El ‘colchón’ anticrisis del seguro español

El Consorcio de Compensación de Seguros ayuda a mitigar los riesgos extraordinarios y ha ayudado al seguro a mitigar crisis como la actual del coronavirus

El Consorcio de Compensación de Seguros (CCS) se ha convertido en un verdadero colchón que amortigua los impactos de los riesgos extraordinarios en el sector asegurador español. Es un organismo único que ha sido estudiado y analizado por muchos países para tratar de imitar su modelo, ya que ayuda a mitigar el impacto de determinadas crisis y grandes siniestros que afectan de lleno a las compañías de seguros.

El germen del Consorcio tal y como lo conocemos hoy surge en 1941, cuando se crea el Consorcio de Compensación de Riesgos de Motín, un instrumento provisional de apoyo al mercado asegurador para dar respuesta a las pérdidas ocasionadas por la Guerra Civil entre 1936 y 1939. El Consorcio se ocupó también de otros grandes siniestros posteriores y, a partir de 1954, la iniciativa adquiere carácter permanente, dando lugar al Consorcio de Compensación de Seguros que conocemos hoy.

La principal misión de esta entidad pública empresarial, adscrita al Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital a través de la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones, es la cobertura de los riesgos extraordinarios, el seguro obligatorio de automóviles, el seguro agrario combinado y la liquidación de entidades aseguradoras.

Ayuda en casos extraordinarios

El Consorcio también ofrece mecanismos de ayuda cuando el sector asegurador se enfrenta a un aumento significativo de la siniestralidad, como ya hiciera en la crisis de 2008 con el seguro de crédito. Una situación que volverá a repetirse con la contracción provocada por la crisis de la pandemia de Covid-19.

El seguro de crédito garantiza la solvencia de las empresas en las transacciones comerciales y es un instrumento que facilita el comercio y la actividad económica generando confianza entre las empresas y garantizando el cobro de los créditos comerciales. Solo en España, el seguro de crédito cubre operaciones comerciales por valor de 200.000 millones de euros.

La paralización de la actividad por el estado de alarma como medida para frenar la pandemia de Covid-19 ha puesto en jaque la solvencia del ramo y, por ende, de la reactivación económica. Para evitarlo, el Gobierno ha puesto en marcha un mecanismo de ayuda de hasta 500 millones de euros a través del Consorcio de Compensación de Seguros.

Este mecanismo de ayuda consiste en que el CCS acepta en reaseguro riesgos de seguro de crédito y de caución para mantener el nivel de aseguramiento, según recoge el RDL 15/2020. Las condiciones de protección incluyen unas pérdidas máximas de 300 millones para 2020 ampliables en 200 millones para 2021, condicionado al interés general. Se materializarán a través de un reaseguro stop loss sobre la siniestralidad neta que estará vigente desde el 1 de mayo al 31 de diciembre de 2020 y durante todo 2021, si este mecanismo se amplía finalmente.

Al contrario de lo que se ha aprobado en otros países europeos, las compañías que soliciten este mecanismo de apoyo tendrán que devolver las ayudas en un plazo de diez años mediante un reaseguro con limitaciones a favor del Estado.

Descontento del sector

Este plan no ha contentado al seguro español. La patronal Unespa, considera que los 300 millones de euros iniciales previstos por el mecanismo de protección son insuficientes y solicita que se destinen 800 millones de euros. La patronal rechaza, a su vez, la obligación de devolver la ayuda, cosa que no sucede en otros países de nuestro entorno. La asociación que preside Pilar González de Frutos denuncia, además, que la consecuencia de esto será que las compañías de seguros de crédito no van a poder operar con normalidad y que será difícil mantener la cobertura habitual de las operaciones comerciales, por lo que afectará a la recuperación de la economía española en un momento tan crítico como el actual.

Con independencia de la polémica en torno al seguro de crédito, el Consorcio de Compensación de Seguros ofrece una gran ayuda en la cobertura de los riesgos extraordinarios, ya que canaliza el coste de los siniestros para las compañías de seguros.

Durante el pasado ejercicio, el CCS registró un excedente de su actividad de 164,2 millones de euros, cuatro veces menos que en 2018, como consecuencia de la elevada siniestralidad registrada el año pasado. Así lo recoge el organismo en su Informe Anual.

Aumenta la siniestralidad

La actividad del Consorcio en 2019 estuvo marcada por las tormentas y DANA que se registraron a lo largo de todo el ejercicio: el 98% de los daños por riesgos extraordinarios cubiertos por el CCS se deben a inundaciones.

El Consorcio explica que la siniestralidad del seguro de riesgos extraordinarios se situó en el 105,5% de las primas por el efecto de las DANAS. Esto ha provocado que el ratio combinado alcance el 112,2%. Por su parte, la siniestralidad del fondo de garantía del automóvil cerró 2019 en el 59,1% de las primas. Este fondo se hace cargo de los percances provocados por los vehículos sin seguro.

Además, la siniestralidad del seguro de responsabilidad civil de vehículos particulares cerró el ejercicio en el 85,1% y la de los vehículos oficiales alcanzó el 117,6%.

¿Cómo se financia?

El Consorcio de Compensación de Seguros se financia a través de un recargo que se aplica a las primas de los seguros que se contratan cada año. Este importe se acumula en la reserva de estabilización que sirve para cubrir los riesgos asegurados. Al cierre de 2019 esta reserva acumulaba 8.849 millones de euros en la actividad general y 800 millones de euros más en la actividad agraria. Para la actividad liquidadora de entidades aseguradoras, el Consorcio dispone de 2.190 millones de euros.

Un modelo que imitar

Son muchos los países que han estudiado el modelo del Consorcio de Compensación de Seguros, entre ellos Estados Unidos, para aplicar una solución similar para el tratamiento de los daños provocados por las catástrofes naturales. Gracias a su combinación con el reaseguro, el Consorcio permite aliviar el coste que las aseguradoras soportan por este tipo de siniestros, que no han dejado de aumentar en los últimos ejercicios y se prevé que siga esta tendencia en las próximas décadas, si no se pone remedio al calentamiento global.