Medio millón de personas sufren alguna forma de espondiloartritis en España

Un conjunto de enfermedades como la artritis psoriásica y las espondiloartropatías asociadas a enfermedades inflamatorias, pueden tardar hasta ocho años en ser diagnosticadas

Bajo el paraguas del término “espondiloartritis” hay una serie de dolencias que afectan a medio millón de personas. Podrían ser muchas más a la luz de cuánto pueden tardar en diagnosticarse: hasta 7 u 8 ocho años según los expertos reunidos en el IX Simposio de Espondiloartritis organizado por la Sociedad Española de Reumatología (SER) en San Sebastián. El presidente de esta sociedad científica, José María Álvaro-Gracias, ha declarado en el encuentro que el diagnóstico ha mejorado, pero sigue habiendo un importante retraso.

La espondiloartritis puede afectar a la columna y, en algunas personas, a las articulaciones de brazos y piernas, pero también puede involucrar la piel, intestino y ojos. El principal síntoma en una parte sustancial de los pacientes es dolor lumbar. Los nuevos tratamientos descubiertos en los últimos años han supuesto un cambio sustancial para la vida de estos pacientes. La actividad física frecuente también es clave en su manejo.

Joaquín Belzunegui, presidente del comité organizador del simposio y jefe de reumatología en el Hospital Universitario Donostia ha indicado que “la identificación precoz de estos pacientes no siempre es sencilla, pero es un aspecto fundamental del éxito del tratamiento, ya que determinará un buen pronóstico a largo plazo”. La SER ha puesto en marcha la campaña ‘Reumafit’ para recordar la importancia de la actividad física en todos los pacientes con enfermedades reumáticas, pero ahora la iniciativa se amplía con contenido específico para quienes viven con espondiloartritis. Todas las guías clínicas y los documentos de consenso internacionales consideran que el ejercicio y la actividad son elementos básicos del tratamiento.

Este tipo de actividad mejora la forma física, la flexibilidad de la columna y el dolor, reducen la inflamación y pueden mejorar el estado de ánimo, aumentando la calidad de vida, ha explicado el presidente de la SER. Tres de sus efectos tienen que ver con la aparición de la espondiloartritis: el sistema inmunitario, la inflamación persistente y el estado de la flora intestinal. Previenen muchas de sus consecuencias a medio y largo plazo, pueden limitar la influencia negativa de enfermedades asociadas, el envejecimiento e incluso aliviar, si se presentaran, algunos de los efectos secundarios de los tratamientos farmacológicos.

Además, a la hora de evaluar estos últimos, su eficacia y su contribución al bienestar de los pacientes y la sostenibilidad del sistema, ambos expertos han destacado la importancia de contar con el criterio de sociedades científicas y con las evaluaciones de las autoridades europeas, evitando la repetición de procesos de evaluación que pueden retrasar el acceso de los pacientes a los medicamentos que han demostrado ser eficaces y seguros.