La resignación ante dolencias de la piel es cosa del pasado
Nuevas terapias avaladas por la ciencia obligan a desechar la vieja idea de que enfermedades como la dermatitis y la psoriasis no tienen remedio eficaz
Existe una idea bastante arraigada respecto a que algunas enfermedades de la piel, como la dermatitis y la psoriasis, son problemas con los que hay que (mal)vivir sin que exista verdadero remedio. El último encuentro anual de la Academia Española de Dermatología y Venereología ha sido el último de los encuentros científicos en los que se han presentado avances que desmontan ese mito. En el programa se han visto novedades importantes en el campo de la dermatitis y la psoriasis, tal como ha destacado el comité organizador. Su presidente, Jesús Gardeazábal, se ha referido a la psoriasis como una enfermedad “clave” en el trabajo de los dermatólogos, ya que afecta a muchas personas, entre el 2% y el 3% de la población. Alrededor del 20% de ellos desarrolla formas severas y extensas que afectan de forma muy acusada a la calidad de vida. En los últimos años se han producido “avances formidables”, con tratamientos biológicos capaces de eliminar la enfermedad “de forma completa o casi completa”, puntualiza.
En cuanto a la dermatitis, Gardeazábal destaca que “hay algunos casos en la infancia muy extensos y algunos adultos con formas severas que incapacitan; en estos casos también se ha producido una gran revolución con los biológicos y otras nuevas familias de fármacos que mejoran de forma muy significativa, con escasos efectos secundarios y abren un campo de esperanza a unos pacientes que hasta hace muy poco tenían muy mala calidad de vida”. Eduardo Nagore, jefe del servicio de Dermatología del Instituto Valenciano de Oncología (IVO) se muestra convencido del valor de estos avances, y destaca el valor que ha tenido la ciencia básica para ir desvelando mecanismos del sistema inmunológico que han permitido ofrecer nuevas terapias. Esa apreciación comparte Joan Escalas, responsable del Grupo Español de Dermatología Psiquiátrica (GEDEPSI), para quien el mito de que son enfermedades intratables no se sostiene: “Los avances en terapias eficaces han sido enormes, con mejorías proporcionales en la calidad de vida y en la salud mental de los cuales dan fe los estudios publicados al respecto”, sentencia. Este experto invita a los pacientes a acudir al dermatólogo sin miedo, porque las opciones terapéuticas son cada vez más.
En el apartado de nuevos retos los dermatólogos tienen que hacer frente a las resistencias antimicrobianas. En un contexto de empleo excesivo de antibióticos, cada vez más enfermedades infecciosas son difíciles de tratar porque los microbios causantes de enfermedad (patógenos) aprenden a eludir la acción de estos importantes medicamentos. Mª Carmen Nieto, del Hospital Universitario de Basurto (Vizcaya) ha advertido que en algunas zonas de España, las cepas de ‘Neisseria gonorrhoeae’ (causante de gonorrea) suponen ya el 30% de todas las infecciones de este tipo.
La experta ha recordado que según los últimos datos aportados por el Programa Europeo de Vigilancia de la sensibilidad antimicrobiana, asistimos a un aumento creciente en el porcentaje de resistencias a los principales tratamientos antimicrobianos de primera línea para tratar esta enfermedad. Además, se ha documentado un aumento en la aparición de cepas multirresistentes: las que no responden a tres antibióticos o más. Mientras los investigadores se afanan en el desarrollo de nuevos medicamentos que ayuden a solventar el problema, ella sigue recordando la recomendación de prevenir las infecciones de transmisión sexual y acudir rápidamente al médico ante la sospecha.
Esa innovación que invocan los clínicos, para tratar enfermedades antes desatendidas y para afrontar los retos del futuro, no siempre llega a los pacientes que la necesitan. Por ese motivo, en el encuentro se ha hecho un llamamiento a las autoridades para agilizar la disponibilidad de las nuevas terapias en España tras el visto bueno de Europa. Jesús Gardeazábal lamentó en la presentación del congreso el retraso de innovación clave, como el caso de algunos medicamentos de oncología. Mencionó algunos de los fármacos que ayudan al propio sistema inmunológico a combatir el cáncer como ejemplo, y calificó de “desesperante” la situación de los médicos que tienen pacientes que necesitan estas terapias, pero no pueden recibirlas por retrasos en los procedimientos administrativos que permiten su uso en nuestro país, incluso cuando ya se ha probado su eficacia y seguridad.
Yolanda Gilaberte, vicepresidenta primera de la AEDV, ha dicho en esa presentación que cuando un fármaco ya evaluado en Europa se somete a exámenes sucesivos en España, en las comunidades autónomas, grupos de hospitales o incluso hospitales individuales, se está retrasando la disponibilidad de terapias que pueden ser urgentes para los pacientes. Aunque aboga por la evaluación y el seguimiento como fuente de conocimiento, se inclina por aceptar los datos de eficacia y seguridad europeos para facilitar el acceso a las terapias novedosas.
Los dermatólogos se cuentan entre las diversas especialidades que sienten la responsabilidad de tratar enfermedades graves sobre sus hombros, de ahí su vehemencia cuando se refieren a dificultades en el acceso a la innovación. Así lo expresa Águeda Pulpillo, del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla, que intervino en el encuentro para moderar la sesión sobre dermatología y enfermedades sistémicas -que afectan a todo el organismo, más allá de la piel-. La experta ha recordado que la piel es el órgano más grande que tenemos, y puede manifestar enfermedades “ocultas” en otros. Ella reivindica el papel de la dermatología médica -por oposición, pero con respeto a las ramas estéticas- en el abordaje de enfermedades de la piel relacionadas con el cáncer de otros órganos, las afecciones hematológicas y como consecuencia de algunos tratamientos de enfermedades graves.