Un tercio de los casos de cáncer de mama se detecta en el cribado

Sociedades científicas y Administración ponen el acento en la detección del cáncer, cada vez más adelantada en el tiempo con programas de cribado más amplios. Los expertos “afinan” ahora procedimientos gracias a los que ya se identifica el 30% de las pacientes con cáncer de mama.

En el marco del Seminario Entendiendo el cáncer en estadio precoz José María Borràs, coordinador científico de la Estrategia en Cáncer del Sistema Nacional de Salud, ha puesto de relieve el beneficio de los programas de cribado en la población que, en el caso del cáncer de mama, han permitido identificar a casi una de cada tres pacientes en España. El experto también ha abordado los retos pendientes para perfeccionar estos programas, que tanto en el ámbito europeo como en el español, en círculos científicos y entre autoridades sanitarias, está cobrando mayor protagonismo.

La interrupción obligada de los programas de cribado en los peores momentos de la pandemia tuvo consecuencias muy perjudiciales en términos de detección de tumores en fases más avanzadas. En opinión de Borràs, esta realidad prácticamente acabó con el debate sobre si el cribado universal lleva a diagnosticar y tratar en exceso (tumores que podrían resolverse o no tendrían consecuencias para la salud sin tratamiento). No obstante, considera que hay otros aspectos en el horizonte de las pruebas de cribado que pueden mejorarse y será necesario abordar. Uno de ellos sería la mayor flexibilidad a la hora de establecer los intervalos de edad a los cuales se realizan las pruebas. El cribado del cáncer de mama, por ejemplo se realiza ocasionalmente en mujeres en la década de los 40 que así lo desean, o por iniciativa de sus médicos. Es lo que se conoce como “cribado oportunista”. También se ha observado que el cribado de este tipo de tumores decae con la edad, quizá bajo la errónea idea de que “si no se ha padecido cáncer a los 65, ya no tiene mucho sentido seguir haciéndose análisis para detectarlo”. En contra de esa noción, y a sabiendas de que el riesgo de cáncer aumenta con los años, él considera recomendable extenderlos a mujeres de 70 años. En España ya existen recomendaciones al respecto, pero es algo que aún no se ha puesto en marcha, ha explicado.

Por otro lado, algunos expertos (en Reino Unido y Australia) han considerado la posibilidad de que las pruebas de diagnóstico rápido sustituyan a los programas de cribado, pero no es algo que él conciba. Entre otros motivos, el coordinador del plan nacional expone que los beneficios de los programas de cribado van más allá de los pacientes y se dejan sentir en las organizaciones. En su experiencia, la necesidad de coordinar los equipos para estas pruebas ha facilitado transformaciones que las han mejorado sustancialmente.

Otra de las posibilidades de mejora es la optimización de recursos como la prueba de PSA (antígeno prostático específico). El PSA es una proteína que producen las células normales y tumorales de la próstata. La prueba se utiliza para determinar sus niveles en la sangre como marcador del cáncer de próstata. Borràs ha participado en un proyecto europeo en el que los especialistas han cuestionado que sea necesario repetir el análisis numerosas veces, puesto que si el resultado es negativo en dos ocasiones (e los 55 y a los 65 años), la probabilidad de que se desarrolle cáncer es muy remota.

En el último encuentro de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO), del cual informaba elEconomista.es, la prevención y los programas de detección precoz cobraron un protagonismo inusual. La organización destacaba entonces la utilidad de un análisis de sangre para detectar 50 tipos de tumores antes de que la persona experimente síntoma alguno.

Los expertos de ESMO razonan que, en un plazo de solamente cinco años, va a hacer falta más personal sanitario con formación específica para el cambio que viene. Fabrice André, uno de los responsables del comité científico del encuentro, vaticinaba ante la prensa que este tipo de intervención tiene “implicaciones de envergadura” para médicos, cuidadores y proveedores de servicios de salud. Las necesidades serán de más médicos, cirujanos, personal de enfermería, infraestructuras de diagnóstico y tratamiento, todo para atender al creciente número de pacientes que van a ser identificados en el futuro.

En su última intervención antes de las elecciones autonómicas y locales, la consejera de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía, Catalina García, ha asegurado que la Atención Primaria desempeña un papel fundamental en la detección precoz del cáncer. “Los profesionales de la Atención Primaria son la puerta de entrada al sistema público de salud y están en una posición privilegiada para identificar signos tempranos de la enfermedad”, ha dicho, al tiempo que ha hecho un llamamiento al compromiso y la responsabilidad de los andaluces.

“Cada vez estamos detectando antes el cáncer, y las pruebas de cribado, como la de mama o colon, son claves para hallar la enfermedad y tratarla lo antes posible”. Por este motivo, ha instado a todos los andaluces a aceptar las invitaciones que lleguen al buzón de su casa. “Guardar en el cajón la invitación al cribado de cáncer, o tirarla a la basura, significa poner en juego nuestra vida. Nuestra salud es nuestro mayor tesoro, y cuidar de ella requiere de atención y acción”, ha señalado. García ha pedido que no se subestime el “poder” de las pruebas de cribado para detectar el cáncer de forma precoz, “porque puede marcar la diferencia entre una lucha prolongada y difícil contra la enfermedad o una recuperación más rápida y exitosa”. A lo que ha añadido: “El cáncer es una batalla que se puede ganar, pero la clave está en la detección temprana. Cuidémonos, estemos alerta de cualquier variación en nuestro cuerpo y aceptemos esas invitaciones”.

La UE actualizó sus recomendaciones sobre las pruebas de cribado a finales del año pasado a partir de los últimos avances científicos y pruebas disponibles. La idea es contribuir a que, de aquí a 2025, el 90% de la población de la Unión que cumpla los requisitos para someterse a un cribado del cáncer de mama, de cuello del útero o colorrectal tenga acceso a esas pruebas.

El nuevo enfoque también pide que los programas de cribado se amplíen de forma gradual al cáncer de próstata, pulmón y, en determinadas circunstancias, al gástrico. La recomendación forma parte de un nuevo Plan de la UE para el Cribado del Cáncer, presentado como iniciativa emblemática del Plan Europeo de Lucha contra el Cáncer.

El apoyo financiero para el cribado del cáncer es de 38,5 millones para proyectos en el marco del programa UEproSalud y 60 millones en el marco de Horizonte Europa. Otros 38,5 millones se han asignado en el marco del programa de trabajo de UEproSalud de 2023.

También puede obtenerse financiación para programas de cribado procedente de los fondos regionales, sociales y de cohesión europeos.