El uso de fármacos recupera los valores prepandémicos

El consumo de medicamentos va a incrementarse un 1,6% en días de terapia hasta el año 2027, impulsado sobre todo por los mercados asiáticos, africanos e hispanoamericanos.

En el cuarto año de pandemia, la atención vuelve a otros problemas de salud y los patrones de consumo de medicamentos dan indicios de haber recuperado las tendencias previas a la crisis, aunque la incertidumbre sobre nuevas variantes de SARS-CoV-2 aún se cierne sobre los mercados. El informe de IQVIA sobre empleo de medicamentos en 2023 documenta una previsión al alza que supera las estimaciones prepandémicas en 497.000 millones de dólares, con un incremento del 1,6% medido en días de terapia y un impulso acusado en Asia-Pacífico, India, Hispanoamérica, África, Oriente Próximo y China. Se espera que la tasa de crecimiento para los países con mayores ingresos en Europa Occidental, norte de América, Japón y Europa Oriental sea más modesta (entre el 0,1% y el 0,4% para el mismo periodo), en parte porque sus cifras de empleo de medicamentos son elevadas desde el primer año del análisis.

Por otro lado, cuando se mide en proporción de Producto Interior Bruto (PIB) dedicado a la adquisición de medicamentos, las cifras oscilan en función de los recursos de cada país, pero los analistas destacan que el registro de días en terapia (según los criterios de la Organización Mundial de la Salud) se ha duplicado en Europa Occidental y en Japón.

Además, si bien el volumen total de medicamentos empleados en todo el mundo ha aumentado en un 2%, el incremento para las terapias contra el cáncer es del 15% anual, “impulsado por los avances significativos en cuanto a nuevos tratamientos y mejoras en el acceso de los pacientes a los tratamientos contra la enfermedad en todo el mundo”.

En Europa se espera que el gasto se haya incrementado en 59.000 millones de dólares a la altura del año 2027, que los genéricos y biosimilares sean protagonistas y que crezca la presión negociadora.

Los medicamentos biológicos van a representar el 35% del gasto global. Las áreas terapéuticas que ilustran tendencias opuestas en el consumo de medicamentos son oncología e inmunología (creciendo entre un 13% y un 16%; y 3-6%, respectivamente). Son reflejo de dos fenómenos dispares: en oncología la innovación es creciente, mientras que en inmunología la competencia de los biosimilares ejerce una función de contención del gasto.

Se espera el lanzamiento de 100 nuevas terapias contra el cáncer en los próximos cinco años. Es otra señal -indican los expertos de IQVIA- de que la industria farmacéutica ha retomado los niveles de inversión previos a la crisis, así como su actividad investigadora, y ha lanzado nuevos medicamentos en una cantidad que supera los niveles de 2020 y 2021.

Una proporción cada vez mayor de los nuevos fármacos que están disponibles en el mercado son “primeros en su clase”, es decir, que su modo de actuar contra las enfermedades no tiene precedentes. Sus mecanismos de acción son innovadores y se diferencian de todo lo que les precede. “Cada vez hay más novedades científicas al alcance de los pacientes”, indica el informe sobre tendencias de 2023 en I+D.

En 2022 fueron 64 los fármacos lanzados en el mundo que entran en la categoría de nuevos principios activos, habitualmente denominada bajo las siglas NAS (del inglés novel active substances. Es un descenso de los más de 80 que vieron la luz el año anterior, pero aquel fue un año anómalo por los efectos de la pandemia. Lo que representan estos lanzamientos es, a entender de los expertos de IQVIA, un retorno a los niveles de innovación previos a la crisis sanitaria.

Los nuevos lanzamientos han crecido sobre todo en las áreas de oncología, neurología e inmunología en los últimos cinco años. Las terapias para enfermedades infecciosas (incluido el Covid), además de antibacterianos, antivirales, antifúngicos y antiparasitarios incluyen tratamientos nuevos para el HIV, ébola y -más recientemente- viruela símica. Representan el 16% de los NAS de la última década.

La innovación en procesos y en tecnología se ha acelerado en las circunstancias extremas de la pandemia. Ahora se está integrando y poniéndose en marcha, con cambios organizativos que se están traduciendo en ganancias en productividad.

Este segundo informe evalúa, además de las tendencias en aprobación y lanzamientos, la salud de las carteras de investigación y el número de ensayos clínicos en marcha. Asimismo, hace un retrato de la inversión en I+D y la actividad de compañías de perfiles diferentes. Su “fotografía” final revela importantes cambios geográficos y por áreas terapéuticas, y una priorización de los medicamentos con nuevos mecanismos de acción, los métodos innovadores y las rutas de aprobación aceleradas para sacar el máximo partido al desarrollo de nuevos fármacos y el acceso de los pacientes a los mismos.

La cartera de investigación y desarrollo se mantuvo estable en 2022. En este año se observa que gran parte de la atención se concentra en el área de oncología, y que van ganando terreno los segmentos de tipos de cáncer poco frecuentes, terapias de nueva generación, compañías biofarmacéuticas emergentes y (por áreas geográficas), China. La actividad en términos de ensayos clínicos ha sido calificada por los autores del documento como “notablemente resiliente”, incluso mientras la pandemia se prolongaba durante 2022.

El índice de productividad en desarrollo clínico, que integra datos sobre tasas de éxito, complejidad de los ensayos clínicos y duración de los estudios, ha vuelto a valores positivos en 2022, recuperando los valores negativos de la década anterior. En este índice, no obstante, se matiza que la recuperación de las tasas de éxito es modesta.

El área que más empuja el crecimiento es la de los tratamientos contra el cáncer. Han sido 2.331 nuevos productos en los últimos cinco años. Representan el 38% del conjunto, y crecen a un ritmo del 10,5%.