El sobrepeso se lleva el 9,7% de la factura sanitaria total en España

Más de la mitad de la población adulta tiene sobrepeso en España. Esto se traduce en menos años de vida (2,6 según la OECD), y en una serie de complicaciones que se llevan el 9,7% del presupuesto sanitario. Los expertos trabajan para conseguir un futuro sin sobrepeso ni obesidad.

Para más de la mitad de los españoles, la esperanza de vida se acorta un promedio de 2,6 años debido al sobrepeso. Las complicaciones que acarrea pesar más de lo debido se llevan el 9,7% del total del gasto sanitario, según datos de la OECD (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos). Con una visión positiva y orientada al futuro, expertos de la Sociedad Española de Obesidad y de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEDO y SEEN, respectivamente), aseguran que por cada euro invertido en la investigación de la obesidad en España se recuperarían seis. Gema Medina-Gómez, del grupo de trabajo de investigación traslacional en obesidad de la SEEDO, indica que es fundamental el papel de la investigación en el conocimiento de la obesidad como una enfermedad, para poder llegar a un diagnóstico precoz y así evitar las dolencias asociadas, entre las cuales cita diabetes, hígado graso, enfermedad renal y cardiovascular e incluso varios tipos de cáncer. Por supuesto, la aportación de la investigación llega también por la vía de los tratamientos innovadores. En sus palabras, “la investigación es la kriptonita de la obesidad”, y aunque el escenario presente dificultades, es importante apostar por un futuro con menos obesidad.

Irene Bretón, presidenta de la Fundación de la SEEN, se muestra de acuerdo y recuerda que “sin investigación no se puede avanzar”. La experta celebra los recientes progresos que están permitiendo una medicina más personalizada en el campo de la obesidad, algo que permite identificar los factores que influyen en cada persona y diseñar el plan de tratamiento más adecuado. Considera que los avances de los últimos años son muy alentadores, con tratamientos más eficaces y seguros, y -en los casos más graves- técnicas de cirugía bariátrica con mejores resultados a largo plazo.

La investigación abarca aspectos muy diversos de la obesidad, incluyendo los factores genéticos, el balance energético (ingesta de alimentos y gasto de energía), características del tejido adiposo (graso), cómo se relaciona y afecta a otros órganos y tejidos, además del papel de la microbiota intestinal, entre otros aspectos. Los expertos han señalado como particularmente interesante el estudio de la grasa parda, que es una nueva diana para los tratamientos de la obesidad y que podría también contribuir a prevenirla.

Gema Medina ha destacado diversas líneas de investigación centradas en hormonas, péptidos o moléculas cuyo fin es limitar la acumulación de grasa y evitar sus efectos tóxicos en otros tejidos del organismo. “Así se evitaría la aparición de comorbilidades asociadas a la obesidad, como la diabetes, la enfermedad cardiovascular o la enfermedad renal”. Se está trabajando en el desarrollo de tratamientos mejores y más seguros, “donde la investigación básica y traslacional contribuyen a ampliar los conocimientos de los mecanismos de estas moléculas u hormonas que sentarán las bases para identificar nuevas y mejores opciones terapéuticas”, afirma esta representante de la SEEDO.

Nuestro país se sitúa prácticamente a la cabeza de los países europeos en obesidad, con tasas de exceso de peso (sobrepeso y obesidad) superiores al 60%, y no está descendiendo.

En un reciente estudio para valorar el impacto de la pandemia en la obesidad infantil y en la adolescencia se determina que “las principales causas del repunte en las tasas de obesidad infantil y la adolescencia tras la pandemia son el mayor tiempo en pantallas (ordenador, móvil, tabletas electrónicas) y el menor tiempo de actividad física (30% de los niños pasan menos de 1h diaria al aire libre), lo que se traduce en que aproximadamente el 72% de los niños y adolescentes realiza menos actividad física que antes de la pandemia”, destaca Gilberto Pérez, miembro del Área de Obesidad de la SEEN.

Irene Bretón indica que se están realizando diversas acciones que intentan prevenir la obesidad, pero lamenta que, en general, son inconexas y no tienen el impacto previsto. Por otro lado, añade, “las personas con obesidad no siempre pueden acceder a la atención clínica que precisan y sufren un estigma injustificado a muy diversos niveles”.

Partiendo de esta realidad, los expertos confían en que un mayor apoyo a la investigación en este campo y una difusión adecuada de sus resultados puedan contribuir a un mejor conocimiento de la obesidad como enfermedad crónica con graves consecuencias para la salud. “Sin investigación no se puede avanzar en el conocimiento y en el control de esta enfermedad”, recalca la presidenta de la FSEEN.

Aseguran que la inversión en investigación puede tener beneficios en el plano socioeconómico.

España es un país de referencia mundial en la investigación de la obesidad, con investigadores que son reconocidos internacionalmente y con trabajos publicados en revistas de alto impacto.

Sin embargo, como denuncia Medina, “el esfuerzo de esos investigadores es máximo con la poca financiación que se destina a investigación en este país”. Todavía estamos por detrás de muchos países europeos en financiación y, sobre todo, en la investigación más básica y traslacional, “donde los logros no son inmediatos y suelen pasar muchos años hasta que llegan a la práctica clínica”.

Es indispensable que se realice un esfuerzo colectivo liderado por políticos, sanitarios, educadores y la sociedad en general y añadir al actual plan para reducir la obesidad infantil “un plan nacional general” sobre obesidad.

La asociación ABHispalis, como representante de los pacientes que viven con obesidad, ofrece su pleno apoyo a todas las iniciativas.