El futuro en ‘stand by’ del coche autónomo

Los avances tecnológicos y el despliegue del 5G sientan las bases del coche autónomo. De momento avanzan con fuerza los coches conectados, con el apoyo del seguro

Aunque ahora la vida parezca que ha quedado suspendida, debido a la pandemia por coronavirus, y que estamos inmersos en una distopía de ciencia ficción, la vida intenta seguir adelante para poder meternos en otra especie de ciencia ficción: el desarrollo de vehículos inteligentes -conectados o autónomos- que, gracias a las redes de conexión 5G podrán rodar por nuestras carreteras más pronto que tarde.

Eso era, al menos, lo que las industrias automovilística y tecnológica esperaban. Antes de la pandemia.

Las redes 5G facilitarán la conexión de todos los sensores que precisa un vehículo autónomo y facilitará a sus algoritmos la toma de decisiones de forma rápida y ágil. Y ética, en la medida de lo posible.

Autónomo, eléctrico y sin volante

El último avance tecnológico en este campo ha sido el lanzamiento del coche autónomo de General Motors, Cruise Origin. Este coche, de diseño aerodinámico y futurista, no tiene controles manuales. Ni volante ni pedales. Cruise, la filial de General Motors que se ha encargado de diseñarlo lo ha hecho para que circule sin conductor.

Después de años de solicitar permisos para desarrollar su coche conectado, Cruise ha obtenido los permisos y presentó el Cruise Origin a finales del pasado mes de enero en un evento en San Francisco. Ha sido un viaje largo y lleno de obstáculos, según ha relatado la automovilística, debido a la necesidad de repetir las pruebas por las dificultades técnicas y regulatorias. General Motors tenía previsto presentar su ingenio en 2019.

La colaboración entre General Motors, Cruise y Honda ha dado como resultado un vehículo que parece más un transbordador que un coche, con capacidad para seis pasajeros y tamaño similar a un SUV. Es totalmente eléctrico y autónomo. Como ya hemos dicho, no tiene volante ni controles manuales o pedales.

Los fabricantes han eliminado los elementos innecesarios, como los capós delantero y trasero. Aprovecha ese espacio para colocar más asientos, enfrentados, como si se tratara de un vagón de tren

La movilidad del futuro es compartida

General Motors sabe que el futuro de la movilidad es fundamentalmente eléctrica y compartida. Y ese espíritu se refleja en el Cruise Origin. El interior del vehículo cuenta con pantallas en las que se muestra el itinerario y en las que cada pasajero ve las paradas que el vehículo va a hacer. En la presentación del coche, señalaron que el vehículo podrá operar tanto de día como de noche. Sin descanso, al no depender de un conductor humano. Lo que sí será necesario será recargar su batería, por supuesto. General Motors calcula una vida útil del vehículo de aproximadamente 1,5 millones de kilómetros.

Lo que aún no se conoce de este coche autónomo es su precio ni la fecha oficial en que comenzarán a producirlo de forma masiva. Tampoco han detallado el nivel de conducción autónoma, aunque se prevé máximo, por la ausencia de controles. General Motors ha explicado recientemente al portal estadounidense especializado en tecnología The Verge que “para cuando este vehículo entre en producción, creemos que el software principal que impulsa nuestros vehículos estará en un nivel sobrehumano de rendimiento y será más seguro que el conductor humano promedio”.

Este no es el único coche desarrollado sin volante. Tenemos el eterno ejemplo de Google, con Waymo. Además, Tesla continúa avanzando en el desarrollo de su sistema de conducción que será 100% autónomo y Ford anunció que lanzará algo similar en 2021. Siempre que la crisis provocada por la pandemia de coronavirus permita a la industria del automóvil avanzar en su I+D.

Más conectados, más seguros

La llegada masiva de coches conectados y autónomos también cambiará a la industria del seguro. El de autos, un seguro obligatorio, se verá obligado a cambiar. Más allá del debate de quién debe asegurar el riesgo -si el fabricante, la empresa que gestione las flotas de vehículos autónomos o los pasajeros en ausencia de conductor, las pólizas deberán reflejar el impacto de una, en teoría, menor siniestralidad.

Ya son varias las compañías aseguradoras que están trabajando para revolucionar sus seguros de autos ante las innovaciones tecnológicas. Recientemente, Mapfre y Seat firmaron un acuerdo para el desarrollo de la nueva movilidad y la prevención de accidentes en este nuevo marco, que se traducirá en la puesta en marcha de iniciativas para minimizar los accidentes de circulación.

Cristóbal, el coche más seguro de SEAT

El acuerdo también incluye el estudio y validación por parte de Mapfre de las funcionalidades del coche más seguro de SEAT, Cristóbal. Este prototipo incluye 16 funcionalidades del Sistema Avanzado de Asistencia en la Conducción (ADAS). Permiten mejorar la seguridad en el momento de la conducción y minimizar así el riesgo de sufrir un accidente. En este sentido, la colaboración se centra en la validación por parte de Mapfre del funcionamiento de los ADAS y su impacto en la reducción de accidentes y en el precio del seguro.

Ambas compañías también se comprometen a analizar, en el contexto del reglamento general de protección de datos europeo (GDPR), la posibilidad de llevar a cabo proyectos relacionados con el coche conectado. Compartiendo conocimiento y experiencia. Con el objetivo de analizar el potencial que ofrecen los datos proporcionados por este tipo de vehículos para la creación de productos adaptados a usuarios finales. Tanto en base a patrones de conducción y su impacto en la siniestralidad, como en productos de pago por uso.