La nueva atención domiciliaria a crónicos se apoya en la tecnología

Con el nuevo modelo sanitario alejándose cada vez más del hospital, la creciente población de pacientes crónicos prefiere recibir atención en su casa, pero no tienen que renunciar al apoyo de los profesionales ni a los servicios sanitarios que necestian. La tecnología lo pone más fácil, según un nuevo informe.

La Fundación Tecnología y Salud y la Fundación Edad & Vida se han unido para poner en marcha el Proyecto HomeCare para atención domiciliaria, partiendo de un informe que hace hincapié en la preferencia de los pacientes por recibir atención en sus domicilios y plantea soluciones para mejorar el acceso y el conocimiento sobre las tecnologías sanitarias ligadas a esta actividad. El objetivo: el control de las enfermedades, aumento del bienestar de los pacientes y mejora de la calidad de vida de quienes viven con condiciones crónicas. La secretaria del Patronato de la Fundación Tecnología y Salud, Margarita Alfonsel, lo explica así: “La importancia de este tipo de atención es máxima, porque compatibiliza un adecuado control de la enfermedad con la integración de la misma en la vida diaria de los pacientes y de su entorno social y familiar, ya que, de la mano de las tecnologías de la salud, hoy en día es posible que los pacientes estén muy lejos y al mismo tiempo muy cerca de sus hospitales. Además, ha destacado el potencial de la atención domiciliaria para aliviar la carga del sistema sanitario, que ha sufrido mucha tensión por efecto de la pandemia.

Joaquim Borrás, presidente de la Fundación Edad & Vida, indica que el informe “ha reconocido la importancia de atender y responder de manera conjunta a las necesidades integrales de las personas, teniendo en cuenta sus deseos, preferencias y valores personales. Respecto a esos deseos y preferencias Raúl Vaca, coordinador técnico de la Fundación, ha declarado que más del 90% de las personas mayores expresan su deseo de permanecer en sus domicilios tanto tiempo como sea posible, una consideración clave a la hora de poner en marcha el proyecto. También ha afirmado que existen buenas prácticas que no se comparten dentro del sistema, sencillamente porque no se conocen, y apuesta por compartir las experiencias entre distintas comunidades autónomas para mejorar de forma continua la atención domiciliaria.

Borrás ha explicado que con el informe se ha analizado el modelo ideal de atención domiciliaria “social y sanitaria”, junto con el papel que desempeña la tecnología al mediar entre las necesidades concretas de las personas y los recursos disponibles en su entorno “buscando que este sea el adecuado para permitir que la persona viva en él sin recurrir a otros recursos asistenciales, como un centro residencial o la necesidad de cambiar de domicilio”.

Del informe se extraen diversas recomendaciones para el futuro de la atención domiciliaria, como la implantación de políticas públicas de atención social y sanitaria con una mejora de la organización, formación, distribución y dotación de recursos.

Se considera necesaria una mayor coordinación entre el ámbito social y el sanitario. Una pieza clave es la transformación digital, ya que, según se ha hecho palpable en el contexto de la pandemia, las soluciones digitales pueden ser una ayuda fundamental en la asistencia a las personas mayores y a quienes viven con enfermedades crónicas. Según apunta el informe, el uso y tratamiento de los datos de los ciudadanos es un reto al que debe darse respuesta, así como el desarrollo de infraestructuras suficientes y sistemas compartidos e interoperables con cuadros de mando integrales, junto con la necesidad de formación en tecnologías tanto para los pacientes como para los profesionales que los atienden.

Entre esa serie de recomendaciones se anima a implicar a los pacientes en el cuidado de su propia salud, potenciando su participación en la adopción de decisiones que les afectan, con procesos transparentes y públicos para la evaluación de estrategias y servicios para seguir mejorando en el futuro.