‘elEconomista Sanidad’ celebra su 10º aniversario

Desde que lanzáramos la primera edición en junio de 2012, ya ha pasado una década. Durante este largo periodo, la publicación mensual de ‘elEconomista’ ha estado a la vanguardia de la actualidad sanitaria. Para celebrarlo, queremos repasar las 11 portadas más relevantes de cada año desde su nacimiento

2012fue el año de partida de la revista. Durante su transcurso, fuimos testigo de las casi mil farmacias españolas que estuvieron al borde de la quiebra por los impagos de las comunidades autónomas. La razón principal que condujo a esta situación fue que los gobiernos regionales debían reembolsarles el importe de la factura de los medicamentos, pero sencillamente no lo hacían o, simplemente, llegaban con meses de retraso.

En el modelo de negocio de una farmacia, el pago por parte de la administración suponía alrededor del 80% de la factura total, ya que la mayor parte del coste de los medicamentos dependía, como ocurre actualmente, de la financiación pública. Ante esta posición, el resto de empresas del sector fueron las que salieron al rescate de las farmacéuticas.

La situación de impagos estalló el año anterior, pero los hechos se repitieron en 2012 en varias comunidades, especialmente, en la Comunidad Valenciana, Murcia, Baleares, Canarias, Castilla-La Mancha y Cataluña. Esto evidenciaba que el problema ocurría en varias regiones del país y no se debía a la mala gestión de una comunidad en concreto. Sin embargo, unas se vieron más afectadas que otras. En este caso, las farmacias valencianas son las que vivieron una situación más compleja y donde más protestas se produjeron por parte de sus profesionales.

La Generalitat tenía una deuda de 480 millones y no pudo entrar en el plan de pago a proveedores, ya que se trataba de cantidades adeudadas por la administración regional entre febrero y junio de 2012, y no de otros años, como exigía la legislación.

2013se consolidó como un año en el que se produjo un boicot de las comunidades autónomas (CCAA) a los fármacos de marca. Al menos seis CCAA (Extremadura, Castilla-La Mancha, País Vasco, Cantabria, Galicia y Andalucía) impidieron a sus profesionales médicos recetar fármacos de marca que estaban al mismo precio que su versión genérica.

La fórmula para hacerlo, según denunciaron los profesionales, era eliminando del sistema de prescripción electrónica las presentaciones de marca de algunos fármacos o poniendo trabas para que el médico, a la hora de recetar, no pudiese acceder a ellas a través del programa informático.

La revista también observó cómo seis compañías farmacéuticas españolas (Almirall, Grifols, Ferrer, Rovi, Esteve y Pharmamar), junto a cuatro filiales de multinacionales, encabezaban la inversión en I+D en nuestro país. Estas compañías consiguieron la valoración de excelentes, en el que se incluían a empresas con actividad investigadora significativa y planta de producción o centro de I+D propio, que fue otorgada por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo en la convocatoria de 2012 del llamado Plan Profarma.

La inclusión de estas empresas en el plan del Ministerio tuvo como consecuencia una reducción en las aportaciones que estas debían hacer al Sistema Nacional de Salud. Además, y no menos importante, otorgó prestigio a las compañías y supuso un aliciente para aumentar sus inversiones y mejorar su calificación.

2014cambió el panorama de la industria farmacéutica española al estipularse el precio de los fármacos como los más bajos de toda Europa. Eso es lo que acordó el Ministerio de Sanidad con la elaboración de un proyecto de Real Decreto de Precios de medicamentos, que obligó a los laboratorios a bajar el precio de sus fármacos hasta situarlos al menos igual que el país de la Unión Europea que lo tuviese más bajo en ese momento. La situación de partida era que el precio de los fármacos ya era bajo.

Esta medida afectaba a todos los medicamentos que se vendían en las farmacias en esos instantes. La norma también obligaba a los laboratorios a informar de si un país europeo, que no había aprobado esa innovación, lo hacía con un precio más bajo al español. Las farmacéuticas se encontraron con esta situación y tuvieron que aceptarla, pero a cambio de proponerle al Ministerio de Sanidad que se agilizaran las aprobaciones de sus innovaciones.

2015puso en jaque a Sanidad con la Hepatitis C. La enfermedad se convirtió en la patología más mediática de 2014 y continuó su historia en 2015. Las noticias sobre la llegada de nuevos fármacos para tratar esta enfermedad, con unas tasas de curación superiores al 90%, despertaron mucha expectación en el sector sanitario. Sin embargo, las exageraciones y los intereses cruzados la convirtieron en una polémica interminable. Las estimaciones situaban la cifra de personas con Hepatitis C en 900.000, pero solamente había diagnosticados unos 35.000 pacientes. Los médicos consideraron que los casos graves que realmente necesitarían tratamiento podrían rondar los 5.000 pacientes. En este caso, Sanidad debería desembolsar unos 500 millones de euros al año para un solo fármaco (Sovaldi), una cifra que descuadraría el presupuesto. Ante el elevado precio del único medicamento disponible, Sanidad se vio obligada a recurrir a un ‘plan b’.

2016fue testigo directo del blindaje de las distribuidoras de fármacos frente a las multinacionales. La fusión prevista entre Cecofar, Farmanova y Cofarcir alumbraría el segundo gran grupo distribuidor en España. Para ello, diez empresas del sector se unieron y crearon el Grupo Bidafarma, el segundo más grande del país ante la amenaza de operadores extranjeros. Junto con Cofares, líder del sector con una posición del 25,9% en 2015 y unos ingresos de 2.726,7 millones, absorberían más de la mitad del mercado

Las empresas del sector en España se concentraron para ganar en eficiencia dentro de un proceso que reforzaba el modelo cooperativo ante la posible entrada de nuevos operadores extranjeros. Esta operación beneficiaría a las cooperativas, que se encontraban en una situación crítica tras cinco años que llevaron al límite las cuentas de muchas de ellas. De este modo, el sector estaría preparado para acometer nuevas inversiones.

