El lado oscuro de la venta ‘online’: la mitad de los fármacos son falsificados

En la lista de los más adquiridos se encuentran los relacionados con mejorar el estilo de vida como los que sirven para perder peso o para tratar la disfunción eréctil. También existen tratamientos adulterados para tratar el cáncer, la malaria, el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y otras patologías graves.

El mundo está compuesto por 7.800 millones de personas y, seguramente, todas ellas tomarán un medicamento en algún momento de su vida. Una de las mayores amenazas que se presentan a día de hoy es la falsificación de fármacos y productos farmacéuticos. La Organización Mundial de la salud (OMS) estima que el 50% de los medicamentos que se distribuyen a través de Internet han sido adulterados.

En el ámbito de la distribución, el comercio online ha cambiado las reglas del juego. Antes la única forma que tenía la población para adquirir un medicamento era acudir a la farmacia o parafarmacia a pie de calle. Ahora se ha inaugurado una vía adicional, Internet, por la que es posible introducir productos falsificados. En España, legalmente, solo se pueden vender a través de la Red medicamentos sin receta. Además, debe ser a través de una página web de una farmacia física autorizada por la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS).

Los bestsellers son los relacionados con mejorar el estilo de vida, por ejemplo, los que sirven para perder peso o para tratar la disfunción eréctil, es decir, la viagra y sus derivados. También, existe entre los culturistas cierto comercio ilegal de anabolizantes y esteroides. Después, se encuentran las terapias adulteradas para tratar el cáncer, la malaria, el VIH y otras patologías graves. “En países del tercer mundo, por ejemplo, África, se detectan muchos casos de antibióticos y fármacos antimaláricos que tienen una calidad subestándar o directamente no tienen ningún principio activo”, explica el responsable del Área de Divulgación Científica del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, Carlos Fernández Moriano.

Los medicamentos adulterados proceden de países en desarrollo, en su mayoría. Allí, los delincuentes acceden de manera más fácil a los materiales y sustancias, puesto que las legislaciones son más laxas, al menos en cuanto a medicamentos se refiere. “En casi todos los países se ven este tipo de prácticas, pero las mafias proceden mayormente de países en vías de desarrollo o con menor nivel de desarrollo económico”, señala el responsable del Área de Divulgación Científica.

En España, la lucha contra el tráfico ilícito de medicamentos y productos farmacéuticos falsificados la lidera la AEMPS. Su última memoria, correspondiente a 2021, refleja que durante ese año se llevaron a cabo un total de 466 actuaciones en relación a medicamentos ilegales, de las cuales 338 se hicieron en colaboración con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, juzgados y otras instituciones (como comunidades autónomas, la Agencia Española de Administración Tributaria o Servicios Farmacéuticos Periféricos), es decir, duplicaron las llevadas a cabo el año anterior (171 actuaciones). Además, 121 fueron notificaciones evaluadas en relación a robos, extravíos y desvíos de medicamentos a tráfico ilícito. También se retiraron siete medicamentos, el doble que en 2020 cuando únicamente se retiraron tres. Por otra parte, investigó un total de 99 páginas web por no cumplir la normativa de venta online y vender medicamentos ilegales, y se retiraron hasta 796 anuncios publicitarios.

Por otra parte, en 2022 se ha llevado a cabo la Operación Pangea XV en la que participaron autoridades reguladoras de policía, aduanas y salud de 94 países. El resultado fue la incautación de 10,6 millones de euros en medicamentos ilícitos, la emisión de 200 órdenes de allanamiento y el cierre o la eliminación de más de 4000 enlaces web, incluidas páginas web y mercados en línea que contenían anuncios de productos ilícitos.

