Inteligencia artificial para prevenir las lesiones deportivas

La combinación de tecnologías como inteligencia artificial, ‘big data’, gemelo digital o bioimpresión está revolucionando los métodos actuales de la salud en el deporte profesional.

Una de las grandes pesadillas para cualquier jugador profesional de fútbol o baloncesto y para sus clubes es sufrir una lesión de rodilla. Males como la famosa tríada, la ruptura de los ligamentos cruzados o del menisco han puesto fin o han estancado la carrera de grandes figuras del fútbol y del baloncesto. Por eso el Instituto de Biomecánica (IBV) trabaja en un sistema basado en el análisis de imagen y la inteligencia artificial, dentro del proyecto Eyesport para aplicar soluciones tecnológicas a la salud de los deportistas de élite, aunque también con la vista puesta en que pueda llegar a cualquier practicante deportivo.

El IBV, que fue uno de los centros pioneros en diseñar plantillas y calzado a medida para acabar con lesiones crónicas, ha desarrollado un sistema que permite realizar un análisis exhaustivo de la situación de la rodilla a partir de un salto con giro sobre una plataforma con sensores que registra 50 parámetros distintos a partir de la fuerza generada. El programa además cruza esa información con el historial del propio deportista y a partir de ahí determina la situación de la rodilla y su estabilidad. “Llevamos tres años con el Levante en fútbol y ahora estamos adaptándolo y validándolo en el baloncesto junto al Valencia Basket”, explica Enrique Alcántara, responsable de Innovación en Deporte del IBV.

En esa línea, el IBV también está trabajando en el uso de un escáner 4D combinado con cámaras de termografía, que permite medir la actividad muscular de manera no invasiva. El objetivo es poder analizar si determinados gestos o posiciones pueden indicar una lesión o provocarla, una tecnología en la que está colaborando con el Lucentum de baloncesto de Alicante y también en deportes del motor con el circuito valenciano de Cheste.

El proyecto Eyesport, financiado por el Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (Ivace), cuenta con otra rama que busca poder llevar esa herramienta a cualquiera que practica algún ejercicio deportivo en su propia casa, una práctica que se disparó con el confinamiento. “Se trata de que gracias a una cámara que le grabe cualquiera sepa si está haciendo el ejercicio bien o no, y evitar gestos incorrectos que puedan crear molestias”. Para lograr que el sistema sea capaz de autoaprender, es necesario clasificar previamente 14.000 vídeos de cada ejercicio por un panel de expertos.

Otra de las puntas de lanza en salud en el deporte es el gemelo digital. “Hoy con la grabación de los entrenamientos, el uso de GPS y todo tipo de sensores hay una cantidad enorme de datos de cada profesional. La idea es que con ese volumen de datos se cree un modelo biomecánico de ese deportista, su gemelo digital, y que gracias a las cámaras durante las sesiones se pueda detectar riesgos de sobrecargas o movimientos que no son habituales, de forma que se pueda alertar antes de que se produzca la lesión”, comenta Alcántara.

Precisamente entre las herramientas más útiles para lograr toda la información en tiempo real que genera el cuerpo de un deportista y poder monitorizarlo se encuentran los tejidos inteligentes, uno de los principales terrenos de investigación del centro tecnológico del textil Aitex. Una de las líneas del proyecto Biensmart es integrar los electrodos en las prendas para poder medir la actividad eléctrica de los músculos, básica para conocer su potencia. “Hemos desarrollado un manguito para el bíceps, una muslera para el cuádriceps, mallas para las piernas y camisetas para los abdominales que por ejemplo también nos permiten equilibrar la musculatura tras una lesión”, apunta Miguel Valor, director de proyectos. Aitex también ha patentado un sistema que integra electrónica y tejido que permite la carga inalámbrica, se activa sin botón y es lavable, destinado a los wearables.

La prevención es un pilar básico de la salud deportiva, pero los institutos tecnológicos también trabajan en proyectos sanitarios como el desarrollo de un sistema de bioimpresión para crear biomateriales capaces de sustituir tejidos como hueso o cartílago degenerados. Osteocar3D es una iniciativa conjunta de Aimplas e IBV, financiada también por Ivace, al igual que el anterior, para crear sustitutos a esos tejidos humanos con la creación de biometariales que no produzcan reacciones ni rechazos en el organismo. Una solución para zonas complejas, como las rodillas y la mandíbula, según Carlos Atienza director del Área de Mercado de Salud.