Las farmacias ganan terreno como puntos de atención sanitaria

Con 30 millones de visitas solo en el mes de abril, los farmacéuticos consolidan su papel como asesores de salud para la ciudadanía en tiempos de incertidumbre y facilitan la administración de medicamentos en un entorno más seguro que el hospitalario en los peores momentos de la pandemia de Covid-19.

En su balance de la pandemia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha destacado el importante papel de los farmacéuticos. La distribución de las oficinas de farmacia por todo el territorio explica en parte la facilidad para que sea el primer lugar al que los ciudadanos acuden con dudas de salud. Cuando los centros de salud y los hospitales son “puntos calientes”, el farmacéutico es más que nunca la primera línea en la atención a muchas personas. No obstante, sus funciones han sido muchas más en estos meses, y tienen visos de ir a convertirse en tareas habituales. Una de ellas ha sido la distribución de medicamentos hospitalarios. Fue un paso que se dio en los tiempos de confinamiento pero que muchos abogan por mantener en vista de los resultados.

En principio, la autorización para distribuir estos medicamentos, normalmente reservados a la farmacia de hospital, fue un paso que dio el Ministerio de Sanidad para hacer compatible el aislamiento en el domicilio con el acceso a los tratamientos. Era un paso necesario particularmente ante pacientes de riesgo.

Eduardo Pastor, presidente de la cooperativa de distribución farmacéutica Cofares, lo explica en los siguientes términos: “No tiene ningún sentido que cualquier paciente, sobre todo en zonas rurales, se tenga que desplazar a hospitales para obtener medicación que está tomando en su propia casa. La farmacia tiene que evolucionar a ser un centro sanitario porque para eso los farmacéuticos son sanitarios y están suficientemente cualificados”.

Coincide plenamente con este planteamiento Jorge de la Puente, director de Ordenación, Farmacia e Inspección del Gobierno de Cantabria. En una conversación con El Economista en su despacho de Santander, de la Puente se refería a los farmacéuticos como “agentes sanitarios”. Recapitulando sobre los peores momentos de la crisis, alabó la colaboración de las farmacias (375 distribuidas por todo el territorio cántabro), la distribución y la administración. “Se produjo de forma extremadamente ágil y fue inmediata, y tuvo como resultado una adaptación de los canales de acceso al medicamento en un esquema perfectamente controlado en términos de trazabilidad”, explicaba. Matizaba que hay algunos aspectos que podrían perfeccionarse de cara al futuro, y que en el momento no se abordaron por la urgencia de la situación, como la carga burocrática añadida sobre las farmacias de hospital. Asimismo, valora el espíritu colaborador de los profesionales de diferentes ámbitos durante la crisis como una prueba de que farmacéuticos de hospital y comunitarios pueden cooperar de forma armoniosa en beneficio de los pacientes a los que atienden ambos grupos profesionales.

En sus reflexiones sobre la crisis y la dispensación de medicamentos hospitalarios hay un matiz que hace pensar en una estrategia de futuro más que en una medida excepcional. Más que como una forma de “mantener a los pacientes alejados del hospital”, él se refiere a la posibilidad de “acercar los medicamentos al paciente”. Por eso sí se muestra partidario de prolongar este esquema en el futuro.

Solo contando los pacientes del Hospital Marqués de Valdecilla, en abril 1.656 personas se beneficiaron del programa de acceso a medicamentos de hospital en las oficinas de farmacia.

Otro balance con visos de orientación al futuro es el de Jesús Aguilar, presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOM): “Tenemos el mayor y mejor sistema farmacéutico de Europa, la red sanitaria de mayor capilaridad, con profesionales sanitarios farmacéuticos en todos los lugares del país, capaces de ofrecer seguridad y tranquilidad a toda la población”. No se trata únicamente de que los farmacéuticos hayan estado en primera línea. “Es que nunca nos hemos movido. Si por algo nos caracterizamos los farmacéuticos es porque somos la profesión sanitaria más cercana a los pacientes, formamos parte de su día a día, y eso es una garantía de bienestar sanitario y social de enorme importancia”, ha declarado Aguilar.

Aguilar también ha dicho que los ciudadanos pueden tener la tranquilidad de saber que la farmacia comunitaria está preparada para “cualquier escenario”, una afirmación particularmente relevante a medida que nos adentramos en lo que parece una época crítica en términos de nuevos contagios.

Durante la primera oleada de la pandemia de Covid-19, os farmacéuticos realizaron más de 850.000 dispensaciones de medicamentos a domicilio y atendieron a más de dos millones de personas por vía telefónica. Pese a que cientos de farmacéuticos se contagiaron y 21 profesionales de este ámbito fallecieron, el 98,8% de las farmacias permanecieron abiertas en los peores momentos.

Otro de los ámbitos de actuación de la farmacia, al menos potencial, es el de la vacunación. Este año se ha previsto adelantar la campaña de vacunación contra la gripe en vista de que se va a solapar con los casos de Covid-19. Los españoles que se vacunan no llegan al 60%, según los datos del año anterior. La recomendación de la OMS es que lo haga el 75% de la ciudadanía.

Por eso recuerda Eduardo Pastor que el índice de vacunación de la gripe es mucho mayor en los países en los cuales se aprovecha el conocimiento de los profesionales de las farmacias comunitarias para administrar las vacunas.

Un reciente informe de la Federación Farmacéutica Internacional (FIP) recuerda que cada año podrían salvarse diez millones de vidas mejorando el acceso a los medicamentos y a las vacunas. En su análisis de la situación actual en 45 países, la administración de vacunas por parte de farmacéuticos podría beneficiar a 655 millones de personas.

En un curso recientemente celebrado en la sede de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) en Santander, expertos de la Sociedad Española de Inmunología, recordaban que, aunque es muy posible que no haya una vacuna eficaz disponible para prevenir la Covid-19 antes del invierno de 2121, otras vacunas que sí tenemos a nuestro alcance pueden tener una utilidad aún mayor en el contexto de la pandemia. Durante el encuentro de expertos y en la presentación posterior a los medios de comunicación los especialistas han explicado que al inducir la inmunidad adquirida, otras vacunas que sí están disponibles, como la de la gripe, ejercen una suerte de ‘puesta a punto’ de las defensas de nuestro organismo, que así están mejor preparadas para combatir otras infecciones.

En diversos encuentros científicos virtuales se ha puesto de nuevo sobre la mesa el papel de las farmacias comunitarias en el control de otros riesgos, como los cardiovasculares. José Antonio García Donaire, presidente de la Sociedad Española de Hipertensión Arterial (SEH-LELHA) ha dicho que a la hora de controlar la hipertensión y fomentar el cumplimiento de la terapia es necesario apoyar la cultura sanitaria, y “aquí es donde el papel del farmacéutico es clave por su proximidad”.