Cada dos horas y media una persona se suicida en España

Los fallecimientos de manera voluntaria son la primera causa de defunción en España por delante de accidentes de tráfico, homicidios y violencia de género, según los expertos.

En España, una persona se quita la vida cada dos horas y media. El suicidio es una conducta que se define como la preocupación o acción orientada a causar la propia muerte de manera voluntaria. Se trata de la primera causa de fallecimiento externa en el país, por delante de los accidentes de tráfico, homicidios y la violencia de género. Muchos pierden las ganas y el sentido de vivir al enfrentarse a una situación de dolor emocional.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2019 registró 800.000 muertes de manera voluntaria. Según el informe del Observatorio del Suicidio de la Fundación Española de Prevención del Suicidio, en base a datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en el año 2020, 3.941 personas (2930 hombres y 1011 mujeres) se quitaron la vida. La cifra se incrementó un 7,4% respecto al año anterior. Fue la primera vez que el país alcanzaba 14 muertes voluntarias de menores de 15 años. En mayores de 80 años el número aumentó un 20%. El 2020 se convirtió en el año con más suicidios registrados en la historia del territorio desde 1906, fecha en la que se empezaron a tener y guardar datos. La Fundación Española de Prevención de Suicidio esperaba que en 2020 disminuyera la cantidad de personas que se quitan la vida, pero no fue así. Tuvo lugar un efecto rebote después de tantos meses encerrados en los hogares debido al Covid. El suicido se ha estudiado en diferentes países desde el punto de vista de los cambios sociales, culturales, económicos y tecnológicos.

Por cada intento de suicidio, hay muchas más tentativas de llevar a cabo esta acción. Un intento no consumado es el factor individual de riesgo más importante. Según la OMS, existen alrededor de 20 intentos por cada uno cometido, pero según otros estudios epidemiológicos, la ideación podría estar presente a lo largo de la vida de entre el 5 y 10% de la población.

El INE recalca que cada día diez personas se quitan la vida. Tres de cada cuatro son cometidos por hombres. Las mujeres muestran una tendencia a idear, planear e intentar el suicidio. Los métodos que utilizan son el ahorcamiento y el envenenamiento, mientras que los hombres prefieren el colgamiento y el uso de armas de fuego.

La Fundación Española de Prevención de Suicidio esperaba que en 2020 disminuyera la cantidad de personas que se quitan la vida, pero no fue así. Tuvo lugar un efecto rebote después de tantos meses encerrados en los hogares debido al coronavirus.

La enfermedad mental en un adulto es un tema que suele causar vergüenza a la familia, sociedad y al mismo paciente. Sin embargo, cuando se trata de niños y adolescentes, el tema genera miedo a la estigmatización, por lo que los síntomas en los pacientes pueden ser ocultados, negados, o buscan atención de personas no especializadas.

Hay una serie de señales de ideación suicida que se tienen que tener en cuenta. Las personas que tienen este tipo de ideas suelen manifestar conductas de daño, muerte o no despertar; cambios en los hábitos alimenticios y en los sueños, pérdida significativa de interés en las actividades habituales, manifestación de emociones contenidas, uso de alcohol y drogas, sensación de riesgo innecesario, preocupación acerca de la muerte, dificultad para concentrarse y deseos de morir, entre otros. Muchas de estas señales son también síntomas de depresión, según el National Institute of Mental Health.

En cuanto a los factores de suicidio varían de acuerdo a la edad, sexo y las influencias sociales y culturales. Suelen ser comportamientos impulsivos, acontecimientos de la vida no deseados o pérdidas recientes, antecedentes familiares de trastornos mentales o abuso de sustancias, violencia familiar, intento de suicidio previo, encarcelación, o exposición a comportamientos suicidas de otras personas, entre otros. Es común que se presente más de un factor simultáneamente.

Existen tratamientos efectivos como solución para el pensamiento suicida, pero muchas personas no buscan ayuda debido a un bajo nivel de conocimiento del suicidio, falta de necesidad percibida, preferencia para manejar el problema por sí solo, e incluso por malas experiencias anteriores con profesionales de la salud mental. En la actualidad, el suicidio es un tema que llama la atención a nivel mundial debido al incremento de casos registrados, llegando a convertirse en un problema de salud pública. Ante las cifras, los profesionales reivindican un Plan de Prevención de Suicidio que genere un marco para la creación de planes automáticos y dotación monetaria para su financiación e incrementar la calidad en los servicios de salud mental tanto públicos como privados.

En el mes de mayo, tras tres años de retraso, el Ministerio de Sanidad creó la Línea de Atención a la Conducta Suicida: el 024. Su intención es rebajar las cifras de personas que se quitan la vida y los tentativos. En el primer mes, recibieron 15.000 llamadas y 290 suicidios en curso. Las llamadas duraron entorno a 14 y 20 minutos, sobre todo, si el interlocutor estaba en riesgo inminente de quitarse la vida. El teléfono es gratuito, nacional y anónimo.

Si se encuentra en esta situación o conoce a alguien, anímale a buscar ayuda profesional porque la salud mental sí es un problema real. Puede encontrar asistencia en el 024 o en el Teléfono de la Esperanza.