La evolución imparable de la oncología de precisión

De nuevo este 2022 conmemoramos el Día Mundial Contra el Cáncer bajo el paraguas de la pandemia. Aunque agotados por la duración de esta situación, creo que hoy más que nunca, con el avance imparable de la vacunación y la progresiva disminución de la agresividad del virus, debemos ser optimistas. Como profesional sanitario no puedo sentirme más orgulloso por el trabajo de tantos compañeros y compañeras que se están volcando para que podamos salir de esta pandemia lo antes posible, y para que la atención de otras enfermedades como el cáncer siga con los estándares de calidad de nuestro sistema sanitario. Si bien es cierto que durante el primer año de la pandemia vimos un 12% menos de primeras visitas de pacientes diagnosticados de algún tipo de tumor y un 20% de pacientes que no se diagnosticaron en el momento apropiado y llegaron a la consulta en una fase más avanzada de su enfermedad, en estos momentos podemos decir que hemos vuelto a una situación previa, con todos los programas de diagnóstico precoz funcionando completamente.

No hemos parado de investigar para seguir avanzando en el conocimiento de esta enfermedad que es la primera causa de muerte en hombres en España y si englobamos también a mujeres, es la segunda detrás de la patología vascular. El cáncer de pulmón seguido del cáncer colorrectal son los que más muertes provocan. Gracias a la investigación hemos conseguido que esta enfermedad ya no sea sinónimo de muerte, sino que en la mayoría de casos los pacientes sobreviven si se diagnostican en fases iniciales. Esto es especialmente relevante en tumores como el de mama, en el cual el porcentaje de curación es superior al 90%. Apostar por la investigación es clave, pero también lo es incrementar la conciencia sobre la importancia de la prevención, más si tenemos en cuenta que en 2040 se prevé que el número de personas diagnosticadas de cáncer aumente entre un 40% y un 60%. Ambas deberían tener más recursos públicos y privados.

Pero, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de prevención? Yo siempre insisto mucho en que es fundamental prestar atención a la prevención del cáncer, ya que se ha demostrado que llevar un estilo de vida saludable nos ayudaría a reducir hasta un 40% de los tumores que vemos en las consultas. Nos referimos a reducir la obesidad y el sedentarismo, alimentarse con una dieta mediterránea y equilibrada, evitar el tabaco, disminuir el consumo de alcohol, controlar la exposición al sol y a tóxicos y realizar las vacunaciones antivirales recomendadas y los programas de cribado del cáncer que correspondan a cada persona. Deben ir acompañados de investigación específica en prevención, para desarrollar medidas que nos ayuden a los profesionales a diagnosticar antes y mejor.

El diagnóstico precoz y la prevención deben ir acompañados de una investigación de excelencia que nos ayude a desarrollar tratamientos más eficaces. Cada vez estamos abriendo nuevas líneas n que nos están permitiendo aprobar nuevas terapias y disponer de más herramientas para luchar contra el cáncer, como la inmunoterapia, que está revolucionando la forma en que entendemos y tratamos el cáncer. Actualmente, podemos tratar con inmunoterapia un 25% de los tumores, especialmente en melanoma, riñón, pulmón, cáncer de cabeza y cuello, pero todavía no tenemos respuesta para el 75% restante de los tumores en los que el sistema inmune no reconoce la enfermedad. Nuestros esfuerzos se están centrando en investigar diferentes mecanismos que incluyen, entre otros, vacunas, virus autolíticos o anticuerpos bi-específicos que nos permitan educar a este sistema inmune para que responda y ataque al tumor.

Un ejemplo, fruto de muchos años de investigación en el laboratorio y de un equipo multidisciplinar, es una terapia celular experimental, llamada TIL (Tumour-infiltrating Lymphocytes), desarrollada en el Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO), dentro del Campus Vall d’Hebron, con el apoyo de la Fundación BBVA y del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), que consiste en identificar estas células (TIL) en los tumores de los pacientes que las tienen, para posteriormente expandirlas en el laboratorio y volver a inoculárselas, de forma que su sistema inmune pueda reconocer las células tumorales y atacarlas con mayor eficacia. Este año se realizará el ensayo clínico en el que participarán diferentes tipos de pacientes con tumores sólidos que no han respondido a las líneas estándar de tratamiento. Este estudio nos permitirá entender mejor cómo funciona esta terapia para poder seleccionar mejor a aquellos pacientes que tienen más probabilidad de responder.

Este tipo de terapias son altamente personalizadas y nos permiten probar otras líneas de tratamiento, diferentes al estándar, en aquellos pacientes para los que ya no disponemos de opciones terapéuticas. Es lo que conocemos como Medicina de Precisión; poder ofrecer a cada paciente un tratamiento individualizado adaptado a su tipo de tumor y la situación del tumor en cada momento, y esto implica estudiar de forma más profunda las características de cada tumor y sus alteraciones genéticas, que pueden ser diferentes en pacientes que tengan el mismo tumor, o dentro de un mismo paciente a lo largo del tiempo d evolución de la enfermedad.

La Generalitat de Cataluña, siguiendo el modelo francés, ha incluido la oncología de precisión en la cartera de servicios del sistema sanitario catalán para determinar de forma más específica los tratamientos de cáncer a través de cuatro paneles de alteraciones moleculares donde existe evidencia de sus resultados: los tumores sólidos, los hematológicos, los pediátricos y los tumores con predisposición hereditaria. La previsión es que estos paneles se vayan ampliando. Este tipo de oncología va a tener una evolución imparable y es la línea que debemos seguir, porque nos permitirá tener una visión global de las alteraciones moleculares para hacer diagnósticos más rápidos y diseñar tratamientos más dirigidos. En mi opinión, en el tratamiento del cáncer también debemos tener siempre presente el concepto de equidad: que todos los pacientes puedan acceder a las mejores terapias y fármacos. Solo a través de sólidos programas contra el cáncer e iniciativas globales como el Día Mundial contra el Cáncer podemos luchar colectivamente para mejorar la prevención del cáncer y minimizar el riesgo de enfermedad, así como garantizar la equidad en el acceso a los servicios y la atención del cáncer, a nivel regional, nacional e internacional.