La innovación prepara el asalto a la fase temprana de cáncer de pulmón

Con avances en los últimos años que superan los de décadas anteriores, los desarrolladores de nuevas terapias para el cáncer de pulmón están sentando las bases para el próximo gran avance, que será el tratamiento en fases tempranas, antes de que los tumores “aprendan” a resistir a los medicamentos.

Como comunidad del cáncer de pulmón, hemos visto más avances en supervivencia al cáncer de pulmón en los últimos años que en décadas anteriores, sobre todo en fases avanzadas de la enfermedad, donde se han concentrado los esfuerzos de las inmunoterapias y las terapias dirigidas, pero podemos seguir mejorando. Los tratamientos han avanzado enormemente, creo que podemos progresar aún más explorando nuevas áreas, como la introducción de esos avances en etapas más tempranas”, dice Pasi A. Jäne, del Instituto Dana Farber (Estados Unidos), en un reciente artículo publicado por la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO).

A la altura de finales del año 2021, la supervivencia en cáncer de pulmón no había dejado de mejorar, comparada con los años anteriores, en áreas del mundo con sistemas sanitarios tan diferentes como el de Estados Unidos y los europeos (más Reino Unido), según los datos de las sociedades científicas y las asociaciones que representan a esa “comunidad”, incluidos los pacientes y sus familias.

Autores de trabajos publicados en revistas científicas como la prestigiosa The Lancet atribuyen ese logro a una combinación de avances en la comprensión que tenemos de cómo funciona la enfermedad, el descubrimiento de biomarcadores para su pronóstico preciso y el perfeccionamiento de las terapias, que ahora quieren dar el salto a las primeras fases de este tipo de cáncer. Todos insisten frecuentemente en el enorme peso de las estrategias preventivas, sobre todo en lo que se refiere a políticas para tratar el tabaquismo y evitar que los jóvenes adquieran ese hábito.

Mark Kris, del Centro Memorial Sloan Kettering, también en Estados Unidos, se refiere al pasado 2021 como “otro año fantástico en el desarrollo de nuevas terapias para el cáncer de pulmón”. Para empezar, prácticamente el 50% de los pacientes ya tiene mutaciones genéticas para las cuales hay un tratamiento específico (“redondeando un poco”, matiza en un reciente artículo).

Este experto destaca la importancia de la aparición de los nuevos fármacos llamados conjugados de anticuerpos. Son combinaciones de anticuerpos monoclonales ligados químicamente a un medicamento. El anticuerpo monoclonal se une a proteínas específicas o a receptores de ciertos tipos de células (cancerosas). El medicamento que va ligado entra en esas células y las destruye sin dañar otras células. Muchos expertos han descrito este tipo de terapia como “caballos de Troya”. Entre ellos están ado-trastuzumab emtansine o trastuzumab deruxtecan. El especialista también hace hincapié en que se han desarrollado tratamientos para alteraciones (dianas terapéuticas) presentes en el cáncer de pulmón para las cuales antes no había medicamentos. Entre esas innovaciones están nivolumab, atezolizumab (que pasó rápidamente de la aprobación por la FDA a que lo recomendaran las guías clínicas que elaboran las sociedades científicas) y osimertinib.

El estadounidense Instituto Nacional del Cáncer (NCI, por sus siglas en inglés) destaca entre los avances en este campo las estrategias para fomentar la prevención y el perfeccionamiento de las técnicas quirúrgicas, entre otros campos, pero dedica un apartado específico a los nuevos tratamientos que han revolucionado el tratamiento de este cáncer. En el área de inmunoterapias, los tratamientos que “empujan” al sistema inmunológico para que combata tumores con mayor eficacia, el NCI nombra atezolizumab, cemiplimab, durvalumab, nivolumab y pembrolizumab.

El instituto incluye en la lista de avances más significativos las terapias dirigidas, que identifican y atacan ciertos tipos de células tumorales causando menos daño a los tejidos sanos.

En los últimos años, han sido muchas las terapias dirigidas que se han desarrollado para el cáncer de pulmón, como alectinib, brigatinib, lorlatinib (inhibidores de una alteración en el gen ALK); inhibidores de la proteína EGFR como afatinib, dacomitinib, erlotinib, gefitinib, osimertinib y amivantanab; inhibidores de la proteína ROS1 como crizotinib y entrectinib; inhibidores de la proteína BRAF como dabrafenib y trametinib y otros inhibidores, incluyendo larotrectinib, tepotinib, capmatinib y, en esta última categoría, selpercatinib. Muchos otros están en fase de investigación.