Las neuroprótesis alcanzarán los 40.000 millones en una década

La demanda de este tipo de implantes se verá impulsada por la creciente incidencia de las enfermedades neurológicas en todo el mundo y la demanda de dispositivos asequibles de alta tecnología. No obstante, existen obstáculos como escenarios de reembolso desfavorable y la escasez de expertos cualificados

Las neuroprótesis son la puerta al futuro para decir adiós a las enfermedades degenerativas. Existen muchas personas con discapacidad y con problemas neurológicos que les impiden moverse, hablar, escuchar o incluso ver. La tecnología puede ser de gran ayuda cuando se alía con los avances médicos. El mercado de las neuroprótesis alcanzará los 39.363 millones de euros dentro de nueve años, según Polaris Market Research.

Las neuroprótesis son una nueva tecnología que se encarga de decodificar de forma directa el cerebro. En otras palabras, son implantes que se colocan en la zona dañada del cerebro y permite restaurar ese daño de forma artificial. La demanda de estos dispositivos se verá impulsada por la creciente incidencia de las enfermedades neurológicas ya que a medida que la población geriátrica crece y vive más tiempo, se espera que aumenten este tipo de patologías. Además, la creciente prevalencia de enfermedades crónicas, el aumento del número de pacientes con lesiones nerviosas, el aumento de accidentes de tráfico y los percances que conducen a más casos de amputación y el aumento de la incidencia de pérdida de audición causarán el crecimiento del mercado de las neuroprótesis en la industria. La Organización Mundial de la Salud estima que alrededor de 2.500 millones de personas en todo el mundo experimentarán pérdida auditiva y 700 millones de individuos necesitarán rehabilitación auditiva. Por ello, la carga de pérdida auditiva entre la población mundial es uno de los principales impulsores del crecimiento de este mercado. Además, el implante coclear es uno de los dispositivos neuroprotésicos clave de la industria.

La creciente tasa de adopción de implantes también es el resultado de los altos gastos relacionados y los efectos adversos de los medicamentos convencionales, según el estudio de Polaris. Un ejemplo es el creciente uso del sistema de terapia de estimulación del nervio vago en lugar de fármacos para accidentes cerebrovasculares o aneurismas cerebrales. También crecerá por la demanda de implantes asequibles de alta tecnología.

Hasta ahora, los dispositivos protésicos motores tuvieron la mayor parte de los ingresos, seguidos por los implantes cocleares visuales en el mercado de las neuroprótesis. Además, el segmento de esta clase de dispositivos retinianos fue identificado como uno de los de mayor crecimiento gracias a un aumento en la penetración y los esfuerzos de investigación y desarrollo enfocados en la innovación. Por su parte, los trastornos de las neuronas motoras representaron el segmento más grande debido a la creciente incidencia de la enfermedad de Parkinson y la epilepsia.

El mercado de las neuroprótesis tiene la mayor participación en América del Norte debido a la presencia de fabricantes, mayores inversiones en investigación y desarrollo, y la disponibilidad de financiamiento tanto de instituciones gubernamentales como privadas. No obstante, existen obstáculos para el desarrollo de este mercado. Se trata de los escenarios de reembolso desfavorables, el alto coste de esta tecnología, la escasez de expertos calificados y la disponibilidad de opciones de terapia alternativa de vanguardia.

Son muchos los expertos y científicos que están investigando esta tecnología lo que impulsa aún más el crecimiento de la industria. Por ejemplo, hace tres años, el grupo de Neuroingeniería Biomédica de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche junto a investigadores holandeses empezaron a desarrollar una neuroprótesis visual (con 1.024 electrodos) con el objetivo de inducir la percepción de formas, movimiento y letras en personas ciegas y así mejorar su calidad de vida. Los resultados obtenidos eran muy prometedores para el desarrollo de una neuroprótesis visual, basada en microelectrodos, que puede ayudar a las personas que sufren pérdida de visión a mejorar su movilidad y a percibir el entorno que les rodea y orientarse en el. Se trataba de la primera vez que se llevaba a cabo un implante cerebral con un número tan alto de microelectrodos.

Por otro lado, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) llevó a cabo un estudio en el que la idea principal era que el cerebro funcionaba mediante conversaciones entre neuronas. Los investigadores sugirieron que las millones de neuronas que forman parte del cerebro coordinan su movimiento de forma distribuida, con base en conversaciones neuronales, una idea totalmente distinta a lo que se conocía anteriormente (cada neurona funciona por separado).

Nuevas vías de investigación

Este hallazgo abrió una nueva vía de investigación para el diseño de las neuroprótesis con el objetivo de restaurar el movimiento a pacientes con parálisis derivadas de una lesión medular o un ictus, entre otros. “Estos dispositivos descodifican el movimiento que sujeto quiere ejecutar y lo asisten, bien sea moviendo un cursor de ordenador, un brazo robótico o reanimando los músculos paralizados mediante estimulación eléctrica”, afirma el CSIC.

La irrupción de las tecnologías capaces de compensar los trastornos motores ha revolucionado el modo de aplicar los tratamientos. Entre ellas, destaca la neurorrobótica y la neuroprotésica que tiene como objetivo la estimulación de los músculos mediante niveles bajos de corriente, y la realidad virtual. “Solo entendemos una parte del funcionamiento del cerebro. Estas tecnologías nos ayudan a medir y calificar la recuperación, como se está llevando a cabo la terapia y qué efecto tiene sobre el paciente”, explica el investigador de la Universidad de California en Iryine (Estados Unidos), David I. Reinkensmeyer.

Hace 13 años, un equipo dirigido por el investigador del CSIC, José Luis Pons, presentó un dispositivo capaz de eliminar los temblores provocados por el Párkinson. El sistema se basaba en una neuroprótesis capaz de identificar el temblor y de estabilizarlo. A día de hoy, este tipo de temblores se trata con medicación o estimulación cerebral profunda, pero un 25% de los pacientes no responde a ninguna de las terapias mencionadas por lo que este sistema proporciona una nueva alternativa a tener en cuenta.

Asimismo, también se denomina neuroprótesis a los implantes o estimuladores cerebrales que se utilizan de apoyo a otros tratamientos. El investigador mexicano de la Universidad de Houston (Estados Unidos), José Contreras, afirma que estas tecnologías han permitido grandes avances en lo que se refiere a la rehabilitación. Un ejemplo, es la colocación de sensores en la cabeza (un método no invasivo) que ayudan a identificar cual es la involucración del paciente en esta.

Las neuroprótesis son una realidad, sin embargo aún queda mucho trabajo por delante. Es un paso firme para plantarle cara a las enfermedades neurodegenerativas. Los pacientes que padezcan este tipo de patologías podrán tener cada vez mejor calidad de vida gracias a este tipo de implantes que cada ve avanzan más.