Otoño caliente para todo el sector sanitario

Comienza el curso y con él regresa la revista sanitaria que lleva la mejor información a sus dispositivos electrónicos. Este año, el otoño será de los más intensos que se recuerdan en el sector desde hace años. Lejos quedarán los debates estériles sobre un pacto de estado por la sanidad que nunca fue más que una quimera. En esta ocasión habrá movimientos de verdad, de los que cambian el paradigma para los próximos años.

El primero de ellos, en términos temporales, será la aprobación de una vacuna española contra el Covid. El suero de Hipra llegará para hacer competencia a las dos grandes ganadoras de este negocio, Pfizer y Moderna, que ahora se demandan por infringir patentes en una jugada que tiene muchas lecturas comerciales en vísperas de la nueva campaña de vacunación. Cierto es que la vacuna no lo tendrá fácil, pero si consigue llegar al mercado lo habrá hecho en poco más de un año: toda una proeza que les hemos ido contando aun cuando nadie daba un duro por el proyecto.

Pero esta futura noticia no es más que la guinda de un pastel con varias capas de profundidad. Vuelve el curso parlamentario y con él se retomarán proyectos normativos que han estado adormilados durante el periodo estival. El primero de ellos será la Ley de Calidad y Cohesión del Sistema Sanitario. En esta amalgama legislativa se reformarán desde el copago farmacéutico hasta la relación que tendrá el sistema público con las empresas privadas que prestan asistencia sanitaria. La primavera nos dejó a estas últimas como un recurso que solo se debería usar en casos extraordinarios. Dicho de otra forma, se quiere limitar al máximo las concesiones que existen a día de hoy. La mirada se dirigirá hacia ERC y PNV, llaves de muchas leyes del Gobierno y que parece que en esta ocasión no están tan por la labor.

Y para rematar, se acometerá la reforma que regula los precios y el acceso de los medicamentos, norma que sufrió su último gran cambio en el 2015. Aquí hay muchas aristas que conviene dejar claras para entender todo lo que está en juego. Por un lado, el gobierno quiere que las empresas farmacéuticas traigan fabricación a España, sobre todo de un listado de medicamentos considerados esenciales para mantener cierta independencia ante futuras crisis sanitarias. Por otro, las empresas piden mejor trato económico para varios medicamentos que están rozando el umbral de la rentabilidad. Para ello se pide reformar el sistema de precios de referencia, un método que calcula cada año el precio de los fármacos sin patente a la baja. Y entre tanto, también habrá guerra fría entre las empresas innovadoras y las de genéricos.