Una nueva guía para reforzar la seguridad de los pacientes

El llamamiento para proteger la seguridad de los pacientes se plasma en nuevas directrices para la participación de personas sanas y enfermas en la investigación biomédica

El pasado 17 septiembre se celebró el Día Mundial de la Seguridad del Paciente, una iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que tiene como objetivo reflexionar sobre la necesidad de prevenir y reducir riesgos, errores y potenciales daños que pueden sufrir los pacientes durante la prestación de la asistencia.

La efeméride tiene este año una especial relevancia en un planeta acosado por una pandemia y en un país en el que los efectos del Covid-19 añaden un nuevo elemento de riesgo.

La carrera desatada por una solución terapéutica para la pandemia que han iniciado investigadores, gobiernos y compañías farmacéuticas ha despertado dudas sobre el mantenimiento de los criterios de seguridad propios de la investigación farmacéutica. Ello, unido a la demanda de mayor participación de los usuarios en la investigación que demandan las asociaciones de pacientes ha provocado que la celebración de este Día Mundial haya venido acompañada de un compromiso específico por parte de estas entidades para mejorar los procesos de seguridad en la I+D.

La patronal de la industria farmacéutica, Farmaindustria, y las organizaciones de pacientes han impulsado este año -de forma conjunta- la creación de una guía que incluye recomendaciones para reforzar la participación de los pacientes en el proceso investigador. Este nuevo documento aborda la participación de las personas sanas y enfermas en las diversas fases de los ensayos clínicos para el desarrollo de nuevas terapias. También refuerza la solidez y fiabilidad del proceso de investigación farmacológica, recogidas en la Directiva Europea 2001/20/CE y en el RD 1090/2015.

Esta guía sigue los principios marcados por la OMS, que considera que la implicación de los pacientes es fundamental para proporcionar una atención sanitaria más segura.

Con motivo de la jornada, en el Hospital Ruber Internacional la directora de Enfermería (Estefanía Vázquez) y la coordinadora de Calidad (Sandra Hernández) organizaron una sesión formativa sobre la higiene de manos, “la primera línea de defensa contra la propagación de múltiples enfermedades y fundamental en estas circunstancias de pandemia”.

En el apartado de “negativos”, se tiene constancia documentada de que ignorar la seguridad acarrea costes no solo en sufrimiento, sino que se traducen en problemas para la factura del sistema sanitario. Es un reto que lamentablemente comparten servicios sanitarios de todo el mundo en mayor o menor grado, y del cual dan fe numerosos estudios.

El uso inadecuado de los medicamentos, al igual que las infecciones relacionadas con la atención sanitaria, los diagnósticos erróneos o tardíos y las complicaciones quirúrgicas están considerados como algunos de los principales campos de actuación donde caben mejoras y donde es preciso reforzar los planes, tanto de prevención como de vigilancia. La OMS recomienda fomentar la investigación en el campo de la seguridad de los pacientes para diseñar planes e implantar prácticas cada vez más eficaces en el contexto de la seguridad.

En España, el informe del Ministerio de Sanidad sobre la Revisión Sistemática de Eventos Adversos y Costes de la No Seguridad, establecía que en el año 2015 sólo las infecciones asociadas a la atención sanitaria (IAAS) tenían una prevalencia global en el conjunto del Sistema Nacional de Salud del 10,1%, afectando a entre el 5 y el 15% de los pacientes que pasaban por un ingreso en el hospital. En términos económicos, se calcula que el coste directo de la falta de seguridad, según el informe Costs of unsafe care and cost effectiveness of patient safety programmes, elaborado por la Comisión Europea para el conjunto de la Unión, es de aproximadamente el 1,5% del total del gasto sanitario europeo, algo más de 21.000 millones de euros en 2016. En términos nacionales, este mismo informe europeo cifra el coste de la falta de seguridad hospitalaria en España en unos 2.500 millones de euros, lo que supone un 6,7% del gasto sanitario adicional.

Una de las asociaciones que se ha hecho oír durante la jornada ha sido la Federación Española de Cáncer de Mama (FECMA). Las 47 asociaciones que representa han recordado la necesidad de que la seguridad sea uno de los principios estratégicos en las políticas de sanidad y han prestado su apoyo la investigación para crear tratamientos innovadores, seguros y efectivos, para los pacientes.