Objetivo: eliminar la hepatitis C en el mundo

Nuevos tratamientos permiten curar la hepatitis, una oportunidad sin precedentes para acabar con una enfermedad que afecta a 290 millones de personas.

En la actualidad se calcula que hay 290 millones de personas en el mundo que tienen hepatitis sin saberlo. En el Día Mundial de la enfermedad, sociedades científicas, pacientes y autoridades han hecho suyo el objetivo común de diagnosticar todos los casos para acabar con ella. El lema: “Encontrar millones de pacientes perdidos”.

Un análisis sobre la situación de la hepatitis publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2019 estimaba que para alcanzar el objetivo de acabar con la infección haría falta una inversión de 6.000 millones de dólares anuales. En el año 2016, esa inversión solamente rozaba la cifra de los 500 millones.

Eliminar la hepatitis era ya un lema consolidado en la campaña de la OMS en 2019, porque la organización considera que es posible alcanzar esa meta con esfuerzos adicionales bajo el plan de 2013, al menos en el contexto de sistemas con cobertura sanitaria universal. Aunque el compromiso internacional por llegar a la eliminación fue rubricado por todos los países integrantes en 2016, la OMS ha tenido que acabar admitiendo que “el progreso se está retrasando”.

El término ‘hepatitis’ hace referencia a la inflamación que la enfermedad provoca en el hígado. La hepatitis A se transmite por el consumo de agua o alimentos contaminados y suele ser leve. La hepatitis B, más severa, ha descendido en gran medida gracias al desarrollo de una vacuna. La hepatitis C, que se transmite principalmente por el contacto con sangre, puede hacerse crónica y se asocia con un deterioro progresivo de la función hepática que puede desembocar en enfermedad muy grave.

En el marco de los Cursos de Verano de la Universidad Complutense en El Escorial, expertos españoles y estadounidenses han compartido los últimos avances en cuanto a los Retos en salud pública para la enfermedad hepática. En el encuentro se puso de manifiesto la necesidad de seguir haciendo esfuerzos por la eliminación de la enfermedad. El Plan Estratégico que puso en marcha el Ministerio de Sanidad ha logrado, de acuerdo con los datos oficiales, que 130.000 personas con hepatitis C hayan sido tratadas. No obstante, los expertos indican que aún podría haber 80.000 pacientes “ocultos” en riesgo de desarrollar enfermedad hepática avanzada, cáncer de hígado o necesitar un trasplante. Además del sufrimiento que esto acarrea, el sistema está inmerso en la batalla contra la Covid-19, lo cual invita a pensar que la prevención de intervenciones complejas es ahora más importante que nunca.

Javier García Samaniego, coordinador de la Alianza para la Eliminación de las Hepatitis Víricas en España (AEHVE), y uno de los ponentes en el encuentro de expertos de El Escorial, considera que el objetivo de la OMS, conseguir que las hepatitis B y C dejaran de ser un problema de salud pública con una disminución del 90% en el número de casos y de la enfermedad que causan en una proporción de dos tercios parecían realizables en el momento de plantearse puesto que para la hepatitis C existen tratamientos eficaces, y la hepatitis B puede prevenirse con vacunación. “La hepatitis C es una infección que se puede curar, los medicamentos lo han conseguido en casi el cien por cien de los pacientes. España está además en una situación muy ventajosa para llegar a la eliminación antes de 2030, ya que algunos estudios la sitúan como primer país de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) que lo logrará antes de 2024 o 2024”, ha declarado.

Además, considera que los nuevos tratamientos de la hepatitis C son una prueba de que es posible incorporar la innovación sin poner en peligro la sostenibilidad del sistema sanitario porque “muchos estudios han mostrado cómo tratar masivamente la hepatitis C reduce la necesidad de ingresos hospitalarios, trasplantes, incidencia de cáncer de hígado... aunque su impacto presupuestario inicial fuera alto”. A su modo de ver, las cosas en España se han hecho bien en materia de hepatitis C, “algo que merece ser subrayado”.

Aunque la última cifra oficial es de 130.000 pacientes tratados desde la implantación del Plan Nacional, él estima que ya serán alrededor de 140.000 personas las que hayan recibido tratamiento con los nuevos fármacos. Con una prevalencia estimada de 250.000 pacientes, más de la mitad ya están tratados y curados, ha recordado.

El reto, en el cual coinciden los especialistas, es llegar a quienes aún no han recibido la terapia. Según ha recordado García Samaniego, existen dos posibles estrategias para hacer frente a la situación: microeliminación de la enfermedad con búsqueda activa de casos en poblaciones vulnerables y, por otra parte, búsqueda en la población general. La primera de estas estrategias está razonablemente avanzada en España, apunta. “Puesto que los estudios epidemiológicos y el sondeo del Ministerio de Sanidad indican que la hepatitis C es fundamentalmente una enfermedad de personas por encima de los 45 años, pueden realizarse las pruebas, incluso aprovechando los análisis para la detección de Covid-19”, ha indicado el experto.