“Abuso impune y generalizado de los bancaseguros”

Llevo muchos años asistiendo a personas que son víctima de abusos en el ámbito de los seguros. He orientado a más de 12.000 personas que de un modo u otro habían visto cómo el seguro en lugar de ser una fuente de tranquilidad se convertía en causa de sufrimiento y pérdidas.

En un enorme porcentaje de situaciones el actor del abuso ha sido un banco o una caja. Últimamente se han sumado las financieras de vehículos y bienes de consumo. Es normal: operar en la más absoluta impunidad y generando increíbles beneficios sin riesgo es un aliciente para ir, cada vez más, subiendo escalones en la actitud mafiosa de quien hace ofertas que el cliente no podrá rechazar.

Esa es la realidad que yo vivo, a diario y desde hace muchos años. Pero llega un momento en el que uno puede llegar a pensar “trabajo en un psiquiátrico y veo locura ¿puede que sufra un sesgo y crea que todo el mundo está loco?” Necesitaba saber si lo que hay ahí afuera se parece a lo que percibo en mi actividad.

Decidí pedir a la gente cuál es su experiencia. Planteé en Twitter y en LinkedIn la siguiente pregunta: “¿Te impusieron la contratación de seguros al contratar tu hipoteca?” Había compartido la cuestión entre mis conocidos arquitectos, abogados, programadores, funcionarios, empleados, etc. Quería respuestas libres, transversales y representativas.

El resultado debía ser 100% “no” y 0% “si” ¿Por qué? Pues porque hablamos de una práctica prohibida desde el art 4.1 de la Ley 9/1992. 28 años de prohibición a la imposición de seguros, Directivas CE, supervisores... ¿Qué realidad obtendría?

El 87%, en Twitter, de los 401 votos, contestó que había sido obligado o no hubiera accedido al préstamo. En LinkedIn, donde el nivel medio formativo y adquisitivo es teóricamente alto, nos hallamos ante un 76% que informa coacción sobre un total de 51 votos.

Aquí algo huele a podrido. No es normal que sobre la muestra se obtengan resultados como los indicados. Sé que no es una encuesta científica ni concluyente, pero entiendo que sí es un punto de partida. Deberíamos estar haciendo algo, empezando por preguntar a quien tiene el deber de proteger a los consumidores a qué dedica su tiempo.