Detectan 50 tipos de cáncer sin síntomas en un análisis de sangre

Los sistemas sanitarios tienen que prepararse para aplicar en cinco años pruebas que podrán detectar el cáncer en un simple análisis de sangre. Habrá muchos más casos, pero con mejor pronóstico, según han coincidido los expertos reunidos en el congreso europeo de cardiología.

Los análisis de sangre para detectar cáncer, también conocidos como MCED o biopsias líquidas, han mostrado por primera vez capacidad para detectar 50 tipos de tumores antes de que se manifiesten los síntomas. En un plazo de solamente cinco años va a hacer falta más personal sanitario con la formación adecuada para el cambio que esto supone. Médicos, cuidadores y proveedores de atención sanitaria en general van a tener que prepararse para un cambio radical en la detección precoz del cáncer.

Es lo que dicen los responsables de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO), que recientemente celebraba su encuentro anual y abría el congreso con la presentación de un estudio con datos que avalan la precisión de la MCED –del inglés multi-cancer early detection o la detección precoz de múltiples cánceres en un análisis de sangre. El hallazgo tiene “implicaciones de envergadura” para la atención a los pacientes de cáncer, ha indicado Fabrice André, copresidente del comité científico, en su primer encuentro con los medios de comunicación.

Para André, “es responsabilidad de las sociedades científicas como ESMO hacer saber que en los próximos cinco años vamos a necesitar más médicos, cirujanos y personal de enfermería, y más infraestructuras de diagnóstico y tratamiento, para atender al creciente número de pacientes que van a ser identificados con MCED”. El experto, que será presidente de ESMO en los años 2025 y 2026, ha dicho que va a hacer falta implicar a todos los que intervienen en los procesos de atención al cáncer en la decisión de cuáles serán las nuevas vías para incorporar esta innovación. “Tenemos que ponernos de acuerdo en quién se someterá a las pruebas, cuándo y dónde se realizarán, y adelantar los cambios que van a producirse como resultado. Por ejemplo, en el caso de las personas con cáncer de páncreas y otros tipos de cáncer que ahora se diagnostican en fases mucho más avanzadas”, ha advertido.

Los nuevos test MCED en fase de desarrollo pueden detectar señales de cáncer en 50 clases de tumores e identificar cuál es el punto de origen de las células malignas en el organismo. Las señales se obtienen en pequeñas secuencias de ADN tumoral circulante (las llaman ctDNA) en el flujo sanguíneo, que tienen características diferentes a los del ADN no tumoral.

El estudio Pathfinder, presentado en ESMO, muestra que una prueba MCED puede detectar señales de cáncer en 1,4% de una población de 6.621 personas mayores de 50 años que ignoraban que tuvieran la enfermedad. El cáncer se confirmó en un 38% de los que dieron positivo en la prueba. De los 6.290 sujetos sin cáncer, el 99,1% dio negativo. Analizando a los positivos, el tiempo para llegar a un diagnóstico definitivo fue de tres meses o menos.

Estos resultados son un importante primer paso para las pruebas de detección temprana, porque muestran una buena tasa de detección y una “excelente tasa de especificidad” para quienes están libres de enfermedad. Según ha detallado Deb Schrag, del Memorial Sloan Ktettering Cancer Center (Estados Unidos), si la persona tiene cáncer, el diagnóstico llega en menos de dos meses, y se tarda algo más –tres meses– en descartarlo en las personas sin tumores, porque los médicos realizan una serie de pruebas adicionales por precaución cuando ya han pasado varios meses. También ha dicho que un dato importante extraído del estudio es que muy pocos participantes con falsos positivos necesitaron someterse a pruebas invasivas como endoscopias y biopsias. “Esto debería contribuir a aliviar la preocupación sobre pruebas innecesarias”, ha añadido.

Schrag hizo hincapié en la importancia de mantener las pruebas de detección (o cribado) habituales que ya se han puesto en marcha para identificar personas con tumores de mama y cáncer colorrectal, mientras que las pruebas de MCED se perfeccionan y validan para su empleo en cáncer de páncreas, intestino y estómago, que a fecha de hoy no se pueden identificar de forma precoz porque no hay instrumentos para ello.

Es importante, dice, recordar que “el propósito de los cribados del cáncer no es reducir su incidencia, sino más bien minimizar la mortalidad por cáncer”. Aunque el estudio Pathfinder no analiza esta variable, los expertos siempre han asegurado, y otros trabajos avalan la teoría, que cuanto antes se detecte la enfermedad, mayor es la probabilidad de alcanzar el éxito terapéutico.

Antes de Pathfinder había investigaciones que mostraban que los análisis de sangre pueden detectar presencia de ADN tumoral, lo cual puede servir para evaluar cómo va un tratamiento. Lo que no se había hecho era utilizar este instrumento para detectar el cáncer en personas aparentemente sanas. Ahora esta línea de investigación ha recibido un nuevo impulso, con varios trabajos en marcha para analizar su precisión y su utilidad. En Inglaterra se ha iniciado ya uno en el que se estudiará a 140.000 personas sin síntomas de cáncer, que pasarán por el test MCED. André piensa que harán falta estudios comparativos con diferentes tipos de tumores para saber qué consecuencias tiene el cribado precoz en la morbilidad y la mortalidad. “También necesitamos saber cómo benefician estas pruebas a los pacientes, y cómo hablar con ellos de los resultados, y hay que saber más sobre esa pequeña proporción de falsos positivos antes de poder calcular el coste de incorporar MCED a la práctica clínica habitual”, ha razonado.

La línea de la prevención gana fuerza con el reciente llamamiento de la comisaria de Salud de la Comisión Europea, Stella Kyriakides, para que los Estados aumenten el número de pruebas de detección temprana que se realizan actualmente. El objetivo es mejorar, por lo menos, el diagnóstico en cáncer de mama, cuello uterino, próstata, pulmón y estómago.

Otro estudio que ha concitado mucha atención en el congreso ha sido el que ha conseguido desvelar cómo las partículas en suspensión de la contaminación atmosférica son capaces de inducir cáncer de pulmón en personas que no han fumado nunca. Ese trabajo tiene consecuencias de peso en las estrategias preventivas del cáncer, señalaba la actual presidenta de ESMO, Solange Peters. Otro de los trabajos que la propia organización ha destacado es una nueva terapia celular personalizada para pacientes con melanoma avanzado, que ha logrado prolongar de forma significativa la supervivencia libre de progresión. Es el primer trabajo aleatorizado y controlado que muestra que la terapia celular es eficaz en pacientes con tumores sólidos, según ha declarado su autor principal, John Haanen.