La teleconsulta ya se impone a las citas presenciales

La Atención Primaria atendió 262,1 millones de consultas en 2021, de las cuales 137,2 millones se realizaron por vía telemática. Andalucía, Cataluña y Madrid son los territorios donde más teleconsultas se realizan de toda España.

La telemedicina ha venido para quedarse. Durante los momentos más críticos de la pandemia fue un elemento clave para diagnosticar muchas patologías, así como para llevar a cabo un seguimiento de los pacientes con enfermedades crónicas que precisaban de atención médica. Sin embargo, aunque los peores compases de la pandemia ya pasaron, los servicios telemáticos se mantienen en el sistema sanitario español. El pasado año, el Sistema Nacional de Salud (SNS) registró más teleconsultas que consultas presenciales en la Atención Primaria. De las 262,1 millones de consultas que atendieron los médicos de familia y los pediatras de los equipos de Atención Primaria, 137,2 millones se realizaron por vía telemática.

El mapa por comunidades autónomas (CCAA) muestra que Andalucía, Cataluña y Madrid son los territorios donde más teleconsultas se realizan de España, con 27,1; 22,2 y 18,6 millones respectivamente. En la otra cara de la moneda se encuentran las Islas Baleares (0,2 millones), Extremadura (0,2 millones) y Cantabria (1,7 millones). En cuanto al número de consultas médicas que se realizaron a domicilio en el ámbito de la Atención Primaria, el SNS registró un total de 2,7 millones. Si se desglosan los datos por autonomías, Andalucía (0,9 millones) vuelve a liderar, mientras que Cataluña (0,5 millones) es la segunda CCAA que más consultas a domicilio realiza de España. Por su parte, Asturias, Balerares, Canarias, Murcia, La Rioja y Ceuta y Melilla no llegan al millón.

La teleconsulta se define como el conjunto de las interacciones que se producen entre un médico y un paciente con el fin de proporcionar asesoramiento diagnóstico o terapéutico a través de medios electrónicos. Este tipo de sistema es útil para evitar visitas innecesarias al médico, ya que permiten la evaluación, el monitoreo y el seguimiento de pacientes que no requieren una evaluación cara a cara. Entonces, ¿ayuda la telemedicina al sistema sanitario? Los expertos responden a la pregunta. “La respuesta es afirmativa, pero siempre teniendo en cuenta que todo no puede ser a través de teleconsultas, como en la actualidad no todas las reuniones de trabajo pueden ser en formato virtual. La teleconsulta es una herramienta más para conectarnos. Es, por tanto, el medio y no el fin de la asistencia sanitaria”, explica a este medio Laura Carbajo, secretaria de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SemFYC).

El colectivo de pacientes crónicos es uno de los que más se beneficia de los servicios que ofrece la telemedicina. La monitorización de parámetros clínicos permite que se reduzca el número de consultas para este grupo. “En la actualidad se realizan teleconsultas entre profesionales y pacientes con demandas administrativas y situaciones clínicas de baja complejidad o crónicas que requieran un seguimiento estrecho sin necesidad de desplazamientos”, sostiene Carbajo,

El campo de la dermatología también se nutre de las teleconsultas para la detección precoz de lesiones malignas, a la vez que el de la neurología por medio de las consultas directas con el especialista a través de videoconferencia tras la activación de Código ICTUS. Todo ello sin olvidar que su implementación puede ofrecer ventajas hasta en los servicios de urgencias. “La telemedicina en los servicios de urgencias puede ayudar para personas que tienen el hospital lejos. Puede tener una aportación importante en todos los sectores de la sanidad, pero un paciente siempre debe tener a su alcance un sanitario que le escuche”, afirma Santiago Alfonso, vicepresidente del Foro Español de Pacientes (FEP). Sin embargo, hay otras áreas que también pueden beneficiarse de ella. La orientación diagnóstica con indicaciones de exploraciones complementarias, el seguimiento clínico, la gestión de documentación y de citas o diversas actuaciones en promoción de la salud son ejemplos de ello.

Los expertos coinciden en que el uso de la telemedicina tiene un impacto positivo sobre la salud de los pacientes. “Hemos descubierto que el uso de herramientas digitales en la prestación de servicios de salud tiene un impacto claro y significativo en los pacientes. Observamos mejores resultados clínicos, mejor seguimiento por parte de los profesionales de salud y un beneficio general, tanto para los pacientes como para los profesionales”, explicaba David Novillo Ortiz, asesor regional de la OMS en salud digital y datos, y uno de los autores de un estudio sobre el uso de la telemedicina en 53 países.

El colectivo de pacientes ve en la telemedicina una oportunidad de mejora, de acercar la medicina a los pacientes, así como una posibilidad de mejorar la asistencia. Sin embargo, a pesar de las ventajas de este sistema, también sostienen que habrá que delimitar su uso. “La telemedicina ha llegado para ayudar en muchos procesos. No todo ha de ser telemedicina, pero sí puede ser una herramienta para la ayuda de los pacientes. Hay patologías que se pueden beneficiar de ella, pero hay otras para las que la telemedicina puede ocasionar que no se haga una correcta exploración al paciente. No todo son ventajas. Por eso, habrá que delimitar su uso a ciertas personas y para ciertos procesos”, afirma Santiago Alfonso, vicepresidente del Foro Español de Pacientes (FEP).

Aunque las ventajas de este sistema son claras, también existen puntos débiles. El no contacto con el profesional, la falta de comunicación personal, la falta de exploración y las brechas digitales son algunas de las principales preocupaciones para los pacientes. Por su parte, los obstáculos para los profesionales sanitarios son la falta de conocimientos tecnológicos, la carga de trabajo y la carencia de pruebas científicas definitivas. A nivel nacional, los expertos también identifican como reto las diferencias por CCAA en materia de competencias digitales. “Por ejemplo, hay comunidades donde hay un gran desarrollo de aplicaciones para consulta del paciente sobre sus datos de salud (carpeta digital en País Vasco o Clic Salud en Andalucía), pero aún queda mucho por desarrollar porque supone una transformación digital y una adaptación a los procesos asistenciales”, concluye Laura Carbajo.

Apoyo institucional

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Comisión Europea han lanzado varias iniciativas para desarrollar e implementar prácticas de telemedicina. Concretamente, el Plan de acción regional para la región europea de la OMS, que fue aprobado por los ministros de Salud en el Comité Regional Europeo de la OMS celebrado en septiembre, establece que las soluciones de salud digital, donde se incluye la telemedicina, pueden contribuir a hacer avanzar la cobertura sanitaria universal, proteger a la población en tiempos de emergencias y mejorar la salud y el bienestar en la región.

En España, el Ejecutivo anunció en agosto que se destinarían más de 230 millones procedentes de fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia para impulsar la transformación digital de la Atención Primaria en el Sistema Nacional de Salud (SNS) dentro de PERTE de Salud de Vanguardia. El proyecto se está desarrollando a través de siete grupos de trabajo definidos junto a las CCAA bajo la coordinación del Ministerio de Sanidad y entre las medidas más destacadas se encuentran el acceso a la historia clínica, la teledermatología, teleconsulta de salud mental o las salas de espera digitales.

El área funcional de “Atención personalizada” engloba proyectos que permitan diseñar, desarrollar y desplegar de manera operativa en la sanidad pública, dentro de la cartera de servicios, un modelo integral de prestación de servicios presenciales y virtuales específicamente diseñados para colectivos de pacientes que requieren una atención personalizada, continuada y sistemática, debido a su estado de salud u otras circunstancias personales.