La inmunoterapia frente al cáncer se consolida y amplía sus usos en 2022
En el balance del año, la inmunoterapia, que llevaba tiempo ofreciendo resultados prometedores cambia la práctica clínica en diversos tipos de cáncer. Se extiende su uso en nuevos escenarios y combinaciones que han permitido afianzar los datos de seguridad y eficacia obtenidos hasta la fecha.
Cuando hace balance de los avances más significativos en el tratamiento del cáncer del último año, la presidenta de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), Enriqueta Felip, destaca que la mejora es constante, pero apunta a los nuevos biomarcadores, la inmunoterapia y los tratamientos dirigidos como campos sobresalientes. Los biomarcadores son elementos presentes en el organismo que, cuando pueden detectarse con una prueba, ofrecen indicios sobre presencia de enfermedades y de respuesta a los tratamientos. Los nuevos biomarcadores que se han ido identificando en el campo de la oncología son el camino a un mejor empleo de los tratamientos, más seleccionados -para los pacientes que mejor responden- y con potenciales implicaciones en mejor calidad de vida. Felip y otros expertos oncólogos coinciden en valorar los grandes pasos que se han dado en la inmuno-oncología, una rama de esta disciplina que se basa en mejorar la respuesta del sistema inmunológico frente al cáncer. Llevaba años siendo una línea de investigación clave, pero ahora ya se emplea en combinación con otras estrategias y en fases más avanzadas de la enfermedad, con resultados positivos en estudios presentados en las sesiones científicas más relevantes del año. La medicina de precisión, que implica el diseño de planes de tratamientos cada vez más adaptados a las características individuales de cada paciente a partir del mejor conocimiento de los mecanismos que explican la enfermedad es el tercer pilar de la nueva oncología que veremos en 2022.
La medicina de precisión es una idea que habitualmente se asocia a tratamientos innovadores basados en los perfiles moleculares de los tumores o en técnicas genéticas, pero la medicina de precisión también es el paraguas bajo el que se presentan avances relativamente sencillos de comprender para los legos. Uno de los estudios sobre nuevos tratamientos que se presentaron en el congreso anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO), y destacados por la organización, fue un análisis sobre la posibilidad de evitar recurrir a la quimioterapia en grupos específicos de pacientes con cáncer cervical: localmente avanzado y que han pasado por quimiorradiación. Era una investigación sobre un grupo de casi 1.000 pacientes que, según la presidenta de la sociedad científica, Lori J. Pierce, “proporciona evidencias claras de que añadir quimioterapia después de la quimiorradiación no prolonga la supervivencia, lo cual tiene efectos inmediatos en la práctica y permitirá ahorrar a nuestros pacientes la toxicidad y los efectos secundarios de una quimioterapia añadida”.
Más avanzado el año, en el congreso anual de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO), los expertos calificaron el encuentro de crucial por las aportaciones en nuevas terapias para todos los tipos de cáncer de mama, incluyendo los más difíciles de tratar, con resultados considerados “increíbles”. Refiriéndose a la cantidad de estudios “señeros” de la convocatoria, entre los cuales destacaron los de terapias para el cáncer de mama -así como cervical, melanoma, próstata, colorrectal, de esófago, endocrino y de pulmón-, Antonio Passaro, responsable de comunicación de ESMO, hablaba de una “resurrección” de la investigación en el campo de la oncología. Solange Peters, presidenta de ESMO, se refería a uno de los estudios (DESTINY-Breast05) como “increíble” por el impacto que tendrá en el tratamiento de los casos de cáncer de mama avanzado -con una mutación específica- inoperable, y con metástasis -extendido a otros órganos- después de que haya fracasado la primera terapia.
Aunque los avances han sido muchos, ni Felip ni sus colegas oncólogos dejan de insistir en cuánto se puede hacer por mejorar el escenario de la especialidad por la vía de la prevención, que quieren elevar a prioridad independientemente de que la pandemia nos conceda respiros o no. Lori J. Pierce, destacó un estudio sobre prevención. Con los datos de 657.317 individuos se ha observado que la incidencia del cáncer cervical se ha reducido un 1% anual coincidiendo con la aplicación de guías sobre vacunación frente al virus del papiloma humano -relacionado con el riesgo de desarrollar este cáncer- y las campañas de cribado. Aunque “todavía queda mucho por hacer”, Pierce considera que es una excelente noticia y un reflejo de los efectos positivos de vacunar e identificar a las personas en riesgo de padecer este tipo de cáncer.
Josep Tabernero, ex presidente de ESMO, conocido en el sector por sus investigaciones punteras, es otro de los expertos que llama la atención sobre el peso de la prevención. Además de las medidas preventivas en sí -hábitos que reducen el riesgo de cáncer-, Tabernero respalda el fomento de la investigación en el área de prevención para mejorar las políticas preventivas.