Lourdes López, CEO de Becton Dickinson en España: “Nuestra área de diabetes se convertirá en una nueva compañía en abril”

Becton Dickinson es una empresa especializada en tecnología y productos sanitarios que tiene una fuerte presencia en España. En su haber se encuentra haber protagonizado la fabricación de las jeringas necesarias para inocular las vacunas contra el coronavirus.

La Revista de Sanidad de elEconomista recibe a la directora general de Becton Dickinson en España. La multinacional, con tres plantas de fabricación en España y construyendo una cuarta en Zaragoza, ha sido el principal productor de jeringas para las vacunas contra el Covid. Además, revela que la división de Diabetes que tenían hasta ahora se convertirá en una compañía independiente en abril.

¿Cómo ha sido el cierre de ejercicio?

Ha sido un buen año, sobre todo por los temas relacionados con el Covid. Tenemos tres áreas relacionadas con la pandemia. También es cierto que tenemos otros negocios que son la antítesis. Trabajamos en el diagnóstico del Covid, donde conseguimos sacar con bastante celeridad tanto un test PCR como uno rápido. También tenemos un área de administración de la medicación, donde por ejemplo trabajamos bombas de infusión para UCIS. La tercera parte es la de las jeringas. En test y jeringas sí que hemos tenido buenos resultados. Sin embargo, toda la parte que tenemos de cirugías, como se detuvieron todas, no nos ha ido bien. Entre unas cosas y otras, hemos tenido crecimiento del 15% en facturación respecto a 2020.

Pero 2020 fue un año excepcional. ¿Estos resultados nos ponen al nivel prepandémico?

Los resultados actuales nos colocan a niveles de 2019. Ahora en 2022 veremos las políticas de vacunación, aunque es cierto que, aunque vendamos muchas jeringas, el precio es muy bajo y el margen muy pequeño. Tenemos que vender mucho para compensar la pérdida de una malla o de otros productos de mayor valor agregado. Ahora estamos viendo qué va a pasar este año sobre los picos de venta de algunos productos a lo largo de la pandemia. Por ejemplo, se instalaron más de 10.000 bombas para UCIS cuando la cantidad normal son unas 2.000. También hicimos inversiones para escalar la producción de jeringas, si bien es cierto que ahí trabajamos con flexibilidad y una de las líneas ya se está reacondicionando para otro producto.

Cuando llegó la vacuna de Pfizer, usted explicaba a ‘elEconomista’ que Becton Dickinson tenía alrededor del 40% del mercado de jeringas. ¿Qué cuota llegó a alcanzar la empresa a lo largo de la campaña de vacunación de 2021?

Hemos trabajado con casi todas las comunidades autónomas. La fabricación que hemos tenido en pandemia es de más de 500 millones de jeringas específicas para el Covid, producidas en las instalaciones de Fraga (Huesca). Eso significa triplicar la producción normal, prácticamente. De esa producción, mucha se exportó y en España se vendieron entre 50 y 60 millones de unidades.

Habla de jeringa específica. ¿Tiene algo que ver con la polémica que hubo alrededor de poder apurar mejor los viales que llegaban?

Sí. Básicamente la diferencia que tiene esta jeringa es que en la parte superior del émbolo tiene una pieza que entra totalmente en el cono de la jeringa. Por lo tanto, ese remanente que quedaría con una jeringa que tenga un émbolo plano, esta pieza lo empuja para que pueda ser inyectada totalmente la dosis. Ese remanente es entre un 15 y un 17% de una dosis, por lo que se podía sacar una dosis más.

¿Hay mucha diferencia de precio entre esta jeringa específica y una normal?

No. Además, las que nosotros vendemos están a precio muy ajustado porque son las que comercializamos a las ONG. De hecho, ya la fabricábamos para Unicef, para la fundación de Bill Gates para campañas de vacunación en África. Desde hace más de 15 años se fabrican en Fraga. Esta jeringa se desarrolló junto a la Organización Mundial de la Salud.

Por lo que dice, las jeringas están lejos de ser el negocio rentable de Becton Dickinson. ¿Cuáles son las áreas de la compañía con mayor rédito?

Tenemos tres áreas principales. La primera está relacionada con la medicación y son productos para administrar medicamentos: catéteres, jeringas y la gestión de los medicamentos. Aquí entrarían las bombas de infusión, pero también hay robots que se encargan de ordenar el stock de los medicamentos de farmacia, ya sea de calle o del hospital. También tenemos robots más pequeños en las plantas para asegurar que se pone la medicación adecuada al paciente correcto en la dosis justa. Otra área hace referencia al diagnóstico. Aquí tenemos equipos para distintas enfermedades, sobre todo infecciosas y algunos cánceres. Por último, tenemos la parte de cirugía. Ahí tenemos equipos para hernias, pero también está muy relacionada con temas venosos. En total tenemos unas 70.000 referencias y con todo esto podemos decir que un paciente desde que entra a un hospital hasta que sale, en el 90% de su tiempo puede tocar un producto de Becton Dickinson. Apuntar, por último, que antes teníamos una línea de diabetes, pero en abril será una nueva compañía.

De toda la gama que acaba de comentar, ¿qué porcentaje se fabrica en España?

En España tenemos tres plantas, una en Madrid, otra en Fraga y otra en Cáceres. Ahora estamos construyendo una cuarta en Zaragoza. En Madrid se fabrican jeringas y agujas espinales. En Fraga se fabrican jeringas a gran escala, algunas precargadas. En Cáceres se hacen sondas y válvulas para medicación. La de Zaragoza lo que va a hacer son jeringas de cristal para precargarlas con medicamentos. Es decir, se las venderemos a las farmacéuticas para que ellos las rellenen. ¿El porcentaje de fabricación? En esta área sí que es muy importante. A nivel mundial, es un porcentaje pequeño de todo nuestro portfolio.

Hablaba hace un momento de su división de diabetes. ¿Por qué se disgrega de la matriz?

La rama de diabetes es el único producto que va dirigido al paciente directamente. Además, es un negocio diferente, con interlocutores diferentes no tiene tantas sinergias con el resto de portfolio que tenemos. A nivel financiero, se trata de nuestra vaca lechera, porque son productos que llevan mucho tiempo en el mercado y son los mejores, desde nuestro punto de vista y también desde el punto de vista del paciente, al menos eso dice el mercado. Los beneficios que se estaban obteniendo de diabetes pasaban a nutrir inversiones en otros negocios.

Pero la compañía ha visto que es interesante ofrecer una cobertura de productos más amplia para la diabetes. Para eso hace falta hacer inversiones, que podrían ser adquisiciones. Su nombre será Embecta, el board director será el mismo y para los empleados que tenemos acciones de Becton, habrá un split. En el final del proceso, serán dos compañías independientes.

España está a las puertas de desarrollar su Perte en Salud. ¿Habéis presentado proyectos?

Estamos presentado proyectos muy relacionados con la parte verde, de energía renovable y digitalización para nuestras fábricas.

¿Habrá una parte exclusiva de fabricación de BD que se haga en España que se dedique a consumo interno, por si viene otra pandemia?

Esto necesita un análisis amplio. España es un país muy atractivo para BD y como muestra, se van a invertir 300 millones en la planta de Zaragoza. Tenemos gente muy bien formada, con salarios adecuados. Hemos visto en otros países como Hungría que el tema del lenguaje es importante, o la inflación en salarios no es tan beneficiosa como en un principio se creía. La posición que tiene BD al tener fábricas a nivel mundial es que somos clientes muy importantes para los proveedores. En estos momentos de falta de materiales y crisis logística, BD ha salido mucho mejor porque somos clientes prioritarios.