El conocimiento del cáncer de pulmón se traduce en mejor pronóstico

El cáncer de pulmón continúa siendo uno de los cánceres más diagnosticados en España con más de 30.000 nuevos casos esperados para el 2022 en ambos sexos, siendo el tercero en incidencia tanto en hombres como en mujeres. El cáncer de pulmón es la primera causa de mortalidad por cáncer entres los hombres y la segunda entre las mujeres, indicando que ya no es en nuestro país, un cáncer solamente asociado al género masculino.

Recientemente hemos asistido a una auténtica revolución en cuanto a la estrategia terapéutica de los pacientes con cáncer de pulmón con independencia de si el tumor se localiza en estadios limitados permitiendo un tratamiento quirúrgico, como en estadios localmente avanzados como en enfermedad diseminada o metastásica.

El mayor conocimiento de la biología molecular del tumor, así como el papel que el sistema inmunitario puede jugar en el control de la enfermedad es una combinación que ha permitido el desarrollo de fármacos que bloquean determinadas alteraciones oncogénicas dando lugar a la medicina personalizada y al desarrollo de la inmunoterapia.

La medicina de precisión se desarrolló inicialmente en cánceres de pulmón metastásicos e intenta identificar determinadas alteraciones oncogénicas en los cánceres pulmonares para las cuales se han desarrollado fármacos específicos que tienen la capacidad de inhibirlas. Estás alteraciones oncogénicas se dan más frecuentemente en los cánceres de pulmón tipo adenocarcinoma, y un 30% de estos tumores las pueden contener (alteraciones oncogénicas en los genes EGFR, ALK, ROS1, BRAF, NTRK).

En estos tumores con alteraciones oncogénicas, el tratamiento personalizado impacta en la supervivencia de los pacientes y mejora la calidad de vida. Es muy relevante el incremento progresivo en el número de fármacos personalizados disponibles contra otras alteraciones oncogénicas como KRAS, HER2, MET, etc. indicando que, en un futuro, el número de pacientes con cáncer de pulmón que pueden beneficiarse de esta estrategia irá incrementando.

Sin embargo, cabe destacar que por el momento no todos estos tratamientos dirigidos están ya aprobados por las autoridades sanitarias europeas y/o españolas. Del mismo modo, la inmunoterapia, fármacos endovenosos que estimulan al sistema inmunitario del paciente para que reconozca a la célula cancerígena como exógena y la destruya, ha sido el segundo hito en la estrategia terapéutica de los pacientes con cáncer de pulmón. Actualmente en un tercio de los pacientes con cáncer de pulmón avanzado altamente sensibles a la inmunoterapia (basado en la expresión de un biomarcador, el PD-L1 en más del 50% de las células cancerígenas) permite que los pacientes inicien un tratamiento de inmunoterapia sola sin quimioterapia. Esta estrategia de inmunoterapia en monoterapia aumenta la supervivencia respecto a un tratamiento de quimioterapia sola, y permite que un tercio de los pacientes estén vivos a los cinco años. Para aquellos tumores con una expresión menor de PD-L1, incluso sin expresión, las combinaciones de inmunoterapia con quimioterapia han demostrado también aumentar la supervivencia de los pacientes respecto a un tratamiento de quimioterapia sola y este beneficio se da con independencia del subtipo histológico de cáncer de pulmón, adenocarcinoma o carcinoma escamoso. Estás nuevas estrategias de tratamiento han permitido cambiar el pronóstico de los pacientes con cáncer de pulmón avanzado aumentando la supervivencia y permitiendo, en algunos casos, retrasar el uso de la quimioterapia.

Todo este conocimiento que se ha adquirido respecto la estrategia terapéutica de los pacientes con cáncer de pulmón avanzado se ha trasladado a modificar las estrategias de tratamiento en pacientes con cánceres de pulmón sin metástasis. Actualmente para aquellos pacientes con cánceres de pulmón localmente avanzados no candidatos a recibir un tratamiento quirúrgico por la extensión de la enfermedad, la combinación de quimioterapia más radioterapia es el tratamiento estándar.

Una vez completado el tratamiento, si no hay progresión, hacer un tratamiento de consolidación con una inmunoterapia durante un año respecto a no hacerlo, reduce el riesgo de mortalidad un 32%, y aumenta la supervivencia a los cinco años un 10%. Estos datos son altamente significativos y es por ello que, a día de hoy, la inmunoterapia se ha incorporado ya en el tratamiento estándar de estos pacientes como estrategia terapéutica después de completar la quimio-Radioterapia.

La inmunoterapia y la medicina de precisión también forman parte del arsenal terapéutico en pacientes con cánceres de pulmón localizados. De hecho, la inmunoterapia administrada después de la cirugía y de la quimioterapia reduce el riesgo de progresión del tumor, sobre todo en tumores susceptibles a recibir inmunoterapia (tumores PD-L1 positivos).

Sin embargo, esta estrategia todavía no está avalada por la autoridad sanitaria europea (EMA) aunque sí por la americana (FDA). Igualmente existe evidencia a partir de un estudio español, el estudio NADIM, que la inmunoterapia combinada con la quimioterapia puede ser una estrategia futura en pacientes con cáncer de pulmón localizados a aplicar antes de la cirugía.

Finalmente, la medicina de precisión es también una realidad en cánceres de pulmón resecados que contengan la alteración oncogénica en el gen EGFR. El tratamiento personalizado en este subgrupo de tumores durante tres años reduce el riesgo de progresión de la enfermedad en un 80%. Esta estrategia se encuentra pendiente de aprobación en nuestro país.

Todos estos datos claramente reflejan la investigación continua que se está realizando en cáncer de pulmón, no solo a nivel internacional, sino también nacional y como todo este conocimiento claramente impacta en el pronóstico de estos pacientes.