Cuidamos de lo más importante: el origen de la vida

Según la Sociedad Española de Fertilidad, aproximadamente un 9% de los bebés nacidos en España lo hicieron gracias a técnicas de reproducción asistida. Detrás del alumbramiento de cada uno de ellos está el trabajo de un amplio equipo, entre los que destacan, además de los profesionales médicos, los embriólogos.

El embriólogo es la persona que cuida con mimo de todos los detalles para que los embriones se encuentren en las mejores condiciones posibles y que los pacientes puedan cumplir su sueño: tener un bebé.

Desde que en 1978 naciese Louis Brown, la primera persona que fue concebida con ayuda de un tratamiento de reproducción asistida, los embriólogos hemos sido testigos privilegiados de la evolución de las técnicas de medicina reproductiva, que han contribuido a que las tasas de éxito sean cada vez mayores.

Los embriólogos nos encargamos de todo el proceso en el laboratorio, desde que el óvulo llega procedente de la punción ovárica, hasta que se transfiere al útero materno en forma de embrión. Durante esos días, realizamos la fecundación de los óvulos. Tras la misma, los embriones permanecen en el laboratorio unos días hasta alcanzar el mejor momento para transferirlos.

El equipo de laboratorio, al igual que los doctores, las enfermeras y las coordinadoras, acompaña a los pacientes para que se sientan arropados en este camino. Les mantenemos informados en todo momento de la calidad y evolución de sus embriones, valoramos las opciones de transferencia, y, sobre todo, resolvemos sus dudas e inquietudes. El embriólogo siempre estará a disposición de los pacientes para ofrecerles la confianza y seguridad de estar cuidando de sus embriones. Queremos que sientan que están en las mejores manos.

En este sentido, y dando un paso más en nuestro compromiso con la transparencia y la calidad en los procesos, nuestros laboratorios están diseñados con paredes de cristal, con el objetivo de acercar al paciente el trabajo de laboratorio y que puedan asistir al “origen de la vida” gracias a los monitores situados al otro lado del cristal. Los pacientes pueden asomarse en cualquier momento y ver cómo trabajamos. En Ginemed disponemos del equipamiento, la tecnología de vanguardia y los recursos humanos necesarios para poder ofrecer a nuestros pacientes todos los tratamientos de reproducción asistida.

Diría que una de las técnicas que cada vez usamos con más frecuencia, es el time lapse, un incubador con un sistema integrado que permite monitorizar la evolución de los embriones desde el primer momento del cultivo. El sistema toma una imagen del embrión cada pocos minutos, dándonos información de todas las divisiones que realizan las células sin necesidad de abrirlo y exponerlos a la luz y cambios de temperatura. Así se pueden detectar anomalías o estimar cuál será el embrión con mayor capacidad de implantación.

Otro hito dentro de las técnicas de laboratorio es el Test Genético Preimplantacional (PGT), un método de diagnóstico que se realiza al embrión antes de ser transferido al útero materno para asegurar que no sufre anomalías cromosómicas y/o mutaciones genéticas.

Todos estos avances no serían posibles sin la investigación y la formación. Participamos en investigaciones pioneras, como el último estudio en el que nos encontramos inmersos, sobre la relación entre los patrones de desarrollo de los embriones con posibles anomalías cromosómicas asociadas en muchos casos a fallos de implantación o abortos tempranos. Y todo este conocimiento lo divulgamos formando a futuros embriólogos.

En definitiva, podemos afirmar que nos sentimos plenamente orgullosos de contribuir al avance científico de la Medicina Reproductiva y de haber sido parte del equipo que ha hecho posible que en los 30 años de historia de Ginemed más de 22.000 familias de todo el mundo hayan podido cumplir su sueño: ser padres.