La neovejiga evitará las incómodas bolsas que utilizan los pacientes

La neovejiga se fundamenta en la utilización de un segmento de intestino delgado para construir una bolsa que se une a la uretra y los uréteres. Esta técnica es una buena alternativa a la tradicionales intervenciones realizadas en pacientes que padecen cáncer de vejiga, pero implica algunos cuidados.

Los cambios en el abordaje del cáncer de vejiga garantizan una mejora en la calidad de vida y la supervivencia de los pacientes. El rápido acceso a terapias innovadoras es un aspecto clave para aliviar los síntomas de las personas que padecen esta enfermedad. En este caso, la construcción de una neovejiga forma parte de los avances que se están llevando a cabo para aumentar el bienestar de las personas que sufren la enfermedad. En el centro MD Anderson llevan tiempo apostando por la construcción de una vejiga nueva en el 90% de pacientes que sufren este tipo de tumor.

La neovejiga se fundamenta en la utilización de un segmento de intestino delgado para construir una especie de bolsa que se une a la uretra y los uréteres. De esta forma, la nueva vejiga puede realizar la función excretora, pero implica algunos cuidados y es muy habitual que en los inicios el paciente presente una mayor tasa de infección de orina y un grado de incontinencia variable. La forma de orinar y su sensación al hacerlo será diferente, por lo que tendrá que aprender a percibirla y manejarla.

La forma de tratar a pacientes con cáncer de vejiga es común en las primeras fases de la enfermedad y se guía, fundamentalmente, por la resección del tumor para que la histología defina si es infiltrante o no. En caso de que sea infiltrante, sería necesario extraerle la vejiga al paciente. Cuando sucede esto, el procedimiento habitual es construir una bolsa por medio de un segmento intestinal. Sin embargo, la neovejiga se consolida como una alternativa que ofrece más beneficios que la derivación cutánea.

La construcción de una neovejiga no aumenta la supervivencia de los pacientes, pero sí mejora su calidad de vida. “Lo cierto es que la alternativa de realizar una derivación urinaria a piel con un estoma cutáneo, en muchos casos, supone un gran problema para los pacientes, que al verse con una “bolsa” que recoge la orina en el abdomen les produce un importante deterioro en su calidad de vida y en no pocas ocasiones, una carga piscológica importante. No hay un aumento de la supervivencia realizando este tipo de derivaciones, las cifras no son estadísticamente significativas respecto a cuando realizamos una derivación cutánea”, nos explica el doctor Fernando Lista, jefe de la Sección de Endourología de MD Anderson Cancer Center.

El reciente informe Facing Bladder Cancer (Enfrentarse al cáncer de vejiga, en español), publicado por Astellas Pharma, concluye que los pacientes se sienten en desventaja por padecer cáncer de vejiga. El proyecto, respaldado por expertos de grupos de pacientes, destaca el impacto de la enfermedad en la salud mental y el bienestar emocional sobre los pacientes y los cuidadores. En la actualidad existe mucho estigma, desconocimiento y falta de concienciación en torno a este tipo de tumor.

Durante la investigación, se consultó a más de 300 pacientes y cuidadores de Europa y EE.UU. y se constató que un 32% de ellos no era consciente de su existencia, lo cual indica una falta de concienciación bastante alta. La enfermedad genera un gran impacto psicológico sobre quienes la padecen. Los resultados del estudio mostraron sentimientos de disgusto, vergüenza y culpabilidad entre los pacientes y muchos de ellos destacaron dicha dificultad a lo largo de todo el desarrollo del proceso.

La neovejiga podría configurarse como una buena opción para combatir las secuelas mentajes ligadas a este tipo de tumor. “El hecho de sufrir la extirpación de la vejiga suele llevar asociada la construcción de un estoma en el abdomen que asocia una bolsa colectora. El paciente, por desgracia, debe ver cada día los efectos secundarios que ha tenido el tumor tratado. De ahí que esta carga psicológica se pueda intentar modular mediante la construcción de neovejigas”, sentencia Fernando Lista.

Radiografía del cáncer de vejiga

Con una edad media de diagnóstico en torno a los 70 años, el cáncer de vejiga ocupa el noveno lugar en el mundo en cuanto a número de diagnósticos. Según los últimos datos ofrecidos por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), se esperan 22.295 nuevos casos de cáncer de vejiga en nuestro país para 2022, una cifra que convierte a este tumor en el quinto con mayor incidencia en España. Este dato significa un aumento en 1.682 casos con respecto al pasado año 2021.

El riesgo de padecer cáncer de vejiga aumenta a partir de los 60 y el desarrollo de este tipo de tumor está relacionado con los factores ambientales, siendo el consumo de tabaco el principal factor de riesgo, con una implicación en el 50% de los casos.

A pesar de ser un tipo de tumor frecuente, la tasa de mortalidad asociada es relativamente baja. Su síntoma más frecuente es la presencia de sangre en la orina (hematuria). Esta forma de manifestación de la enfermedad facilita que el paciente acuda rápidamente al médico y permite que la mayoría de los casos se diagnostiquen de forma precoz.

La Comisión Europea aprobó recientemente el uso del medicamento de Bristol Myers Squib (BMS), Nivolumab (Opdivo), para el tratamiento adyuvante de adultos con carcinoma urotelial. Es el tipo más común de cáncer de vejiga y tiene un alto riesgo de recurrencia tras la resección radical. Con esta decisión de la institución europea, el fármaco se convierte en la primera opción de inmunoterapia adyuvante aprobada para pacientes de la Unión Europea.