Por qué invertir en la industria ‘biotech’ debe ser tendencia

Nos preguntan a diario si la inversión en I+D y en las empresas biotecnológicas que se ha visto este año, será puntual o una tendencia. Pues bien, desde AseBio estamos convencidos de que los datos de 2020 forman parte de una tendencia y que el Covid-19 constituye una oportunidad para constituirla.

El año pasado, antes de que nadie hubiese oído hablar de una pandemia mundial, ya nos preocupaba la baja inversión en I+D en España y cómo esta había sido de las partidas más sacrificadas a lo largo de los años de la crisis anterior. Sin embargo, una crisis sanitaria de dos oleadas devastadoras, que ha cerrado las escuelas y ha puesto de nuevo a muchos países en cuarentena, ha situado al sector biotecnológico como protagonista en la lucha contra la emergencia sanitaria.

Solo hace falta mirar cómo, en menos de un año, hemos sido capaces de crear una vacuna contra una enfermedad desconocida cuando estos desarrollos han requerido en el pasado plazos de diez años o más.

La biotecnología ha puesto en valor, este año y más que nunca, su importancia para el desarrollo y la producción de herramientas seguras y eficaces para afrontar la pandemia. Las dos vacunas contra el nuevo coronavirus que han mostrado una mayor eficacia hasta el momento se basan en el ARN mensajero.

Estos candidatos a vacuna contra el Covid-19 se han desarrollado en un tiempo récord y con un esfuerzo que no tiene precedentes en la historia gracias a la investigación científica acumulada durante años y a la colaboración entre grandes farmacéuticas, empresas biotecnológicas y sector público.

La inyección de fondos de la Unión Europea destinada a España para la recuperación del país tras el embate del virus ha permitido que el Gobierno aumente su gasto total en ciencia para 2021 en 1.200 millones de euros, una subida del 60% respecto a 2020. Este incremento tiene que ser una oportunidad para sectores intensivos en conocimiento como el nuestro, que además de mejorar la vida de las personas trabaja en soluciones para mejorar la sostenibilidad de nuestra economía.

Un estudio PwC de Venture Capital ya avisaba que se ha incrementado la inversión entre 2013 y 2019 de hasta 3750% en tecnología destinada a la emergencia climática, es decir tres veces más que la inversión en inteligencia artificial, y este año, hemos demostrado que valía la pena.

Además, hemos visto en los últimos años una tendencia muy positiva en la atracción de inversión en el sector biotecnológico español. 2019 se ha caracterizado en España por una consolidación de resultados positivos de la inversión especializada, con un aumento tanto en el número de operaciones (32 en total) como en el volumen de recursos captados (103 millones de euros) por las empresas del sector biotecnológico en ampliaciones de capital privado.

Hace tan solo unos meses en la celebración del AseBio Investor Day vimos cómo se duplicaba la presencia de inversores internacionales. Tuvimos 60 inversores interesados en proyectos biotech españoles y fondos de 18 países, europeos y asiáticos que apuntalan la atracción de capital internacional en España.

No cabe duda de que el sector es un actor fundamental, tanto para las emergencias sanitarias, la transformación sostenible de Europa, como para convertir a España en un país más fuerte y próspero. Además, se trata de un sector resiliente a las crisis económicas, aspecto que ya se demostró en la crisis del 2008.

Pero tampoco cabe duda de que, para ello, necesitamos más valentía y una apuesta por una industria basada en la I+D más consistente como existe en nuestros países vecinos. Alemania nos deja un mensaje claro: destina más del 3,12 % de su PIB a la I+D mientras en España nos quedamos en un magro 1,24%.

En este punto hay que recordar que empresas como Curevac en Alemania han recibido 300 millones de euros del Gobierno alemán para el desarrollo de su vacuna, mientras en España, el fondo de Covid del CDTI ha financiado a tres empresas que desarrollan candidatos de vacuna por unos 500.000 euros cada una.

A pesar de lo anterior, el sector biotecnológico español, ha apostado de forma creciente y consistente por la I+D con casi 770 millones de euros en el 2018, un 13% más que el año anterior. Esta inversión nos ha servido para desarrollar soluciones innovadoras con el objetivo de mitigar los efectos de la pandemia y para demostrar la versatilidad y resiliencia del sector.

Ahora confiamos en que podemos seguir creciendo, pues se necesita urgentemente impulsar el cambio y dar soluciones a la sociedad, a los retos presentes y futuros. Y eso ocurrirá si tenemos el apoyo del Gobierno de aquí en adelante y no solo cuando hay una emergencia sanitaria como la del Covid-19. Hay muchas más áreas necesitadas y olvidadas que necesitan nuestra ciencia, nuestro apoyo y, por supuesto, inversión.

Como dijo Pedro Alonso, director del Programa Mundial de la Malaria de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la clausura de nuestro Health Innovation Forum, el pasado 16 de diciembre: “toda la humanidad está convocada.”

En definitiva, nos decía Alonso, de la OMS, en el Health Innovation Forum, que a España le falta madurez y constancia y en eso debemos trabajar para 2021 -que será probablemente el año de reforma del sistema sanitario- en consolidar nuestro sistema e industria para que pueda desplegar todo su talento y reconstruir el país.