Resetear la mente

¿Por qué nos quedamos horas y horas mirando las noticias? ¿Por qué no podemos parar la máquina? ¿Por qué no puede pensar con claridad? “Paren el mundo que me quiero bajar”, dice su mente

La realidad, hoy, es como una partida de Jenga en la que el contrincante es quien mueve nuestras fichas. Y como no estamos en su cabeza, tememos por cómo será su próximo movimiento y si perderemos. No tenemos el control. Y, eso, abruma.

Para solucionar las cosas, el cerebro rebusca en la información que tiene y da una respuesta basada en nuestra experiencia y lo más optimizada posible. Y como no encuentra algo similar, está ávido de conocer lo que sucede en las noticias buscando una solución. Además de la carga emocional que todo esto nos trae.

Parar la máquina

Para pensar con claridad se tienen que dar varias cosas. La primera, es tener espacio mental para que suceda. Pero estamos tan bombardeados de información, webinars, calls y demás que el cerebro dice ¡Basta!

Había preparado miles de textos y estudios para conocer lo que nos está pasando, pero ¿sabe qué? No, diviértase, desconecte -dentro de lo que pueda-. Y no haga nada.

Resetee el cerebro para que descanse y pueda pensar con claridad.

Y ¿cómo se hace?

Lápiz y papel. Herramientas simples y muy poderosas. No las subestime. Desde tener una hojita para apuntar todo aquello que se le viene a mente y que si se queda allí encerrado va dando vuelta por la cabeza como una mosca que no le deja concentrarse en lo que importa. O para garabatear y recordar cómo se hacían esos dibujos que disfrutaba cuando la realidad era otra. Juegue con formas básicas, letras y números. No hace falta ser un gran dibujante. Si sabe escribir, sabe dibujar. La creatividad le devolverá cierta cordura al día.

Derecho. ¿Sabía que cuando nos encorvamos eso también impacta en el ánimo? Al pararnos derecho o sentarnos correctamente, favorecemos que el estado de ánimo mejore.

Silencio. Parece muy básico, pero ante tanta información, el silencio, la ausencia de un bombardeo constante se hace necesaria para calmar la mente y encontrar esa claridad que tanto ansía. Esto también incluye el móvil.

Cerrar los ojos. Si tiene bañera, llénela y recuéstese dejando las orejas sumergidas. Con las luces apagadas, mejor. Y respire, sienta su respiración, amíguese con los latidos de su corazón. Y concéntrese en ellos.

Escuchar música o lo que sea. Encuentre su claridad mental. Puede ser descubriendo cómo se comporta el clarinete en esa pieza de música clásica que siempre le ha llamado la atención. Puede ser el riff de esa guitarra que lo hipnotizaba. Cascos y que se caiga el mundo. Céntrese en eso. Es la única manera de desconectar de esta vorágine nueva en la que estamos inmersos.

Tómelo como tirar la cadena del baño. Así, sin más.

Y, como siempre le digo, si le duele la vida, acuda a un profesional. Ahora hay muchos que están ofreciendo sus servicios de manera virtual. Si la economía no le permite un gran tratamiento, investigue, porque hay muchos profesionales que le pueden dar las pautas para su caso particular y de manera gratuita.