El número de alérgicos crece un 25% y supera los 8 millones en España

Los profesionales indican que el 2023 está siendo el peor año en lo que se lleva de siglo debido a que cada vez hay más personas que presentan esta patología y el número de casos seguirá creciendo. Los tipos primaverales más comunes son las originadas por el polen del olivo y de las gramineas.

La llegada de la primavera junto al buen tiempo, el reverdecer de las plantas y días más largos no es una buena noticia para todo el mundo ya que para algunos puede ser aterrador, en concreto, los alérgicos. El 2023 está siendo el peor año en lo que va de siglo y es que, cada vez hay más personas con esta patología. Hace unos años seis millones de españoles padecían alergia al polen y ahora ha aumentado un 25% pasando a ocho millones y seguirá incrementándose. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en 2050 la mitad de la población padecerá algún tipo de alergia. Se trata de una verdadera epidemia que está atacando a todo el mundo.

En España, alrededor del 20 y 25% de la población es alérgica ya sea primaveral, alimentaria o de otro tipo. Son muy frecuentes los pacientes que permanecen con síntomas muchos meses por tener alergia a distintos pólenes que se van solapando en el tiempo, pero que además tienen alergia a otro tipo de cosas como a los hongos, gatos o ácaros de polvo. De hecho, la alergia a pólenes se está convirtiendo en un problema cada vez más extendido en el país. “Ha sufrido un aumento exponencial en los últimos años”, afirma la alergóloga del Hospital Universitario Vithas Madrid Arturo Soria, la doctora Belén Añibarro.

No hay una única causa que explique este incremento. Por un lado, los niños cada vez tienen menos infecciones lo que hace que haya menos virus dentro del hogar, y se tratan mucho mejor las enfermedades infecciosas. Esto hace que el sistema inmunológico en vez de fijarse en patógenos, se fije en otros aspectos como los alérgenos. Otra de las causas es el cambio del hábitat en el que vivimos. El aumento de la contaminación unido a las mascotas, los ácaros, a las sustancias que desprenden los muebles (formaldehído) y a que cada vez se pasa más tiempo en habitáculos cerrados produce un incremento de las alergias.

También el Covid-19 ha producido una irritación inmensa de las mucosas lo que ha favorecido la aparición de la alergia. Durante la época en que el uso de las mascarillas era obligatorio debido a este virus han protegido mucho a los pacientes. No obstante, las personas que lo han padecido u otras infecciones virales, por ejemplo, gripe B (este año ha habido una epidemia justo entrando en la primavera) ha favorecido que las mucosas estén más irritadas lo que hace que sean más sensibles a los pólenes. Además, cada vez los entornos son más cerrados lo que provoca que haya más virus. Esto favorece el desarrollo de la alteración de la mucosa y el hecho de ser más alérgico. Además, “este año al quitarnos los cubrebocas, lógicamente podemos sufrir más infecciones virales y más alergia porque estamos más sensibles”, afirma el presidente del Comité de Aerobiología Clínica de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic), Juan José Zapata. Por otro lado, afecta el cambio climático, es decir, el aumento de la temperatura global, descenso de las precipitaciones y la elevación de CO2 atmosférico porque induce un crecimiento más rápido de las plantas, con estaciones más largas que dan lugar a polinización más precoz, duradera y con niveles de pólenes más alto.

Además, este año se ha añadido un ingrediente más al cóctel. Las borrascas del invierno se han acercado mucho a la época de primavera lo que ha provocado que algunos pólenes retrasen su polinización y con esta los síntomas de la alergia. “Es importante estar pendientes de cómo se van produciendo los niveles de polinización cada año para adaptar el tratamiento”, indica el presidente del Comité de Aerobiología Clínica de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica.

Las alergias pueden aparecer de un momento para otro, incluso cuando ya se es muy mayor. “Está en el organismo y un día sin previo aviso se desarrolla una enfermedad alérgica, al igual que pasa con los tumores. Estás predestinado genéticamente y un día sin saber por qué se dispara y te sale un tumor ya que tienes predisposición desde que naciste”, explica Juan José Zapata. Por otro lado, los requisitos que tiene que cumplir una persona para que padezca alergia es la herencia ya que intervienen factores genéticos; y el ambiente, en otras palabras, un entorno donde hay una gran cantidad de vegetación, muchos contaminantes, una casa con mascotas, etc., favorece su aparición.

En cuanto a tipos de alergias primaverales, las más comunes son las provocadas por el olivo y las gramíneas, aunque lógicamente va a depender de la zona en la que se encuentre y viva la persona. Un dato curioso es que, según los alergólogos cuando un individuo empieza a sensibilizarse al polen también lo hace a una serie de proteínas que pueden interferir con los alimentos. Este hecho provoca indirectamente que aumenten también las alergias alimentarias.

Tratamiento

¿Tienden los pacientes a automedicarse cuando tienen alergia? Hay muchas personas “que teniendo cerca familiares o amigos con estas patologías recurren a la automedicación en casos leves o muy recortados en el tiempo”, afirma el alergólogo del Hospital La Paz, Javier Domínguez Ortega. Sin embargo, las enfermedades respiratorias alérgicas suelen asociarse con una pérdida de la calidad de vida muy notable lo que hace que al final acaben consultando a un médico. “Lo fundamental es tener un buen diagnóstico para saber a qué nos enfrentamos, si no lo que se hace es tratar la enfermedad como se quiere y te puedes encontrar que cada año se vaya ganando severidad”, indica Zapata. Y es que, si un paciente tiene sensibilidad al ciprés los síntomas aparecerán en febrero y marzo, si la tiene al olivo será en abril, mayo y junio; y si es a las artemisas será en diciembre y enero. “Si tenemos un buen diagnóstico podemos tener el tratamiento preparado para cuando empiecen los primeros síntomas”, añade.

En estos últimos años se han producido grandes avances en cuanto a tratamientos se refiere. Cada vez son más seguros y eficaces para controlar los síntomas. Además, los avances en la inmunoterapia “han permitido desarrollar vacunas que consiguen reducir y, en ocasiones, cambiar la evolución natural de la alergia, llegando a su desaparición”, dice Belén Añibarro. Por ejemplo, si una persona tiene sensibilidad al olivo se le puede quitar haciéndolo más tolerante y de esa manera el paciente puede llegar a la época de florecimiento de este árbol y no tener sintomatología o que esta sea muy leve. Estas terapias se administran durante un periodo de tres a cinco años, dependiendo de la evolución del paciente, pero nunca menos o más porque hay posibilidades de recaída. Por otro lado, se encuentra una tercera línea de terapias, las biológicas las cuales están irrumpiendo en el área de la alergia, sobre todo el asma bronquial permitiendo su control y mejora de la calidad de vida del paciente.

No obstante, no todos los pacientes que presentan síntomas de alergia acuden al alergólogo para realizarse las pruebas o un estudio alergológico. Esto se debe a que lo síntomas pueden presentarse de forma leve o muy ocasional. Los profesionales recalcan que es “conveniente que cada individuo con sospecha de alergia sea adecuadamente valorado para poder conocer a qué se es alérgico y adecuar las medidas a cada caso”, afirma el alergólogo del Hospital La Paz.