La pandemia acelera el giro hacia un seguro más digital y personalizado

La pandemia de coronavirus ha acelerado la transformación digital de la sociedad. El confinamiento ha obligado a acelerar la digitalización de prácticamente todos los ámbitos de la vida cotidiana, desde el trabajo al ocio, pasando por la educación y el consumo. Este cambio, obligado por la necesidad del aislamiento social para frenar la propagación de la pandemia ha venido para quedarse. Aunque retomemos la normalidad y se relaje el distanciamiento social, la digitalización ha conquistado muchos espacios de los que costará salir.

Uno de ello es el consumo de bienes. Y también de servicios. Y el sector asegurador deberá adaptarse o dejarse conquistar por otros jugadores más hábiles en lo que al mundo digital se refiere. El uso de las nuevas tecnologías no se circunscribe a las nuevas generaciones, los denominados nativos digitales. La generación X (nacidos antes de 1981) e incluso los baby boomers han adoptado las prácticas de los millennials multiplicando su uso de las nuevas tecnologías para realizar transacciones económicas y compras.

Y esta tendencia crecerá en el futuro. Por eso es necesario que la industria aseguradora adapte sus modelos de negocio a un consumidor cada vez más exigente, conectado e informado, que consulta varios canales antes de tomar una decisión de compra y que exige agilidad, eficiencia y una buena experiencia de cliente a su compañía de seguros.

Ha llegado el fin de la era del café para todos, de productos estandarizados con alguna que otra opción para contentar a los asegurados más quisquillosos. Ahora, el asegurado quiere productos a medida que reconozcan su peculiaridad, que la aseguradora le acompañe a medida que su vida cambia. Y eso solo será posible redefiniendo las relaciones entre aseguradoras y asegurados, conociendo mejor al cliente, apostando por las nuevas tecnologías y perdiéndole el miedo al dato.

De otra manera, entrarán otros competidores al mercado asegurador para quedarse con la confianza de los clientes. Las grandes tecnológicas, las big tech, tienen casi todos los ingredientes para encontrar la receta del éxito: conocen al cliente y son expertas en ofrecer experiencias.

El futuro de las compañías de seguros pasa por la colaboración con empresas ágiles e innovadoras, que pongan su experiencia tecnológica y relacional al servicio de la experiencia de las aseguradoras tradicionales, que son las que tienen capacidad de desarrollar productos y conocen el mercado. El ecosistema insurtech es cada vez mayor en mercados como el español, con proyectos conjuntos que buscan impulsar la innovación en un sector que tiene ante sí la oportunidad de generar relaciones de confianza con sus clientes. No en vano, en tiempos de incertidumbre como el actual, aumenta la demanda de seguros.