Para hacer frente a las multinacionales farmacéuticas, el nuevo Grupo Bidafarma, que no dijo adiós a la tradicional fragmentación del territorio en cooperativas regionales, tendría una facturación de 2.500 millones de euros anuales.

La empresa fusionada, a través de una red de 32 almacenes, daría servicio a aproximadamente 9.000 farmacias de 12 comunidades autónomas, sin incluir a Aragón y al Arco Mediterráneo.

2017fue una buena época para los seguros de salud. 10 millones de españoles, casi la mitad de la población activa, ya disponía de una póliza médica. El número de pólizas de seguro de salud creció en cerca de 500.000 nuevas en el último año. ¿Razones que justificaban este aumento? Los buenos precios y el aumento de las listas de espera en la pública.

El crecimiento continuado del seguro de salud durante todo el periodo de crisis indicó la fortaleza de este producto. Las cinco principales compañías -SegurCaixa Adeslas, Sanitas, Asisa, DKV y Mapfrese repartieron el 71,7% del mercado en primas, que incrementó hasta el 82,6% si se analizaban las diez principales aseguradoras.

2018se consolidó como el año en el que los laboratorios y los médicos firmaron la paz con la aceptación de la publicación de los pagos de las asociaciones científicas, convirtiendo a España en el primer país que lo hacía.

Los laboratorios españoles asociados a la patronal Farmaindustria se mostraron dispuestos a recorrer el camino de la transparencia para disipar cualquier duda o sospecha relacionada con los cuantiosos fondos económicos que destinaban a la formación, la investigación o al concepto de prestación de servicios de organizaciones y profesionales sanitarios.

2019afianzó a España como país líder europeo en ensayos de fármacos. La industria farmacéutica convirtió nuestro país en una potencia en este área con 1.000 millones de inversión al año, demostrando con hechos que la apuesta política por el sector se traducía en inversiones directas y en la creación de empleo y riqueza en todo el territorio nacional.

Gracias a una regulación favorable al desarrollo de ensayos clínicos y la priorización a la hora de financiar las novedades terapéuticas, España pudo consolidarse como el principal polo europeo de desarrollo de una industria estratégica para la economía y la sanidad de todo el país.

La estrategia de colaboración impulsada por Famaindustria en frentes como la investigación clínica, a través del Proyecto Best o el acceso a los medicamentos y la sostenibilidad financiera del SNS tras el sombrío periodo de crisis que redujo el gasto público en medicamentos en más de un 20%, permitió a la sanidad española marcar algunos hitos; como los 80.000 pacientes curados de hepatitis C con los nuevos antirretrovirales o la posibilidad de situarse en posición de “llegar a ser uno de los líderes mundiales” en ensayos clínicos.

La industria destinó cerca de 700 millones para poner en marcha ensayos clínicos de nuevas moléculas, que se desarrollarían en colaboración con hospitales y centros públicos y privados.

2020paralizó el mundo con la llegada de la peor pandemia de los últimos 100 años. El Covid-19 hizo que el sistema sanitario se viese muy resentido. La falta de protección y las compras defectuosas condenaron a los profesionales de la salud. España se convirtió en el país con el porcentaje más alto de sanitarios contagiados.

Las explicaciones fueron varias, pero la falta de material de protección en las primeras instancias de la pandemia y las varias partidas de equipos defectuosos que los profesionales usaron durante días, sin saber que estaban expuestos, se consolidaron como los principales motivos que justificaban la alta cifra de profesionales contagiados.

La mayoría de estos casos se produjeron en los hospitales, pero la atención primaria también estuvo muy expuesta. El nivel asistencial fue señalado por el Gobierno como el siguiente batallón que debía librar la guerra contra el coronavirus. En esos momentos, el problema se podía acrecentar si no se hacía un control exhaustivo. La situación colmó la paciencia de la Organización Médica Colegial.

2021visualizó cómo otra pandemia, esta vez silenciosa, amenazaba a Europa: las superbacterias. El mal uso de los antibióticos provocó, y lo sigue haciendo, que las infecciones resistieran a los tratamientos. Las resistencias a los antibióticos de ciertas bacterias se cobraron la vida de 33.000 personas en nuestro continente, pero a mediados de siglo la cifra podría multiplicarse por diez. Las soluciones propuestas, hasta el momento, han atacado el problema, pero siguen sin ser suficientes. Cada vez es más alto el número de infecciones -como la neumonía, tuberculosis, gonorrea y salmonelosis- cuyo tratamiento se vuelve más difícil por la pérdida de eficacia de los antibióticos.

2022es el año en el que la revista cumple 10 años. Este breve repaso por las principales noticias que configuraron el entorno sanitario durante su primera década de vida se complementará con los futuros retos y la deriva del sector, de la mano de muchos más números mensuales. De momento, en el ecuador del año, ya hemos presenciado cómo la variante Ómicron ahogaba la esperanza de decir adiós a la pandemia durante 2022. Sociedades científicas, equipos de investigación y hasta el sentir popular están de acuerdo en que 2022 va a ser un año para no bajar la guardia, vacunarse y tener cuidado. De hecho, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) recordaba que no estamos, ni de lejos, seguros frente a la última variante identificada de Covid-19.