La falta de eficacia de los antibióticos: la pandemia silente de la que nadie habla

En junio del año pasado, este medio ya avisaba de un mal que vive entre nosotros. Pero ni siquiera dábamos una exclusiva: el problema de las bacterias resistentes lleva años matando.

La pandemia del coronavirus no será la última que vivamos. Vendrán muchas otras, pero hay algunas que ya están entre nosotros, de manera silente, y que cada año se cobran la vida de miles de ciudadanos. Un problema que, además, se está agravando y donde las soluciones que hasta el momento se han puesto, si bien han atacado el problema, no son suficientes. Imaginemos por un momento que una simple infección bacteriana, de las que se cura con un tratamiento antibiótico, fuese inmune a ese medicamento. Esta superbacteria se haría fuerte en nuestro organismo, infectando otras partes del cuerpo mediante una sepsis y, al final, acabaría con nuestra vida. Pues bien, esto que leen de manera muy resumida no es ningún guion de película, es una realidad que ocurre en todo el mundo, también en España.

Cada vez es mayor el número de infecciones -por ejemplo, neumonía, tuberculosis, gonorrea y salmonelosis- cuyo tratamiento se vuelve más difícil debido a la pérdida de eficacia de los antibióticos. Las cifras son preocupantes, pero lo realmente terrorífico es la tendencia. En Europa mueren alrededor de 330.000 personas al año a causa de bacterias resistentes a los antibióticos. Pero si no se toman medidas urgentes, hacia mediados de siglo la cifra se estima en 10 millones de personas muertas cada año en el mundo. Solo en Europa, según datos del Gobierno de España, la cifra rozaría las 400.000 muertes anuales en 2050.

Pero, ¿cómo ha ocurrido esto? Las explicaciones son varias. La primera es biológica. Todos los seres vivos aprenden y evolucionan para amoldarse a los nuevos peligros que sufren. Las bacterias no son diferentes, pero su evolución está siendo más rápida por la acción del ser humano. Y aquí es donde entronca el problema más dramático que tenemos: el mal uso de los antibióticos que se ha hecho durante años. “Allí donde se pueden adquirir sin receta médica para uso humano o veterinario, la aparición y propagación de la farmacorresistencia empeora. Si no se toman medidas urgentes, el mundo está abocado a una era post-antibióticos en la que muchas infecciones comunes y lesiones menores volverán a ser mortales”, explica la OMS.

El mal o excesivo uso de antibióticos es la principal causa del problema. Aquí es donde la salud humana se da la mano con la salud animal, donde el uso de antibióticos es muy abundante. En ocasiones, se usan de manera profiláctica, es decir, por si acaso, para que los animales destinados al uso comercial no contraigan ninguna enfermedad. Ante este problema, en los últimos tiempos se está potenciando el concepto one health, que pretende conseguir una visión holística de cómo se abordan las enfermedades desde varios puntos. Uno de ellos, precisamente, es el uso inadecuado de los antibióticos.