Cada año fallecen cientos de miles de personas por tomar medicamentos falsos. La forma de actuar que tienen las mafias es muy amplia, pero generalmente se encuentran dos conductas, según el jefe del Grupo de Consumo de la Sección de Consumo, Medioambiental y Dopaje de la Policía Nacional. “La primera de ellas es que el medicamento ya venga falsificado del extranjero y aquí lo que se hace es una mera distribución; o que se cree el fármaco en España, es decir, se monte un laboratorio clandestino (que carece de mínimas condiciones higiénicas) en el que una persona compra los principios activos y la maquinaria necesaria para proceder al envasado y empaquetado y, posteriormente, a su distribución”, explica. Estos medicamentos pueden contener impurezas desconocidas o incluso estar contaminados por microorganismos.

La existencia de medicamentos falsos presenta consecuencias a nivel económico, sistemático, social y farmacéutico. Por ejemplo, si una persona está en tratamiento y adquiere a través de Internet o por otra vía un fármaco adulterado, la enfermedad corre el riesgo de no ser tratada adecuadamente y progresar, puesto que el tratamiento no tiene eficacia. También, pueden producirse reacciones de sobre dosificación si el medicamento falsificado contiene más principio activo del que está legalmente autorizado. Además, ha habido casos de intoxicaciones debido a que contenían talco o tiza. Los tratamientos falsos pueden desarrollar resistencia antimicrobiana, otro de los problemas a los que se enfrenta el mundo. Este influye en el sistema sanitario, ya que se traduce en hospitalizaciones de los pacientes por no haber sido bien tratados produciendo un coste económico adicional al sistema.

De igual importancia, la problemática de los medicamentos falsos presenta grandes pérdidas económicas para los fabricantes de medicamentos legítimos llegando a tocar la vulneración de los derechos de propiedad intelectual. “Las mafias que se dedican a traficar con este tipo de productos, muchas veces fabrican envases para esos medicamentos que son prácticamente idénticos a los originales e incluyen el logo de los laboratorios. Todo ello es una pérdida de imagen y reputación para la empresa, además de una pérdida económica”, recalca Carlos Fernández Moriano. La farmacéutica Pfizer ha confirmado que “hay versiones falsificadas de al menos 103 de sus productos en más de 116 países como Canadá, Estados Unidos y algunos territorios de la Unión Europea”. Algunos que han ingresado a la cadena de suministro son Viagra, Lipitor (terapia para el colesterol), Norvasc y Celebrex.

En cuanto al precio del medicamento falsificado “suelen ser más caros que en las farmacias”. Lo que ocurre es que el paciente prefiere no acudir a su médico para que se lo recete ya sea por vergüenza, por no usarlo con el fin prescrito o por ahorrarse la visita al ambulatorio. A través del canal ilegal, los precios no están fijados y le pueden cobrar al consumidor lo que el vendedor considere.

Tanto las autoridades regulatorias mundiales, internacionales como nacionales, por ejemplo, la AEMPS en España, luchan para terminar con la amenaza de los medicamentos falsificados. Una de las actuaciones que se han llevado a cabo para acabar con la situación en el país es el Sistema de Verificación de Medicamentos (SEVeM). Entró en funcionamiento en 2019 y actualmente conecta a más de 491 titulares de autorización de comercialización de medicamentos, 315 almacenes de distribución, casi 22.200 farmacias comunitarias y más de 190 servicios de farmacia de hospitales privados. El sistema permite que desde que el medicamento sale de la instalación, de la industria productora, o del fabricante hasta que se dispensa en una farmacia comunitaria o de hospital ese proceso sea adecuadamente trazado y se pueda asegurar que el medicamento es legal desde su origen hasta su uso por el paciente.

Evitar al cien por cien la falsificación de medicamentos es complicado porque siempre van a surgir nuevas estrategias por parte de los delincuentes para burlar las normas. Pero, para evitar que los medicamentos salgan del canal legal, “animamos a los ciudadanos y farmacéuticos a que si detecten algún usuario en alguna plataforma o página web que oferte fármacos con receta lo comunique a las respectivas autoridades para denunciarlo”, termina diciendo Fernández Moriano.