“Usamos el ‘Big Data’ para incluir el género en los ensayos clínicos”

José Gómez Moreno, director gerente del Hospital Vithas Madrid Aravaca, cerró con su participación en la charla coloquio ‘La maternidad en la mujer del siglo XXI’ la III edición de la Jornada Salud y Mujer, organizada por ‘elEconomista.es’ con el apoyo de HLA Grupo Hospitalario, Organon y Vithas.

¿Hasta qué punto influye la edad más tardía en la maternidad?

Con la edad todo lo que es la patología médica del embarazo (la diabetes gestacional, la hipertensión, la posibilidad de desarrollar eclampsia, de sangrado, abortos espontáneos, etc.) se incrementa en frecuencia y es más probable que ocurra prematuridad o la necesidad de partos más intervenidos. Se puede tener un embarazo perfectamente seguro después de los 40 años, pero creo que es necesario conocer todas estas dificultades.

¿Qué es lo que nos ha llevado a hablar de violencia obstétrica y cómo lo definiría?

Seguramente si le preguntas a muchos ginecólogos no se van a encontrar cómodos con el concepto, pero se podría definir como una serie de prácticas clínicas que se han venido desarrollando desde hace tiempo y que suponen un trato inadecuado o irrespetuoso a la mujer.

¿Cree que también existe en otros ámbitos sanitarios?

Este concepto de violencia obstétrica está bien encuadrado y no es muy extensible y muy generalizable, pero sí puede haber otras circunstancias en otros ámbitos en los que la mujer tenga sensaciones parecidas, como en las mamografías.

¿Tiene ahora la mujer más capacidad de decisión en el embarazo?

Lo que ha ocurrido en los últimos 20 años es que la mujer tiene mayor capacidad de decisión sobre su embarazo y su parto. Ha ocurrido un cambio de paradigma. Se entiende que hay que respetar la parte fisiológica y hacer un nivel de intervención tan mínimo como sea posible y esto abre camino a la individualización. En la gran mayoría de las veces, en las que la intervención es casi inexistente, se abre la puerta a considerar las preferencias que pueda tener la mujer.

¿Quedan aún iniciativas prioritarias?

Por supuesto, siempre quedan cosas por hacer y, desde luego, yo creo que lo más importante es la generación de evidencia científica suficiente para entender mejor las diferencias en su sintomatología.

Eso tiene que ver no solo con que no haya sesgos en el reclutamiento de los ensayos, sino con que se planteen las preguntas de investigación necesarias. Hoy día tenemos un aliado grande que es el Big Data y lo que llamamos el Real World Data, los datos que no solo provienen de los ensayos clínicos, sino de su aplicación posterior en el mundo real.