La detección de osteoporosis se ha reducido hasta en un 40%

La presión tanto asistencial como hospitalaria provocada por la pandemia durante cerca de un año y medio ha provocado que esta enfermedad haya caído en el olvido. Los pacientes también han olvidado los hábitos saludables para combatir la enfermedad.

El coronavirus ha afectado de manera negativa a la detección de nuevos casos de osteoporosis, que ha llegado a caer hasta un 40%, según los estudios. Además, a lo largo de este año y medio de pandemia, una parte de la población ha dejado de lado hábitos saludables que promueven la salud ósea, lo que se podría relacionar con un peor pronóstico. “La pandemia ha afectado a la salud ósea y se ha visto disminuido el diagnóstico de la osteoporosis, así como su tratamiento, aunque, lamentablemente, sus complicaciones no se han visto reducidas”, explica Santiago Palacios, presidente de la Fundación Hispana de Osteoporosis y Enfermedades Metabólicas Óseas (FHOEMO). “A esta situación actual tenemos que unir el hecho de que la osteoporosis es una de las patologías más infradiagnosticadas y menos tratadas, ya que no presenta síntomas hasta que se sufre su principal consecuencia: la fractura”, añade este experto.

La osteoporosis es un problema de salud global que afecta a más de 300 millones de personas y causa más de 8,9 millones de fracturas en todo el mundo7. Según el estudio SCOPE 2021: a new scorecard for osteoporosis in Europe, casi 250.000 muertes al año en Europa son consecuencia directa de las fracturas de cadera o columna. En lo que se refiere a nuestro país, cerca de 3 millones de personas sufren esta patología ósea, en su mayoría mujeres. En concreto, el 22,5% de las mujeres y el 6,8% de los hombres mayores de 50 tienen osteoporosis, lo que provoca alrededor de 330.000 fracturas por fragilidad por año. “Actualmente contamos con alrededor de 70 unidades para tratar pacientes en España, un número claramente insuficiente”, comenta Palacios.

Estas Unidades de Fractura, formadas por equipos multidisciplinares se antojan esenciales si tenemos en cuenta que las personas que han sufrido una fractura por fragilidad tienen un riesgo cinco veces mayor de tener una segunda fractura al cabo de un año. “De esta forma se podrían evitar más de 1.200 fracturas por fragilidad al año, con un ahorro en el Sistema Nacional de Salud de 18,4 millones de euros anuales13”, explica Manuel Naves, presidente de SEIOMM. “Es esencial identificar a estas personas y prevenir las fracturas secundarias. Para ello, utilizamos dos factores predictivos fundamentales como son: la edad y haberse fracturado previamente”.

Naves también señala que, “se estima que en nuestro país las fracturas por fragilidad son responsables de la pérdida de unos 12 años de vida y el 80% de los pacientes que ha tenido al menos una fractura por fragilidad no está diagnosticado ni tratado”. Sin embargo, subraya, “la atención médica sigue fallando en la mayoría de los pacientes y se producen muchas fracturas que podrían prevenirse”.

Estos datos de incidencia de fracturas por fragilidad podrían empeorar, llegando a 420.000 en 2030, debido al progresivo envejecimiento de la población, razón por la que Palacios ha insistido en la necesidad de concienciar acerca del cuidado de la salud de nuestros huesos. “La osteoporosis y las fracturas por fragilidad han sido ignoradas durante demasiado tiempo en las políticas de salud, incluso, las estrategias y programas que se centran en el envejecimiento saludable y la salud de la mujer ignoran en muchos casos el impacto de la osteoporosis”.