El colesterol alto se lleva 15.000 millones del gasto sanitario público

El 70% de las personas mayores de 65 años sufre alguna patología crónica, siendo el colesterol alto la más prevalente y la que más gasto ocasiona para el sistema sanitario español. La salud mental, la hipertensión, el dolor lumbar, la artrosis, la diabetes y la EPOC completan la lista.

El aumento de la esperanza de vida da lugar a una mayor prevalencia de las enfermedades crónicas, es decir, aquellas de larga duración en el tiempo. Este tipo de enfermedades, que padecen el 70% de las personas mayores de 65 años en España, son las que más gasto generan para el sistema sanitario. Según los últimos datos publicados por el Ministerio de Sanidad, el 70% del gasto sanitario público anual (90.300 millones de euros) se destina al tratamiento de pacientes con enfermedades crónicas.

La más prevalente es el colesterol alto, que se lleva aproximadamente 15.000 millones de euros del gasto sanitario público. Sin embargo, no es la única patología que genera un elevado gasto para el Sistema Nacional de Salud. La salud mental, la hipertensión, el dolor lumbar, la artrosis, la diabetes y la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) siguen al colesterol alto como los principales problemas crónicos de salud en España.

La hipercolesterolemia (colesterol alto en sangre) es una enfermedad que afecta al 50,5% de la población adulta, es decir a casi 24 millones de españoles, y se la considera silente porque no provoca ningún síntoma. A pesar de que el tratamiento con fármacos hipolipemiantes disminuye los episodios cardiovasculares y la mortalidad, más del 80% de los pacientes europeos con enfermedad cardiovascular establecida no cumple con los objetivos de colesterol recomendados en las guías clínicas, según los resultados del estudio Da Vinci.

En los últimos años el principal motivo que ha hecho que aumente el colesterol es el cambio en la alimentación. Según los expertos, cada vez hay un mayor consumo de alimentos procesados, con una cantidad de grasas en su elaboración y de comida rápida, ya que el acelerado ritmo de vida no permite a las personas hacer una preparación adecuada de los alimentos.

“El colesterol está relacionado con el sedentarismo, con la obesidad, con la prevalencia aumentada de diabetes del adulto del tipo 2. Hemos dejado de tener una dieta mediterránea como se tenía hacia 30 años. Cada día estamos comiendo peor, hemos empezado a comer rápido, a comer comida basura, nuestros hábitos dietéticos han cambiado y esto está haciendo que aumente la hipercolesterolemia”, explica Araceli Boraita, coordinadora del Grupo de Trabajo de Cardiología del Deporte de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).

Para combatir el colesterol alto es fundamental seguir unos hábitos de vida saludables y realizar ejercicio físico de forma regular y moderada. Según los expertos, lo más recomendable sería seguir una dieta que incluyese al menos cinco raciones diarias de verduras, hortalizas y frutas, así como la ingesta de tres raciones semanales de legumbres. A su vez, recuerdan que sería importante recurrir a cereales integrales y granos enteros o apostar por aceite de oliva virgen extra y frutos secos, ricos en grasas saludables.

La aparición de enfermedades crónicas se asocia al envejecimiento. Sin embargo, en España en torno al 40% de la población de cualquier edad va a presentar alguna enfermedad crónica. “Las personas mayores van a presentar una mayor prevalencia de enfermedades crónicas y, además también van a aparecer las morbilidades y las pluripatologías. Según aumenta la edad del paciente, aumenta la proporción de presentar patologías crónicas, lo cual conlleva un mayor número de tratamientos farmacológicos. Esto va a hacer que aumente el gasto sanitario y que disminuya la adherencia terapéutica”, explica Jesús Santianes, coordinador GT de cronicidad y dependencia de Semergen.

La Atención Primaria se constituye como el principal centro de referencia para los pacientes crónicos, pero esto supone el incremento de la sobrecarga asistencial. En este escenario, las personas con enfermedad crónica de mayor edad generan mayor demanda e impacto en la atención prestada en el ámbito asistencial de la Atención Primaria (AP) y la Atención Hospitalaria (AH), en especial los pluripatológicos y frágiles debido a sus características particulares.

“En AP, en torno al 65% del tiempo de consulta que tenemos está en relación con el manejo de las enfermedades crónicas. En urgencias, en torno al 40% de los pacientes que se ven en urgencias se ven como consecuencia de una complicación asociada a una enfermedad crónica. El 65% de los ingresos a nivel hospitalario van a ser por agudizaciones de patologías crónicas. Es un asunto de una magnitud elevada”, explica Jesús Santianes.

Falta de adherencia

La falta de adherencia a los tratamientos representa uno de los principales retos a los que se enfrentan los profesionales y sistemas sanitarios. Los datos alertan que aproximadamente el 50% de los pacientes con enfermedades crónicas no son adherentes a sus tratamientos. Ello conlleva importantes repercusiones clínicas, económicas y sociosanitarias, según datos del Colegio de Farmacéuticos.

“La adherencia del tratamiento va a depender de muchos factores y uno de los que guarda gran relación con la adherencia al tratamiento en las enfermedades crónicas son los síntomas que nos van a dar dichas enfermedades. Esto significa que, si tenemos un episodio agudo, como un dolor de cabeza, lumbalgia, es fácil que la persona tenga una buena adherencia al tratamiento. El problema es que el colesterol pertenece a un grupo de enfermedades que no da síntomas en el día, por lo que la adherencia disminuye hasta el momento en el que aparece el efecto adverso”, afirma Santianes.

Con el fin de ofrecer una solución a este reto asistencial el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos y la Universidad de Granada desarrolló el proyecto AdherenciaMED. Se trata de un proyecto de investigación en fases en el que se desarrolló y evaluó un Servicio Profesional Farmacéutico Asistencial enfocado a la mejora, mantenimiento y refuerzo de la adherencia terapéutica en pacientes en tratamiento farmacológico para la hipertensión arterial (HTA), asma o Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC). Dicho proyecto se implantó en el año 2018.