Las pantallas provocan problemas oculares, ¿mito o realidad?

El tiempo excesivo delante de un dispositivo instiga fatiga visual, sequedad ocular y visión borrosa, entre otros. En 2050, la mitad de la población padecerá miopía.

Los dispositivos electrónicos se han convertido en una extensión del cuerpo. Las personas están pegadas a la pantalla del ordenador o móvil para trabajar, leer, jugar, hacer deporte o consumir ocio. La forma de usar las pantallas incide negativamente en la salud ocular. Produce cansancio, enrojecimiento y picor, entre otros signos. Según un estudio publicado en la revista The Lancet, quiénes pasan muchas horas delante de una pantalla tienen un 30% más de probabilidad de padecer miopía. Además, se calcula que para el año 2050, la mitad de la población mundial padecerá la enfermedad.

Actualmente los smartphones cuentan con un sistema que calcula el tiempo de uso del dispositivo, ¿Cuánto marca el suyo? “La vida actual hace que de media la población adulta pase más del 50% del tiempo despiertos pegada a una pantalla”, afirma el director de HM Eye Center, el doctor Gonzalo Bernabéu. Los españoles pasan una media de 11 horas delante de una pantalla. Un dato curioso es que el 81% es lo primero que hace al despertarse y lo último antes de dormir, según un estudio de Multiópticas. Además, el teletrabajo ha contribuido a aumentar las cifras.

Hace 30 años, las pantallas del ordenador eran de monocroma de color verde fósforo y emitían radiación visual y electromagnética a través de los tubos catódicos. A día de hoy, las pantallas no emiten radiación, pero sí presentan un impacto derivado del tiempo, el modo de uso y la distancia. Las pantallas se utilizan a una distancia para la cual los ojos tienen que entrar en modo enfoque a distancia corta. “El tiempo de uso hace que tengamos que tener el sistema de los ojos, responsable de enfocar a esa distancia, en constante actividad que funciona de manera parecida a una cámara de fotografía réflex”, indica el secretario de comunicación de la Asociación Profesional de Oftalmólogos de España (APOE), el doctor y cirujano Alfredo Ferrer.

Al estar delante de una pantalla, se tiende a parpadear menos de lo que se debe. Se pasa de pestañear veinte veces por segundo a 345 veces en un minuto. Además, en usuarios de gafas está comprobado que todavía se reduce más la frecuencia de parpadeo induciendo sequedad ocular. Este hecho implica que la película lagrimal se rompa y la protección de la superficie ocular empeore.

Pasar una gran cantidad de horas delante del ordenador o de un dispositivo similar tiene consecuencias en la salud ocular. “Lo más frecuente es la fatiga visual y la sequedad ocular. Se produce queratitis por sequedad, es decir, rojez por falta de lágrima, hidratación y por el propio cansancio”, indica el jefe del servicio de oftalmología del Hospital La Paz, el doctor Armadá. Este conjunto de sintomatología se conoce como Síndrome Visual Informático. Se estima que afecta a 60 millones de personas a nivel global. Además, el síndrome de ojo seco deriva en patologías de la córnea o párpados, por ejemplo, los famosos orzuelos, inflamaciones o infecciones de los bordes de los párpados.

Por otra parte, el estar muy cerca de la pantalla en niños y adolescentes a la hora de jugar, hacer los deberes o estudiar; acompañado de la falta de actividad al aire libre induce a una especialización de los ojos en forma de miopía en su desarrollo. “Si una persona que está creciendo pasa mucho tiempo utilizando una pantalla a una distancia significativamente corta puede estimular que sus ojos se desarrollen como miopes”, indica el médico Ferrer. Otros problemas que puede provocar que no tienen que ver con la vista son los musculoesqueléticos como las contracturas cervicales o problemas a nivel de columna.

Los casos que los oftalmólogos ven con más frecuencia en las consultas hoy en día son los derivados de la sintomatología que originan el uso de las pantallas. “Vemos cada vez más pacientes con síndromes de ojo seco, con problemas de fatiga visual, conocida como astenopia”, afirma el secretario de comunicación de APOE. En los últimos años, también se ha visto un incremento de los jóvenes que van a consulta por casos de miopía. “Es muy raro que la gente joven vaya a consulta, salvo que note algo”, recalca el doctor Armadá. Entre las sillas de la sala de espera es más frecuente ver a personas de avanzada edad, sobre todo, mujeres a partir de los 40 años.

El tiempo ideal entre una prueba de la vista y otra sería un año y medio. Además, existen cuatro grupos de riesgo que deberían acudir al oftalmólogo con frecuencia. Se trata de los pacientes que presentan antecedentes familiares de glaucoma, degeneración macular, personas diabéticas y miopes. “Esas cuatro poblaciones deben acudir regularmente a los profesionales de la vista”, afirma el especialista en retina del Hospital Puerta de Hierro e Instituto de Microcirugía Ocular (IMO), el doctor Jorge Ruíz Medrano.

Los expertos indican que para proteger los ojos, hay que mantener una distancia adecuada. Lo correcto es situar la pantalla a una longitud más o menos como la de un brazo y a una altura que permita mirar hacia abajo. “Si dirigimos la mirada al ordenador a una altura inferior a nuestros ojos, el parpadeo protege el globo ocular y disminuye la fatiga visual”, indica la compañía Sanitas. Además, hay que cumplir la norma de oro: cada 20 minutos mirando la pantalla, se debe mirar 20 segundos a un objeto que esté más o menos a 20 pies de distancia (aproximadamente seis metros). Así, se cambia el enfoque de los ojos a diferentes distancias, lo que hace que se relajen y descansen. Por otra parte, para prevenir la sequedad y humidificar los ojos, los oftalmólogos recomiendan utilizar lágrimas artificiales y un humidificador de ambiente. También si la persona lleva lentillas es recomendable que utilice gafas a la hora de trabajar y así dar un descanso a los ojos.