Gregory M. Glenn, presidente de Investigación y Desarrollo de Novavax: “Debemos mantener la colaboración público-privada para controlar el coronavirus”

Gregory Glenn, presidente de I+D de Novavax, tiene claro que el SARS-CoV-2 va a quedarse entre nosotros, y que la ciencia va a tener que esmerarse para tenerlo bajo control y, en el mejor de los casos, llegar a evitar los contagios, no solo la enfermedad. Para lograrlo, será clave seguir colaborando con las autoridades.

El presidente de I+D de Novavax ha visitado Barcelona con motivo de la celebración del Congreso Mundial de Vacunas. Allí ha presentado nuevos datos sobre la vacuna covid que ha desarrollado su compañía, que se utiliza como inmunización de refuerzo. También ha dado a conocer los resultados de ensayos con la vacuna combinada para la gripe y el covid. Además, ha impartido una conferencia sobre el futuro de la vacunación en humanos y sobre cómo se va a superar la crisis sanitaria mundial que ha supuesto la pandemia.

¿Qué cabe esperar en cuanto a vacunación frente al covid y cómo superar la crisis sanitaria que ha supuesto la pandemia?

El problema es que el virus no va a desaparecer. Va a continuar evolucionando, cambiando, y estar preparados para darle una respuesta adecuada en circunstancias cambiantes va a seguir siendo un reto.

Desde el punto de vista “técnico”, para las compañías farmacéuticas y para las autoridades competentes en materia de salud pública la cuestión es cómo proteger a la gente. A ese respecto España, donde se ha vacunado el 99% de la población, es un buen ejemplo. Lo que se está viendo es que hay que adaptar las vacunas. En febrero, los reguladores ya pedían a las compañías que están desarrollando vacunas que las adaptaran para hacer frente a la variante ómicron del SARS-CoV-2. Como se ha visto durante años con el virus de la gripe, la tecnología no permite ir a los desarrolladores de vacunas a la velocidad a la que cambian los microorganismos.

Cuando se identifica la variante de la gripe, se desarrolla, produce y distribuye la vacuna, el virus ha cambiado. Los estudios de la vacuna de covid desarrollada por Novavax empiezan a mostrar datos que indican que puede ser eficaz frente a variantes como ómicron, también frente a las variantes que se presenten en el futuro, porque se dirige a las partes del virus que no cambian.

Variantes del virus de la gripe y variantes del nuevo coronavirus... ¿Cuál es la conexión entre estos dos patógenos?

El mecanismo que utilizan algunos virus para infectar las células es similar, es el caso de la gripe y el covid. El virus tiene una espícula que utiliza como si fuera una aguja, que “inyecta” en la célula.

En ambos casos la espícula tiene partes que evolucionan, dando lugar a las variantes, y partes estables. Son esas partes estables las que han utilizado los equipos de investigación de Novavax a la hora de desarrollar la vacuna. Eso da indicios de que, ante variantes diferentes, si la inmunidad depende de una parte del virus que se mantiene estable, será eficaz al margen de la evolución del virus.

En realidad, es un hallazgo que se ha producido tras una década analizando el virus de la gripe, y que ahora se ha aplicado en el SARS-CoV-2. Con la vacuna de Novavax hay muchas probabilidades de que la eficacia se mantenga en las variantes futuras, tenemos mucha confianza en que así será. Conocemos la estructura de la espícula y cómo se ligan a ella los anticuerpos, aunque vamos a seguir pendientes de los datos que se vayan obteniendo en el futuro, es una hipótesis de trabajo muy válida.

Observando las características del coronavirus que provocó el brote en la ciudad china de Wuhan a finales de 2019 y las de la variante ómicron hemos comprobado que las estructuras estables son prácticamente idénticas, al 98%. Esto equivale a decir que son virus gemelos.

Además, en otro estudio en fases iniciales hemos visto que nuestra vacuna puede reducir la transmisión del virus hasta en un 83%. Eso es muy esperanzador. A la hora de desarrollar vacunas se pueden mirar dos aspectos: evitar las hospitalizaciones y las muertes que provoca la infección, que es una estrategia crucial. Lo otro es evitar la transmisión del virus, la infección en sí, que es algo que permitiría recuperar la normalidad total.

Diez años investigando un virus y una aplicación en una situación de emergencia sanitaria. Es una de esas ocasiones en las que la ciencia básica se legitima como una actividad productiva, ¿no?

Así es. Diez años de ciencia básica nos han ofrecido una solución al coronavirus ahora. La situación ha sido de emergencia, pero además el hallazgo de regiones estables en los virus tiene otras aplicaciones. Una de ellas es la inmunización frente al virus respiratorio sincitial. -Es el microorganismo más común que causa infecciones pulmonares y de las vías respiratorias de los bebés y niños de hasta dos años. Aunque suele ocasionar síntomas leves similares a los del resfriado en adultos y niños sanos mayores, puede ser serio en los bebés, sobre todo los que están en situación de riesgo-.

¿Qué datos sobre la vacuna de refuerzo de Novavax han presentado en el Congreso Mundial de Vacunas?

El refuerzo en población ya vacunada ha ofrecido muy buenos resultados. Una particularidad es que son resultados consistentes en diferentes áreas geográficas. Pusimos en marcha dos ensayos diferentes por si, debido a la situación de pandemia, alguno de ellos no podía llevarse a cabo. Finalmente, ambos han podido completarse, y eso nos ha permitido comprobar la eficacia en geografías, condiciones y poblaciones dispares. Son unos resultados muy sólidos, más que los de ninguna otra vacuna.

Hace pocos días que Rochelle Walensky, de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), decía que las vacunas frente a ómicron son apropiadas para niños de cinco años. -La agencia estadounidense del medicamento, la FDA, aprobó la dosis de refuerzo para niños de esa edad antes de la realización de esta entrevista- ¿Qué datos tienen sobre la población pediátrica?

La población pediátrica es importante en términos de transmisión, pero existe una cierta controversia por los casos de miocarditis -inflamación del músculo cardiaco- que se han visto en jóvenes que habían recibido vacunas basadas en ARN.

En nuestro estudio con expertos de la Universidad de Oxford se vio que el perfil de seguridad de nuestra vacuna en ese grupo de edad es mucho mejor.

En estos dos años se ha acelerado el proceso de desarrollo de vacunas, su revisión y aprobación por parte de los reguladores, y se han establecido alianzas entre compañías, además de colaboración con los reguladores y las autoridades ¿Serán las cosas diferentes cuando esto pase?

La colaboración ha sido la nota dominante desde las fases iniciales de la pandemia. Nosotros acudimos a la mayor productora india (Serum Institute of India), que cuenta con una plataforma de gran envergadura y un conocimiento extraordinario de la distribución. Su trayectoria en la producción de vacunas es de 25 años.

Hemos extendido la colaboración a la vacuna frente a la malaria, que podemos prevenir con ella en un 76% y es un grave problema de salud pública.

Las iniciativas de colaboración en el ámbito internacional nunca han sido tan intensas, y la colaboración público-privada de estos dos años no tiene precedentes. Esa ha sido la clave del éxito.

Ahora tenemos que seguir hablando, no podemos dejar ese camino, no podemos permitirnos estar cansados. El virus que ha originado la pandemia va a seguir con nosotros, y va a seguir cambiando. Vamos a necesitar producción científica para hacerle frente y para lograr evitar la transmisión. El objetivo es llegar a un punto en el cual la enfermedad esté controlada, y para eso tenemos que seguir trabajando juntos.