EEUU contempla la regulación de precios para entidades públicas

El aumento sostenido del precio de los medicamentos en Estados Unidos impulsa un debate sobre la necesidad de regularlos, pero las reticencias del sector y la complejidad del proceso invitan a pensar que la medida se limitará a las adquisiciones públicas, como las de Medicare.

Durante el reciente encuentro virtual de expertos Terrapin World Evidence Pricing and Access, el responsable valor y acceso al mercado de la compañía Galápagos, Alex Bastian, descartó que la propuesta de utilizar un sistema internacional de precios de referencia (IRP) se ponga en marcha en el país, entre otros motivos porque era una apuesta de la administración cuando Donald Trump era presidente.

No obstante, los vientos de reforma siguen soplando a favor de algún instrumento para el control de precios. “Hay mucha frustración en el gobierno estadounidense respecto al precio de los fármacos, que sigue viéndose como un problema, a pesar de que hay estudios que muestran que otros costes sanitarios son mucho mayores; el tema se ha convertido en un modo habitual de llamar la atención en el mundo de la política”, declaraba en el encuentro. Los demócratas, que accedieron recientemente al poder, están adaptando la agresiva propuesta inicial, pero no la han descartado, una estrategia que da idea de la atención mediática que concita en los últimos tiempos todo lo que tenga que ver con el precio de los medicamentos en particular, pero también con los costes de la atención sanitaria en general.

Juan Román, vicepresidente de acceso global de la firma biotecnológica Krystal, indicaba en el encuentro que se percibe una cierta voluntad política por avanzar hacia un sistema de establecimiento de precios ligados al valor, “una solución más elegante”.

También desde una óptica realista otro de los ponentes, Jaime Espín, profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública y exasesor de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en materia de política de precios de medicamentos, apuntaba que la propuesta de recurrir a IRP en Estados Unidos es más producto de la preocupación por un reciente informe de la agencia presupuestaria (CBO) que una verdadera iniciativa regulatoria.

“Algunos de los órganos públicos compradores, como Medicare, pueden dotarse de una normativa interna de compras con criterios para la limitación de precios. También se ha sugerido que estos organismos públicos tengan un sistema de precios de referencia para terapias innovadoras”, apuntaba en una conversación posterior al simposio. Tanto Espín como el resto de ponentes se mostraron de acuerdo en matizar que los precios de referencia deberían tomarse de países del entorno geográfico o económico, considerando variables clave como la capacidad de compra, medida en Producto Interior Bruto per cápita. Espín recordó que distintos estudios han observado que ajustar por la capacidad adquisitiva puede poner en evidencia que hay países en los que, pagando un mismo precio que en otros, el esfuerzo financiero es significativamente mucho mayor.

Según un análisis publicado recientemente por la consultora IHS Markit, el incremento medio del precio de los medicamentos en Estados Unidos entre enero de 2020 y enero de 2021 fue de 4,24%, mientras que en el ejercicio anterior fue de 3,39%. El análisis aprecia una mayor proporción de medicamentos de marca afectados por alzas (60,6% frente a 48% en 2019). En todos los casos, son porcentajes inferiores a los de 2017 y 2018. Los incrementos fueron inferiores al 10% en el 46,3% de los fármacos, y por encima de ese umbral en 12,3% de ellos. El número de medicamentos, y la proporción de los mismos, cuyo precio ha subido por encima del 10% casi se ha triplicado respecto a enero de 2020, indica el informe.