Trucos que ayudan a mejorar la memoria

Este periodo puede servirnos para ejercitar la memoria. Independientemente de que seamos un joven estudiante universitario, un anciano que quiere mantener su mente lúcida y en forma o una persona que pelea por una oposición. A todos nos viene bien

Haciendo de la necesidad virtud, es decir, tratando de sacar algún beneficio de este periodo difícil para todos, no nos queda otra que tratar de llevar el confinamiento obligatorio lo mejor que podamos e intentar aprovecharlo para nuestro crecimiento personal. Quizás puede ser un buen momento para ejercitar y desarrollar la mente; por ejemplo, realizando rutinas, ejercicios y juegos que nos ayuden a mejorar nuestra memoria, una función cognitiva que puede ejercitarse y mejorarse, especialmente si tenemos fuerza de voluntad.

Si estamos estudiando, bien se trate de una oposición, la prueba de acceso para la universidad o cualquier otro reto, tendremos que encontrar la motivación suficiente, tanto en el objetivo -conseguir una plaza como funcionario público, alcanzar la nota suficiente para cursar medicina, etc.- como en el contenido. Un lector motivado, interesado en lo que está tratando de memorizar, consigue ser mucho más eficaz. Tenemos que mantener la motivación e intentar, sobre todo, conservarla en las partes que nos resulten más densas o aburridas.

Organizar la información, realizando esquemas o subrayando partes clave de nuestra lectura siempre ayuda a memorizar, pues mantiene la mente más activa y participativa, más involucrada e inmersa en el objeto de estudio. Y debemos cuidar también los descansos, pues a menudo, cuando nos encontremos más embotados y abrumados, un parón de diez minutos puede ayudarnos a coger aire y perspectiva y retornar el estudio o el trabajo con la mente fresca y dispuesta a seguir absorbiendo como una esponja. Nos conviene conocernos y saber qué pautas de estudio nos vienen mejor para luego aplicarlas.

Por supuesto, puede venirnos bien cualquier truco mnemotécnico que nos sirva de ayuda, por extraño que parezca -una rima, una conexión numérica, una asociación con una historia real, etc.- Todo lo que nos pueda servir de utilidad será perfecto. Y no cabe duda de que leer en voz alta lo que estudiamos consigue un doble efecto, ayudando a memorizar con más facilidad al absorber la información por dos canales al mismo tiempo.

Cualquiera puede aprovechar para ejercitar la memoria, aunque no tenga un objetivo profesional por delante. Sobre todo las personas mayores, que pueden mantener su agilidad mental gracias a la práctica, por ejemplo, de los crucigramas de toda la vida, que suponen un reto para la mente y una manera sencilla y entretenida de ejercitarla. Internet es, también, un espacio gigantesco en el que encontrar con facilidad juegos y dinámicas para trabajar nuestra capacidad de memorización.

Por último, la alimentación también puede aportarnos un plus. Alimentos como las nueces ayudan a mejorar la memoria, el café incentiva la concentración de nuestros sentidos, la fruta silvestre previene fallos en las neuronas, la proteína sin grasa mejora las habilidades cognitivas, el pescado mantiene sanas las células cerebrales. etc.