Una técnica española mejora el resultado de los trasplantes renales

De los 603 donantes en asistolia controlada que se registraron en 2020 en España, en el 66% se utilizó el novedoso método de perfusión regional normotérmica

El éxito del Sistema Español de Donación y Trasplante no solo se basa en su elevada actividad de donación, sino también en la calidad de los procedimientos y sus buenos resultados postrasplante. Y la innovación juega un papel fundamental en ello. Una técnica de preservación de órganos diseñada en España y utilizada en diversos países europeos en la donación en asistolia controlada, reduce la necesidad de diálisis en los receptores de un injerto renal durante la primera semana después del trasplante y mejora la supervivencia del órgano trasplantado al cabo de un año.

Actualmente se utilizan dos técnicas para la extracción de órganos de donantes en asistolia controlada: la extracción súper-rápida, en la que se enfrían rápidamente los órganos mediante la infusión de líquido de preservación durante la extracción; y la perfusión regional normotérmica (PRN), procedimiento concebido en nuestro país, que permite la reperfusión de los órganos con sangre oxigenada a temperatura corporal antes de su extracción. La PRN regenera el tejido dañado, reduce la urgencia de la extracción y permite evaluar la viabilidad de los órganos antes del trasplante. De los 603 donantes en asistolia controlada que se registraron en 2020 en España, en el 66% se utilizó esta nueva técnica inventada en nuestro país.

El estudio que ahora presentan la red de trasplantes española, la ONT y la Fundación IMAS permite concluir, por primera vez, que la PRN mejora los resultados del trasplante renal de donantes en asistolia controlada en comparación con la extracción súper-rápida. En concreto, la PRN se relaciona con una menor incidencia de retraso en la función del injerto, lo que significa que es menos frecuente la necesidad de diálisis durante la primera semana posterior al trasplante. Más aún, la supervivencia del injerto renal un año después del trasplante también es superior cuando se utiliza la PRN.

Este estudio pone en evidencia un doble objetivo de nuestro sistema de trasplantes: aumentar el acceso de nuestros pacientes a esta terapia y trabajar en la mejora de la calidad de los trasplantes realizados. Como señala, María Padilla, técnico de la ONT y primera firmante del artículo, la PRN se asoció con un menor riesgo de retraso en la función del injerto (45.4% vs 29.7%), así como con un menor riesgo de fallo del órgano trasplantado durante el primer año postrasplante (9,9% vs 5,8%).