Jesús Aguilar, presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos: “Los proveedores no farmacéuticos vendían los test a la farmacia a seis o siete euros”

Durante las navidades la farmacia ha estado en el punto de mira. La razón no fue otra que unos precios desorbitados de los test de antígenos que acabó con unos precios topados por el Ministerio de Sanidad. El presidente de los farmacéuticos explica cómo vivió esos días la farmacia.

La Navidad, unida a la explosión de contagios que conllevó la variante ómicron, llevaron a la casi desaparición de ,os test de antígenos. Lo que sucedió después fue una escalada de precios que sufrió el ciudadano. Jesús Aguilar, presidente del Consejo General de Farmacéuticos, explica lo ocurrido.

¿El farmacéutico ha hecho negocio con los test de antígenos?

No. Los farmacéuticos estamos ya muy cansados de este tema porque hemos sido sufridores. No encontrábamos producto y el que encontrábamos era caro. Muchos compañeros decidieron no comprarlo porque saben que el problema que acarrea es que parece que es el propio farmacéutico el que hace de esto un negocio. Nuestro trabajo, que en un 80% es para el sistema público de salud, no es la venta de test o mascarillas, no lo hemos hecho en la vida. Nosotros nos dedicamos a los medicamentos y a los productos sanitarios normales. Esto ha sido una crisis distinta, una pandemia donde estos productos se han convertido en bienes de primera necesidad y nosotros desde el primer día solicitamos que tuvieran un precio regulado. En el momento que hay un precio regulado se acaba el problema, lo hemos visto tanto con los test como con las mascarillas. Todos los intermediarios y los importadores, que son empresas externas al sector farmacéutico, dejan de hacer el agosto.

¿Usted señala entonces que el negocio lo han hecho empresas que no pertenecen al canal de distribución farmacéutico?

Sin ningún tipo de duda. Un 70% de los test han venido de ese canal durante la crisis de desabastecimiento. Esos proveedores, antes de que Sanidad fijase el precio, vendían a las farmacias a 6 o 7 euros. Desde el día en el que salió el decreto lo vendían a 2,5 euros. Ahora se puede hablar de normalidad en el abastecimiento de test de antígenos.

Su organización asumió el precio de Sanidad, pero advirtió de que muchos farmacéuticos tendrían que vender a pérdidas. ¿Están afectados muchos profesionales?

No sé el número de farmacéuticos afectados, pero sí que sé que unos 3 o 3,5 millones de unidades (a 20 de enero) fueron comprados a un precio superior que el marcado por Sanidad. Con todo, nosotros anteponemos el valor sanitario al tema económico. Lo hemos hecho siempre y más desde que estamos en pandemia. A nadie le hace gracia esta situación, esto está claro, pero entendemos que esta es nuestra responsabilidad.

La ministra de Sanidad agradeció tanto al Consejo General de Farmacéuticos como a Fedifar (patronal de la distribución farmacéutica) la negociación que tuvieron durante esta crisis. ¿Cómo se llegó a ese precio?

Ese precio no ha sido negociado. Nosotros solicitamos otros precios distintos. Sobre todo por miedo al desabastecimiento que pudiera haber. Lo que sí que es verdad es que ha habido conversaciones, pero no ha habido ningún documento de acuerdo firmado. La cifra sale de unos estudios que ellos hicieron con datos de la distribución farmacéutica sobre el precio al que iban llegando los test tras la Navidad. ¿Sabe otra cosa que está pasando? Que es muy distinto cómo venga el producto. Si viene en avión, barco... porque dependiendo de eso se abaratan mucho los costes. Hasta ahora, en España, estaban viniendo en avión porque no se había hecho una previsión suficientemente importante como para que hubiesen venido en barco. Por lo tanto, el precio final del ministerio se ha fijado con lo que había en el canal más el margen que existe con los medicamentos.

¿Llegó tarde el Ministerio?

