La tormenta perfecta que juega a favor del cáncer

La pandemia por coronavirus ha matado a muchos compatriotas. Se trata de la mayor emergencia sanitaria en Occidente desde hace un siglo y la lucha incansable por detenerla era y es un deber de las autoridades sanitarias. Pero esa priorización por la pandemia tiene también una segunda lectura: el abandono de otros temas de calado sanitario. Entre ellos destaca el cáncer, una de las patologías protagonistas de la mortalidad en Europa. La saturación de los centros sanitarios, hospitales primero y luego los centros de salud, han reducido el número de diagnósticos que se han realizado en los dos últimos años. El cáncer no ha desaparecido, como le pudo pasar a la gripe el año pasado, por lo que los oncólogos creen que se van a encontrar con un serio problema en los próximos meses: casos de cáncer en estadios más avanzados, con la consecuente elevación de la mortalidad.

Decía hace escasos días un reputado oncólogo que esta enfermedad iba a protagonizar una pandemia de casos avanzados en los próximos meses. También alertaba de que las alternativas terapéuticas a disposición tampoco alcanzarían el grado máximo de actuación precisamente por el avance del tumor durante el tiempo que ha permanecido sin detectar. A esta problemática se le une un problema endémico en España que se ha agravado: los problemas de acceso a los nuevos medicamentos siguen dilatándose. Contaba una conocida profesional de la industria farmacéutica en el área de acceso al mercado que el 100% de las novedades en oncología llegan muy tarde a España y con restricciones. Un diagnóstico que ya adelantó el informe Wait, elaborado por la consultora Iqvia, pero que en los últimos meses -este trabajo se presentó en verano- la situación habría empeorado.

A la par que la rama oncológica se encuentra con un problema de falta de diagnóstico y nuevas respuestas terapéuticas, la pandemia también ha soterrado algunos problemas que ya tenía nuestro sistema sanitario. Por citar solo dos, habría que recordar que la atención primaria sigue en un abandono crónico y que la pandemia silente que protagonizan las bacterias superresistentes aún no tiene una solución a la vista. El primero de los casos se ha podido comprobar estas navidades, si bien lleva ocurriendo durante toda la pandemia. Cada vez es más difícil tener una cita con el médico de cabecera, puerta de entrada al sistema. Esto provoca que las patologías empeoren antes de ponerle la solución, con la consecuente degradación del estado de salud y la multiplicación de los gastos sanitarios para ponerle remedio. Para la otra, no se puede perder de vista el concepto One Health. Tener en cuenta la medicina veterinaria es clave para que los antibióticos sigan teniendo su efecto. Además, el cuidado del medio ambiente también evitará que vengan nuevos coronavirus a poner la vida patas arriba.