El sector farmacéutico: del protagonismo a la carrera por la consolidación

Al calor de la disrupción pandémica y la paralización de la economía, se sucedieron dos años de acusado contraste. En detrimento de la ralentización del dinamismo financiero en casi todos los sectores alrededor del mundo, un nicho de mercado estuvo marcado por revalorizaciones y una dinámica actividad de M&A: el sector farmacéutico.

Tradicionalmente considerado como un sector refugio en tiempos de crisis, este sector despertó el apetito inversor en compañías con valores al alza y grandes perspectivas de negocio en medio de un parón general. Tras la normalización de la crisis sanitaria las transacciones en este campo parecen estar resistiendo en una coyuntura marcada por la incertidumbre, una circunstancia que empuja a la volatilidad de los mercados y a sortear nuevos retos para una industria que no parece perder la atención inversora y que se encuentra en un claro momento de consolidación estratégica.

De acuerdo con las cifras que desgrana el Global M&A Report del tercer trimestre de 2022 elaborado por la compañía de investigación sobre capital privado Pitchbook, la actividad de la rama healthcare habría caído a niveles prepandemia. Sin embargo, en un mundo donde el M&A ha caído de forma notable, el sector healthcare sigue siendo un sector especialmente atractivo para los inversores y, de hecho, ostenta buenas perspectivas para 2023.

Una de las características del sector farmacéutico es su heterogeneidad, siendo un punto de encuentro para empresas con diferentes orígenes, a las que les une su relación con un consumidor preocupado por su salud. Por ello, una de las oportunidades que se vislumbran para 2023, es el auge del “Consumer Healthcare”.

A medida que las farmacéuticas tradicionales se enfrentan al vencimiento de la prescripción de distintos medicamentos, tendrán que plantearse nuevos modelos de negocio ante productos que ahora ostentan un perfil consumer healthcare. Esta nueva estrategia forzará a las compañías a aprender a gestionar estrategias con un consumidor y canal (como la parafarmacia) con dinámicas muy distintas a lo que han podido vivir en el pasado.

No cabe duda de que cada vez más, los consumidores quieren tener la posibilidad de decidir cómo cuidar de su salud e incluso cómo prevenir futuras enfermedades. El crecimiento del sector del consumer healthcare nos plantea nuevos retos enfocados a nuevos tiempos y consumidores, como la mejora constante de los productos y servicios mediante un alto grado de digitalización e innovación, que aporte mayor eficacia y rapidez con fórmulas alternativas a la medicina tradicional.

Prueba de ello han sido grandes empresas como Johnson & Johnson o GSK, que han tenido que escindir los negocios de consumer healthcare para poder competir en negocios con orientaciones muy distintas. Tras una evaluación pormenorizada del mercado, J&J comprendió que la estrategia más adecuada para acelerar su crecimiento era separar su negocio de consumo con grandes marcas como Aveeno, Neutrogena o Listerine, pronosticando ventas de hasta 15.000 millones de euros en un año.

Por su parte, GSK creó un gigante con ventas anuales de 10.000 millones de libras esterlinas llamado Haleon, que incluyó las integraciones de las megacarteras de productos de consumo de Novartis y Pfizer, resultando en un negocio global enfocado puramente al sector de consumer healthcare.

Las empresas del sector se encuentran cada vez con un entorno más globalizado y exigente, donde las grandes compañías marcan la pauta a nivel de innovación. Es por ello que, especialmente las compañías de menor tamaño puedan requerir de nuevas fuentes de financiación para poder seguir compitiendo de forma eficiente.

De hecho, y a pesar de un 2023 muy poco nítido, expertos prevén que los fondos con abundante pólvora seca busquen activamente operaciones de fusiones y adquisiciones en el sector sanitario en los próximos meses. La subida de los tipos de interés y el descenso de las cotizaciones bursátiles ejercerán una presión adicional sobre los planes de desinversión de las empresas y sobre su capacidad para liberar capital para realizar operaciones, pero no se puede ignorar que las grandes firmas siguen optimizando sus carteras y rotando activos no estratégicos.

El futuro es incierto y el sector farmacéutico tiene retos que afrontar, pero también oportunidades. Las compañías deben seguir apostando por la innovación y la escucha en todo momento a los pacientes y consumidores, para entender sus preocupaciones y necesidades en un sector formado por actores que han cambiado el trofeo del protagonismo por una medalla en la carrera por la consolidación.