El empleo de la teledermatología gana terreno durante la pandemia

Una revisión de 27 estudios destaca la teledermatología por su valor para manejar enfermedades de la piel en un contexto de acceso limitado a los servicios de salud. Especialistas y farmacéuticos ponen el acento en sus ventajas, pero matizan que no podrá sustituir a la atención ‘cara a cara’ con los pacientes.

Una revisión en la que se han analizado los datos de 16-981 pacientes, recogidos en un total de 27 estudios, destaca el empleo cada vez más frecuente de la teledermatología para diagnosticar y manejar casos de acné, eccema (dermatitis atópica) y, en menor medida, otras enfermedades no tan frecuentes, como afecciones de la piel relacionadas con infección por Covid e incluso seguimiento de casos (estables) de oncodermatología. Los investigadores llegaron a la conclusión de que “la teledermatología es un instrumento útil y conveniente para el manejo de las enfermedades de la piel más comunes en el entorno ambulatorio durante la pandemia”. El análisis se ha publicado en la revista oficial de la Academia Americana de Dermatología (JAAD).

Aunque no puede sustituir a la consulta presencial, la teledermatología ha surgido como una nueva forma de consulta y de relación entre médico y paciente, convirtiéndose en un aliado de los dermatólogos durante la pandemia. “El aumento de la demanda de este tipo de consultas es una realidad. Eso sí, debemos tener en cuenta sus limitaciones desde el punto de vista cualitativo en consultas relacionadas con melanoma, manchas cutáneas y otros casos más extremos, que requieren presencialidad para afianzar el diagnóstico”, ha matizado Andrew Alexis, dermatólogo del centro Weill Cornell de Nueva York y ponente en la última reunión del Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).

Yolanda Gilaberte, vicepresidenta primera de la AEDV, decía en el último encuentro anual de la sociedad científica que la teledermatología es un recurso extremadamente útil, por ejemplo, para asignar atención prioritaria a los casos que la necesitan con mayor urgencia. Considera que la teledermatología ha sido un elemento clave para su especialidad en los últimos dos años.

Tomás Muret, vocal nacional de Dermofarmacia del Consejo General de Farmacéuticos, opina que el empuje que ha experimentado la teledermatología durante la pandemia es algo que debe aprovecharse.

Haciendo hincapié en la cautela de que el farmacéutico no diagnosticará ni tratará en ningún caso, pero sí puede ofrecer consejo y apoyar al paciente en el cumplimiento de los planes terapéuticos trazados por los dermatólogos, Muret ve en las nuevas tecnologías un potencial enorme como herramienta para estrechar aún más la relación y la comunicación entre médicos y farmacia en beneficio de los los usuarios.

En las oficinas de farmacias se ha vivido la pandemia como un periodo en el que, más que nunca, el ciudadano ha buscado al profesional sanitario a pie de calle, pero también han visto crecer la actividad online.

Entre sus experiencias, que tienen origen antes de la pandemia, hay un programa de colaboración con especialistas en dermatología para la detección precoz de melanomas apoyados por el uso de dermatoscopios (dispositivos que se utilizan para estudiar las lesiones cutáneas). En las oficinas de farmacia adscritas a la red se obtienen las imágenes y se remiten a los dermatólogos para su valoración. Estos, a su vez, responden si el caso requiere una valoración en consulta o si la persona puede estar tranquila hasta su próxima revisión. Muy extendido está el seguimiento online de rutinas de cuidado facial, tanto puramente cosméticos como de acompañamiento a tratamientos prescritos por médicos.