de más de dos meses en casa es necesario extremar las precauciones a la hora de tomar el sol este verano para prevenir el melanoma

Cuidar la piel y evitar los efectos nocivos del sol después del invierno es una práctica, por fortuna, habitual en gran parte de la población. Sin embargo, este año resulta imprescindible. Tras los meses de confinamiento, sin exponerse al sol lo más mínimo, la piel se ha vuelto más sensible a la radiación solar. Además, los niveles de melanina están muy bajos por el aislamiento, mientras que la intensidad de la radiación ultravioleta es muy alta: de 9 o 10 al día.

Por ello, los dermatólogos de la Fundación Piel Sana de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) aconsejan disfrutar de los primeros rayos solares con sensatez, de manera gradual, evitando la quemadura mediante el uso de cremas protectoras, gafas de sol, ropa clara y sombreros. Es también muy importante evitar tomar el sol las horas centrales del día -entre las 12:00 y las 16:00 horas- y vigilar la hidratación.

La radiación ultravioleta es una de las consecuencias más nocivas del sol para la piel. No sólo produce quemaduras, también es la causa de diferentes cánceres de piel, entre ellos el melanoma, el más grave, pues es responsable del 80% de las muertes por cáncer cutáneo. Entre los factores que aumentan las posibilidades de padecer melanoma se encuentran: los antecedentes genéticos, los lunares atípicos y la exposición a los rayos UV. En este último caso, la prevención es fundamental y relativamente sencilla.

La prevención primaria -para evitar el desarrollo de la enfermedad- debe practicarse durante todo el año. La secundaria -que intenta detectar la enfermedad lo antes posible- puede ser vital a la hora de tratar este tipo de cáncer. Según los expertos, si se detecta en fases avanzadas, su pronóstico es más grave mientras que este tipo de cáncer de piel es potencialmente curable cuando se trata en sus estadios iniciales.

Los dermatólogos insisten en la importancia de la detección precoz del cáncer de piel. “Revisar la piel cada mes durante unos minutos puede salvar la vida. Ante un cambio en un lunar, la aparición de uno nuevo con un color extraño o una lesión que sangra debe consultarse con un médico inmediatamente”.

El último estudio realizado por la AEDV -a partir de la base de datos del Instituto Valenciano Oncológico (IVO)- arroja resultados preocupantes con respecto a la detección, pues “un mes de retraso en el diagnóstico reduciría la supervivencia en pacientes con melanoma a menos del 79% a los cinco años y al 71% a los diez años cuando su supervivencia estaba por encima del 85% a los cinco años en la España preCovid”, aseguran.