Posiblemente. Ahora bien, piense que a finales de noviembre había test en el mercado y los proveedores pensaban que se les iban a caducar. Piense que nadie tuvo en cuenta que ómicron también afectaría a España. Yo oí declaraciones en esa línea. Es muy difícil en ese contexto que un país que fue de los últimos en verse afectados por esta variante llegase a los mercados. Mire lo que le ha pasado a la Comunidad de Madrid, que para dar un test a cada ciudadano pasaron cuatro semanas. Con esto quiero decir que no era tan fácil. Hay medios que han señalado que había muchos test en el mercado y que el problema venía porque solo estaba en el canal de farmacia. Eso no es verdad. Si fuese así, si hubiera empresas españolas que hubieran tenido esos test, ¿en una situación de pandemia no se habrían puesto al servicio de las administraciones? En Portugal han estado desabastecidos y podían venderlos los supermercados. En esta crisis ha habido muchas presiones de grupos con mucho poder.

¿Cree que esas presiones que denuncia han podido calar de cara a un nuevo desabastecimiento de test o un producto similar?

Ya pasó con las mascarillas y estos grupos aparecieron cuando el problema se había solucionado. Los problemas siempre les tocan a los farmacéuticos y cuando están solucionados o en vías de ello, ya aparecen los demás. Los comunicados sobre test aparecieron el 27 de diciembre, cuando ya habíamos explotado. Nadie dijo nada el 1 de diciembre.

Una de las razones que esgrimís para que productos como los test no salgan de la farmacia es que dan un valor añadido, como es enseñar a utilizar el test o comunicar el resultado a las autoridades. ¿Qué grado de implantación tienen estos servicios?

Esto lo disfrutan 26 millones de españoles, el resto no. En once comunidades autónomas se está comunicando el resultado, en las otras seis no porque las comunidades no han querido. Esto es un problema de fondo, hemos hecho que cada cosa sea problema de las comunidades y éstas hacen lo que quieren de la forma que quieren. Esa visión global de la sanidad, de la pandemia, no existe, hay 17. Esto es un error, pero doctores tiene la Santa Madre Iglesia. Está muy bien hacerse test pero si no lo comunico, ¿de qué vale ese test?

Hablando de servicios profesionales, ustedes se reunieron con la ministra para ampliar horizontes. Quieren encargarse, por ejemplo, de asegurar la adherencia a los tratamientos.

Llevamos con estos temas mucho tiempo. Ahora lo que ha ocurrido es que la pandemia ha puesto de manifiesto que teníamos razón en las propuestas. Las administraciones se tienen que creer que tienen una red sanitaria tan importante como la farmacia. Somos una profesión muy regulada y nos parece bien. Cada vez que conseguimos hacer algún tipo de servicio, cosa bastante complicada, es un proyecto de éxito, siempre.

En el Ministerio también hay un plan que culminó la Dirección de Farmacia, el de genéricos y biosimilares, que pretende quedarse con el descuento que ofrece la industria a la farmacia en sus relaciones comerciales. ¿Temen que vea la luz en 2022?

Lo que tenemos es la esperanza de que ese plan nunca vea la luz. Si Sanidad cree que debe haber otro tipo de relación, que hablen con la industria farmacéutica, pero a mí esto me suena como el euro por receta. Nosotros no recaudamos. Si las condiciones tienen que ser otras, serán otras pero desde luego ¿qué es eso de devolver? ¿Devolver qué? Lo que no tendrá que llegar es lo que no tenga que llegar. Que tengan las relaciones que tengan con Farmaindustria y Aeseg, que las tienen, y que ayuden a la sostenibilidad del sistema, como hace la farmacia con el Decreto 5/2000. Es un plan que por lo que yo sé le quedan vueltas y que las comunidades no lo tienen acordado.

Algunas grandes tecnológicas han hecho intentos por entrar en la farmacia española. ¿Lo ve como una amenaza?

En España, dos de cada tres farmacias están fuera de las capitales de provincia. Tenemos una dispersión por todo el territorio espléndida, sobre todo en la parte rural. Yo no veo que estas grandes empresas estén interesados en ese 10% que vive fuera de las grandes capitales. Un proceso de liberalización produciría que solo hubiera farmacia en los sitios más prósperos.