El Covid-19 refuerza el papel protector del seguro de vida

La crisis del coronavirus ha puesto en valor la capacidad del seguro de vida de ofrecer tranquilidad financiera tanto a las familias como a la economía en su conjunto

La crisis provocada por el coronavirus y la enfermedad Covid-19 conllevará profundos cambios en la sociedad y en el consumo. O al menos eso prevén los expertos. Uno de los cambios que ya se están empezando a percibir es un mayor interés de los españoles por aumentar su ahorro a través de productos seguros. Así se desprende de un reciente estudio de Capgemini que refleja que el 69% de los españoles está dispuesto a contratar un seguro de ahorro en los próximos seis a nueve meses.

Este impulso al ahorro se da en un contexto en el que el parón de la actividad laboral y comercial en prácticamente todo el mundo ha puesto a prueba la resistencia financiera de muchos hogares. La capacidad de ahorro y de contar con un colchón económico para hacer frente a imprevistos se ha mostrado como un factor fundamental.

Aunque es difícil de prever -e incluso de imaginar- que una pandemia paralice el mercado mundial obligándonos a trabajar desde casa o a paralizar la actividad de millones de negocios y empresas en todo el mundo, el seguro de vida ahorro gana enteros como una herramienta capaz de gestionar esta incertidumbre económica.

La protección del seguro de vida

Estos meses de incertidumbre han intensificado el papel del seguro de vida como dinamizador del crecimiento económico, así como su papel en la salud y el bienestar financiero de los hogares, según las conclusiones del estudio La contribución social y económica de la industria de los seguros de vida elaborado por MetLife y The Battle Group. El informe asegura que “las aseguradoras de vida son vitales para una economía y sociedad modernas que funcionen eficientemente y son un contribuyente clave para permitir un crecimiento robusto a largo plazo”.

Más de 20 millones de españoles tienen un seguro de vida riesgo. Esta modalidad del seguro de vida suele ir asociada a hipotecas o préstamos personales, aunque cada vez más personas lo contratan como una forma de garantizar la tranquilidad financiera de la familia en caso de accidente o fallecimiento. Además de un instrumento de ahorro y prevención, el seguro de vida puede cubrir otras necesidades a largo plazo como la jubilación, la protección frente a impagos de hipotecas o préstamos personales o, incluso, garantizar los estudios superiores de los hijos, como el último producto lanzado por Mapfre, Educación Talent.

En su vertiente más conocida, los seguros de vida ligados a hipotecas, estas pólizas saldan la deuda pendiente con el banco y evitan que la familia sufra estrecheces económicas si alguno de los titulares del crédito fallece o se pierden los ingresos económicos que aportaba para el pago de las cuotas de la hipoteca. En España hay 3,8 millones de personas hipotecadas que cuentan con un seguro de vida. Cada año, la industria del seguro liquida 4.700 hipotecas tras un fallecimiento, con un importe abonado de cerca de 166 millones de euros. Además, según los datos de Unespa, la patronal del seguro en España, las aseguradoras gestionan 240.955 millones de euros de sus clientes al cierre de 2019. De esa cifra, 194.786 millones corresponden a seguros de protección.

La protección del seguro de vida va más allá de la amortización de un crédito o una hipoteca. El estudio de MetLife afirma que las aseguradoras que comercializan seguros de vida “mejoran la calidad de vida de sus clientes y proporcionan una red de protección ampliamente difundida en la sociedad española”. De acuerdo con los datos de Investigación Cooperativa entre Entidades Aseguradoras (Icea), el seguro de vida pagó prestaciones -fallecimiento o invalidez- por valor de 1.200 millones de euros en 2019. Como dato, la aseguradora destaca que cada día, el seguro de vida transfiere 3,3 millones de euros a los asegurados y sus familias.

El papel del seguro de vida en la economía

El seguro de vida no solo beneficia a las familias y a los asegurados, también ejerce su influencia positiva en la economía. Las aseguradoras de vida tienen un papel fundamental en el funcionamiento eficiente de la economía y son un contribuyente clave para el crecimiento económico a largo plazo y la mejora de los niveles de vida. Por ejemplo, ayudan a canalizar los ahorros familiares de una gran parte de la población hacia inversiones productivas. También promueven el crecimiento económico a través de sus propios canales de financiación e inversiones únicos. No en vano, el sector asegurador supone algo más del 5,3% del PIB de la economía española.

Las aseguradoras de vida son una fuente crítica de capital para la economía en general. Y juegan un papel protagonista como inversores institucionales, ya que son uno de los principales compradores de deuda pública y privada, lo que les permite desempeñar un papel estabilizador en el sistema financiero durante las crisis financieras. Y juegan un papel crítico en el mercado de deuda de colocación privada.